También los sobornos, los decomisos y las sanciones pecuniarias forman parte
de la inversión de todo comerciante. Estas “inversiones” ayudan a los
empresarios capitalistas, altos, medianos y bajos[1]
<> para acrecentar sus costes de
producción y así minimizar sus ganancias ante el SENIAT[2]
<> . Tales cargos suelen registrarse con
sobreprecios mediante la sobrefacturación de otros costos a través de
colusionarios “arreglos” de varios patronos entre sí, y más aun si
pertenecen a algún holding.
Creemos que es antieconómico y malversante invertir ingentes fondos para
combatir el bachaquerismo mediante operaciones puntuales, ayer sí, hoy no,
cosas así. A un comerciante irregular o regular se le apresa, se le sanciona
y luego sale de nuevo y va por sus fueros. Esa es la historia, no podemos
negarla, porque sencillamente billete mata justicia, mata burócratas, mata
patriotas y hasta ha matado la moral del más honesto. El chantaje y la
extorsión son el mecanismo de última instancia a la orden de los adinerados,
de los capitalistas, o sea, de quienes son los verdaderos generales en estas
sucias guerras. Todos los demás copartícipes representan sólo su más ingenua
y obediente soldadesca.
Esta es la idea: de poco han servido hasta ahora los variados y costosísimos
organismos, comisiones y mecanismos empleados sistemática o improvisadamente
para contrarrestar la fiebre del capitalismo popular que ferazmente se ha
sembrado en nuestro país desde hace casi un lustro; desgraciadamente hay que
reconocerlo; de lo contrario, no podremos atacarlo de raíz, no, mientras no
le dimensionemos en sus justas medidas.
Ya en entrega anterior <http://www.aporrea.org/
cité el mecanismo inflacionario, por cierto, novísimo a nivel mundial, si se
quiere. No perdamos de vista que el imperio usa estos países o “patios
traseros”, que siguen siéndolo de hecho, como laboratorios sucios para sus
sucias guerras. Es que cada vez más perfecciona sus métodos comerciales y
sus protocolos con marramuncias propias de todo mercachifle.
No puede ser malo para el bachaquerismo, incluyente de fabricantes,
intermediarios mayores y detallistas caseros, que a uno que otro se le
sancione, le apresen unos días a espaldas del pueblo, porque si no fuera
rentable no lo seguirían practicando los restantes, ni multiplicándose como
lo hacen. Por ejemplo, una empresa de nombre X es sancionada y sus dueños se
limitarían a cambiar su razón social de la manera más legalita.
[1] <> El comerciante informal opera con
mercancías morbosas, tal como hace el narcotraficante, el ladrón y el
aguantador, pero se trata de mercancías que como valores de uso también
“caminan”.
[2] <> Por cierto, las empresas podrían
pagar impuestos fijos e independientes del volumen de sus ganancias, aunque
si del tamaño de su capital registrado, Los bachaqueros, bien registrados
a cambio de no ser perseguidos . Recordemos que el comerciante informal no
cobra ni reintegra IVA.