Cada domingo voy al Mercado de Quinta Crespo a realizar algunas compras de la semana. Como todo mercado la afluencia de personas es regularmente alta al igual que los precios de los productos que se expenden en los diferentes puestos donde priva la especulación.
Entrar al mercado se dificulta por la masiva presencia de bachaqueros y bachaqueras que abierta e impúdicamente le ofrecen a las personas "sus" productos a precios más que especulativos, inmorales, por ejemplo un kilo de leche de las que normalmente expende Mercal a Bs. 70 los venden por las bicoca de Bs. ¡1500!, es decir un aumento descomunal del 2200 por ciento. Otro tanto ocurre con el café, el kilogramo tiene un pvp de Bs. 93, pero los bachaqueros vende ¼ de kilo de Café Venezuela Bs. 550 y el kilogramo a Bs. 2.200, es decir estos delincuentes le aumentan al café regulado 2.265,59 por ciento.
Sólo me voy a referir a estos dos productos. No han pasados dos semanas en la que el Presidente Maduro dijo al país que ese extraordinario proyecto que fundó el Comandante Chávez de los Abastos Bicentenario se había podrido, es decir, más pudo la corrupción. Ello vino aparejado con la ofensiva policial con la llamada ‘Operación Gorgojo’.
Pero los delincuentes enquistados en Pdval, Mercal siguen, al parecer, allí y muertos de risa. No otra cosa puede uno pensar cuando ve pacas y pacas de paquetes de Café Venezuela de ¼ de kilo vendidos por jóvenes, niños y niñas, personas lisiadas, hombres y mujeres en general de mal aspecto, pobremente vestidas. Y surge una elemental y primaria pregunta: ¿Quién los abastece, les suministra el café o la leche en cantidades tan exorbitantes en esos centros alimentarios del Estado?
Ese lumpen que conforma el bachaquerismo, carente por completo de conciencia de clase, conciencia de patria, conciencia de pueblo; insensibles a las necesidades y al dolor de ese pueblo del cual forman parte, –forman el ‘capitalismo popular’ del que alguna vez habló la Malinche Machado, lo más perverso de la mentalidad capitalista –, indudablente que es una red o unas redes de contrabando de extracción, una organización mercenaria al servicio del capital y de las mafias que tienen en los centros de alimentación del Estado uno de sus grandes proveedores que se los roban y los trasiegan.
¿Pero qué es lo más grave de que se vendan a cielo abierto, a la vista de todo el mundo, policías incluidos, en Quinta Crespo, Pérez Bonalde, Petare absolutamente TODOS LOS PRODUCTOS QUE ESCASEAN EN LOS ANAQUELES DEL LOS AUTOMERCADOS, EN LOS ABASTOS Y BODEGAS?
Le están tirando una trompetilla al gobierno, al Presidente, se burlan de él y como lamentablemente nuestro gobierno no tiene la contundencia que se necesita ni la represión para actuar contra ese cáncer que, evidentemente, es un delito. Hay una impunidad sorprendente. El Alcalde Caracas, el Gobernador del Distrito Capital, ¿no saben eso? ¿No tienen la fuerza de la Policía Municipal y Nacional? ¿Y qué hacen? Al parecer no lo suficiente porque el mal sigue crudito, es más, se ha intensificado.
Por supuesto hablé de sólo dos productos, leche y café, pero de la cesta básica donde están el azúcar, la harina de maíz, la mayonesa y salsa de tomate, el jabón de olor o en polvo, hojillas, toallas íntimas, papel sanitario, lavaplatos, pañales, champú, pastas dentales, leche infantil y cientos de productos más que se los proporcionan los capitalistas, las grandes distribuidoras, muchos automercados y super mercados que forman parte del engranaje de esas formas de acumulación súbita de capital y son parte de las redes y los circuitos "secretos" para mover las mercancías sin ser detectados por una policía que se hace la desentendida y unos gobiernos municipales y regionales que no quieren actuar y hacer cumplir la Ley.
A ese bochornoso y deleznable espectáculo de un sector del pueblo envilecido que especula y explota a su propio pueblo y que se saben intocables y practican a diestra y siniestra la corrupción, debemos agregar la otra especulación, la de los precios de productos regulados donde, por ejemplo, un paquete de galletas, no de las mejores por cierto, ya ronda los Bs. 500 y un paquete de pan cuadrado ya pisó los Bs. 1000. ¿Qué diferencia al pequeño empresario que tiene la concesión y paga un impuesto dentro del Mercado de Quinta Crespo de ese bachaquero o "trabajador marginal" que en la parte de afuera del mercado se enriquece de una manera vil?
Pudiera pensarse que no hay comparación posible, pero algo en común los une, la acentuada mentalidad capitalista salvaje, la ambición de riqueza, la carencia de escrúpulos. Desde el punto de vista de los recursos, el pequeño comerciante que está dentro del mercado tiene más fortalezas, un espacio, relaciones comerciales pero no es capaz de frenar que diaria o semanalmente los alimentos vienen encarecidos y él los vende más caros aún sin que le tiemble el pulso, sabiendo que el salario del trabajador tiene un límite y los preciso se tragan los modestos aumentos al salario mínimo que otorga el gobierno.
Es una guerra contra el pueblo, contra las mujeres en primer término, contra las madres y los niños, es el plan más atroz e implacable que se haya propuesto el capital trasnacional y los burgueses nacionales para rescatar la plusvalía y la renta que dejaron de percibir estos 17 años de Revolución.