Las mentiras de los secuaces venezolanos de Milton Friedman (I)

Ignorantes, incrédulos(as), malintencionados(as) y pendejos(as). Así denominó J. G. Piña Torres en su esclarecedor artículo del 19/06/2014 “Sobre el Tipo de Cambio de Equilibrio y los Activos en Divisas de la República”1 a los analistas de oposición y a alguna gente vinculada al Gobierno Nacional, quienes cual cacatúas repiten las máximas monetaristas de Milton Friedman y de José Guerra y sus secuaces venezolanos, acerca de que la culpa de la inflación está en la maquinita de hacer dinero del BCV.

Estos obnubilados seres además, insisten en que el valor de una moneda nacional en términos de una divisa como el dólar, depende principalmente de la relación entre la cantidad de dinero circulante en la economía y el monto de las reservas internacionales (RIN). En su obsesión monetarista llegan a calcular la tasa de cambio Bs/US$ dividiendo la primera cantidad entre la segunda, obteniendo resultados absurdos.

Sin necesidad de apelar a la “autoridad” de lo que el propio padre del liberalismo económico Adam Smith y todos los pensadores clásicos (excepto David Ricardo), o su contrario más famoso un tal Karl Marx, Stuart Mill, y otros más modernos como Keynes, Joan Robinson y John K. Galbraith, Anwar Shaikh e incluso y aunque usted no lo crea el propio archiliberal Friedrich von Hayek, han dicho sobre estas locas ideas monetaristas, trataremos de presentar argumentos y evidencias que echan por tierra las fantasías con las cuales quieren engatusarnos.

Analicemos al detalle las dos afirmaciones.

La falsedad de afirmar que el exceso de liquidez es la causa de la inflación.

A estos amigos les encantan venirnos con sus cuentos, como el del helicóptero que arroja dinero en una isla y se produce inflación. Confunden causas con consecuencias. Les pasa lo del tipo aquel que le tenía pavor a ver ambulancias y policías en la carretera, porque según él causaban accidentes de tránsito. Llegó a esa loca conclusión de tanto verlos al lado de la carretera cada vez que había un accidente…

Como lo demuestran serios estudios sobre la inflación en la Alemania Pre-Nazi, la Francia del socialista Leo Blum antes de la Segunda Guerra Mundial, Argentina de 1989-1990 y de Venezuela, así como el propio sentido común, el incremento de la liquidez sigue siempre al incremento de los precios y nunca al revés. En particular en nuestro país siempre los períodos de franca iliquidez han coincidido con los períodos de mayor inflación. Estas son las cifras: En 1996, la inflación estuvo en 103%, en 1989 en 81% y en 2002 en 31,2%, en todos esos momentos la liquidez cayó a niveles históricos por diversas razones: la caída de los precios del petróleo en 1989, los auxilios bancarios Caldera-Petkoff en 1996 y el sabotaje petrolero y lock-out de Fedecámaras-CTV en 2002.

Pero como estos amigos son tercos y ciegos a la evidencia y a la sana lógica, vuelven a sacar estadísticas que medio entienden para ratificar su posición. Así señalan que en el caso venezolano, el circulante en la economía es muy alto, porque ha crecido un 93% en los últimos años exponencialmente, entre 2014 y 2015. Por otro lado como se ha incrementado la liquidez y disminuido las reservas internacionales entonces la tasa de cambio Bs/US$ se dispara.

Puede que al descuidado engañen, pero no al que se tome la molestia de revisar períodos completos y note como lo han hecho Fernando Pisani2 en Argentina o Pasqualino Curzio3, Tony Boza4, Piña Torres5 y Luis Salas6 en Venezuela, que no hay relación estadística entre la liquidez y la inflación. Lo que sí existe en Venezuela, es una correlación entre esta última y el llamado dólar paralelo. Es algo que vemos todos los días: comerciantes subiendo los precios tan solo porque una página antipatria fija una tasa de cambio artificial en complicidad con las mafias de la frontera colombo-venezolana.

