¿Recoger los taxis para que vuelvan a cobrarle “tajada” a nuevos asignatarios, tiene algún sentido?

Después de estos días post 6D, en lo personal desconcertantes, en los cuales ha reinado en cierto chavismo de base desencanto y desesperanza después de esta derrota política tan inevitable como contundente, llega el 2016. Confieso mi afiliación a ese chavismo de base contagiado de desencantado y desesperanza que no termina de ver en la dirigencia revolucionaria las respuestas requeridas.

Salvo las tácticas legalistas que seguro menguarán en algo la "derrota perfecta" del chavismo en las elecciones, seguimos viendo y oyendo promesas de rectificación y de cambio que poco ánimo y emoción logran despertar en la mayor parte de la gente.

Así, dentro de pocos días, una dirigencia del chavismo que parece obligada a hacer lo extraordinario en condiciones políticas realmente adversas, continua haciendo lo ordinario, como si el 6D no hubiese ocurrido el desastroso resultado electoral que hubo para la revolución, como si el chavismo no se enfrentara a un momento de quiebre y de definición.

El gobierno de Nicolás Maduro sigue su programa de entrega de viviendas, haciendo mercales, haciendo obras, etc., como si tuviese la garantía plena y absoluta de culminar el período constitucional el 2019, como lo establece la Constitución. No es improbable que la contundencia de esta derrota haya dejado tan descolocado a los dirigentes chavistas que por ello, a casi un mes del hecho, aún no logren articular una estrategia efectiva en esta noche oscura que vive el chavismo. Quizás acostumbrados a ganar durante 17 años, no son hoy capaces de encarar el duro revés electoral del 6D.

Salvo la reacción inicial del Presidente Maduro, al anunciarse los resultados electorales, que después fue acercándose a la posición conservadora del resto de la dirigencia chavista de justificar la derrota, ningún dirigente ha asumido la crítica y autocrítica que se hace inevitable a lo interno de la revolución.

No es haciendo en pocos días y en pocas horas, lo que dejó de hacer durante tanto tiempo, como la Revolución superará la hora difícil que le toca. No es con paños calientes como la Revolución debe enfrentar y dar respuesta al problema estructural que desde hace años arrastra.

Veamos solo un ejemplo de las desacertadas acciones post 6D, que nos indican lo desorientado del chavismo en estos momentos. Si una de las fallidas estrategias electorales adelantadas para las elecciones parlamentarias del 6D se centró en entregar taxis, no tiene sentido que la tarea revolucionaria ahora sea que los bandidos que entregaron el taxi, después de recibir su respectiva tajada, lo quiten para que vuelvan a exigir otra tajada a un nuevo asignatario. Repetimos, sólo un ejemplo de los tantos desaciertos y errores que se suman a los que se vienen cometiendo.



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Carlos Luna Arvelo


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