Reflexiones ingenuas:

“De la egolatria a la traición hay menos de un paso”

En principio tomaremos prestado una frase de Marx, para apoyar un poco nuestro planteamiento: Para Marx el hombre es ante todo el conjunto de sus relaciones sociales "... la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de sus relaciones sociales". Relaciones que no son puramente espirituales, entre conciencias, sino la unidad de lo espiritual y lo material, relaciones establecidas a través de la interacción del hombre con la naturaleza en el proceso de producción y reproducción de su vida material y espiritual. "Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado".

El individuo humano no existe, el hombre es el resultado de la interacción entre la sociedad y la persona, siendo la persona la concreción de dichas relaciones, es decir, somos lo que la sociedad nos ha configurado, tanto en forma fortuita como consciente.

Asumirse como el resultado de acciones individuales es negar la sociedad, pues ésta, en su conjunto, nos determina, a través del trabajo, el capital, las relaciones sociales de producción y la ideología. La historia constituye la fuerza material que impulsa a los hombres a trasformar su forma de vida.

El individualismo es una aberración, es un grado de alienación en la que se prima lo individual sobre lo colectivo, invirtiendo la concepción social, en donde lo social determina lo personal lo total a lo particular En tanto el "egolatrismo" es la forma enfermiza de exaltar al individualismo, constituye la reificación del hombre. Es una desviación que se reflejó en el pensamiento filosófico con los idealistas y el máximo exponente lo fue Hegel. Y desde el punto de vista político, la coincidencia entre la exaltación del individuo, corresponde con la visión "heroica" del fascismo y el nazismo, encarnada por Hitler, Mussolini, y una corriente de los anarquistas en la Primera Internacional, lo que evidencia que los extremos se tocan en su propuesta de eliminar al Estado y toda forma de autoridad, "ácratas" de donde viene su nombre, desconociendo las leyes de la historia.

Y como de enaltecer al "yo" se trata, en el mundo de la "revolución" los individualistas de postín se presentan con una fraseología rebuscada, una pedantería y petulancia ominosa, que entre verdades y mentiras, entre "medias verdades" y "media mentiras" hacen propuestas psicópatas a las que califican de revolucionarias, lo que evidencian su disgregación mental, y al intentar ser "auténticos" o "genuinos" demuestren en forma cada vez más evidente, su morbo, pobreza intelectual, mental y espiritual. Es decir, un "egoísmo irracional asqueante"

Por ende, ignoran que su propia miseria constituye su traición a su condición humana, pues degradan lo humano a lo irreal, traicionando su propia esencia, y desde luego, se convierten en traidores de oficio, ya que son esencialmente alevosos, tránsfugas, por lo cual sus actos son dignos de desconfianza y sospecha permanente, convirtiendo su existencia en prófugos, apostatas, judas de su propio pensamiento.

Resulta que como el que "a hierro mata no puede morir a sombrerazos", y siguiendo el ejemplo de Robespierre, que fue mandado a guillotinar por muchos de sus propios partidarios, después de mandar a la guillotina a "unos cuantos", entonces el que pide penas para otros, no puede recibir bendiciones, y que la rendición de cuentas es universal, es decir, para todos.

Habría que ver cuáles son los saldos de vida de aquellos que hacen del "ego" una religión y pretenden convertirse en jueces para no ser juzgados. La historia no perdona.

Evocando a Prometeo, sus entrañas serán devoradas diariamente por los buitres que criaron, con lo cual se pone en peligro de extinción dichas aves.

Cualquier parecido de este escrito con personajes de la vida real (que moran en esta revolución sorprendente) no es coincidencia, y como sabemos que son ciegos, sordos, mas no mudos, no hay peligro con su retruque. Mucho menos que recapaciten.

Dios los agarre confesados.

Revolucionarios de pie a vencer. Ni un paso atrás.

 



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Carlos M. Rodríguez C.

Estudió en la UCV. Docente jubilado

 carrodcas@gmail.com

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