Para los años 2013 y 2014 donde “parece” que hay una alta correlación entre liquidez e índice de precios al consumidor, lo que destaca es cómo la primera siempre va a la zaga de la segunda, Para 2014 como lo muestra el estudio de estas variables, el rezago se amplía a dos (2) meses.

Me gustaría ver que dicen nuestros apóstoles monetaristas para explicar estas incongruencias con sus absurdas teorías. Ya que si tuvieran razón la correlación se observaría todos los años y además, el incremento en la liquidez ocurriría siempre ANTES del incremento del índice de precios y no al revés.

La verdad es más sencilla de explicar, es como decirle a nuestro temeroso amigo que las ambulancias y policías en las carreteras llegan DESPUÉS de ocurrido el accidente y en modo alguno lo causan. Estos aparecen para confrontar la situación creada por el choque vehicular, del mismo modo que la liquidez aparece después del alza de precios decretada por los burgueses. La liquidez en manos del público surge para confrontar la inflación, no para crearla.

Es fácil ver lo que ocurre a nivel micro: si usted compró un alimento de la cesta alimentaria ayer a Bs. 160/kg y hoy a Bs. 200/kg, es obvio que necesitará más dinero para pagar. Tal vez pida un aumento de sueldo, un préstamo o use su tarjeta de crédito, si la tiene. Muchos millones como usted harán lo mismo, frente al incremento de los precios requerirán más dinero para pagar por lo mismo, la liquidez en manos de la gente por tanto subirá detrás del incremento de precios. Fíjense que el incremento de precios en economías inflacionarias como la nuestra, siempre ocurre a un ritmo más rápido del que pudiera ser posible que funcionara la supuesta maquinita de Nelson Merentes. Otra incongruencia inexplicable desde el modelo monetarista pero sí desde el sentido común y las estadísticas.

Ahora piense por un momento en lo contrario, que nuestros amigos monetaristas se impusieron y obligaron al Gobierno a establecer un “corralito” o cualquier otra medida para “secar” la liquidez como la congelación de sueldos y salarios, de modo que usted no podrá contar con más dinero para pagar el incremento. Creo que coincidirá conmigo que esta es una situación mucho peor que la primera, porque ahora tendrá que olvidarse de ese alimento y el fantasma del hambre llegará rápidamente a su despensa.

Aunque la inflación es perversa, no lo es tanto si sus ingresos crecen para confrontarla y eso es justamente lo que ha estado haciendo el Gobierno Bolivariano, incrementar los sueldos para compensar la inflación, logrando durante quince años evitar la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.

Y esto es justamente a lo que apuesta en contra la burguesía con sus ataques hiperinflacionarios, hacernos creer que la culpa es del Gobierno y su “maquinita” para que caigamos en la trampa de “secar” la liquidez, es decir conducirnos a una situación mucho peor con congelamiento o reducción de sueldos y salarios, “corralitos”, despidos y otras medidas igualmente nefastas para los trabajadores.

Por eso estos economistas son tan peligrosos.

Continuaremos el análisis de la segunda afirmación de los monetaristas en un próximo artículo.

bernardo.ancidey@gmail.com

1 http://www.aporrea.org/actualidad/a190073.html

2 http://www.deuntiron.org/web/item/29-inflacion-el-control-de-precios Revisado el 24/10/2014.

3 Curcio, Pasqualina (2015). Desabastecimiento e inflación en Venezuela.

4 Boza, Tony (2014). La guerra contra el pueblo. Maracaibo: Fundación Construyendo Ciudadanía

5 Piña T., Gabriel y Salas, Luis (2015). Fundación Fondo Editorial de la Asamblea Nacional Willian Lara.

6 Salas, Luis (2015). 22 Claves para entender y combatir la guerra económica. Caracas: Fundación Editorial El perro y la rana

 



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Bernardo Ancidey

Licenciado en Física.

 bernardo.ancidey@gmail.com

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