El mercado de Mercal ubicado en Pampatar, en el municipio más adeco de la isla de Margarita, ha sido controlado desde el 13 de abril de 2016 por la Comuna del municipio Maneiro, cuyos habitantes, a más de violentos y agresivos, expresan abiertamente su rechazo al gobierno nacional, y maldicen al Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros. Esta nueva estrategia impide a los habitantes de La Asunción y Porlamar realizar la adquisición de alimentos regulados en este local. La Comuna controla la entrada y dispendio de los productos como si ellos fueran los gerentes y propietarios de los mismos.
Esto es una bofetada directa a la política inclusionista del gobierno nacional y regional. Los sectores "populares" de Pampatar dominan ahora ese escenario, y no es precisamente con buenos modales y educación, sino con intimidación y miedo. Quien tenga la osadía de aparecerse ahora por ahí para adquirir arroz, pasta o leche se expone a que lo agredan, y de seguro le dicen que se vaya a quejar donde su "maldito gobierno bolivariano". Por ello, es urgente que se intervenga este Mercal y se averigüe cabalmente, qué pasa ahí. Señor gobernador Mata Figueroa, ¿por qué usted permite esto? ¿Cómo se deja quitar usted con los adecos de Maneiro, que lo odian y odian al gobierno, este centro de distribución de alimentos que es un beneficio directo, justo y universal para todos los margariteños, por un grupo que organizado en comuna guarimbera adeca se siente dueña y señora del local, las cajas y los artículos alimenticios que son para todos los margariteños?
El Mercal de Pampatar no puede estar exclusivamente al servicio de quienes rechazan abiertamente al gobierno, agreden a los funcionarios de la Guardia Nacional, maldicen al Presidente y al Gobernador, se niegan a firmar cualquier documento en apoyo a la soberanía e independencia del Estado venezolano, y que constituyen los votos incondicionales de siempre de la alcaldesa adeca local. Esto no se explica. Por ello debe reubicarse ese local para la capital del estado Nueva Esparta, como punto equidistante para los demás municipios, y que se establezca algún mecanismo seguro y honesto de control que garantice el acceso por igual para todos los margariteños, sin importar su lugar de vivienda.
La gente gritona, peleadora, traidora y agresiva no se merece privilegios de ninguna naturaleza. Nadie tiene derecho a agredir a los demás venezolanos, ni al resto de los margariteños, por sentirse propietarios de un local que no es de su propiedad. Recurrentemente se observan estas agresiones en el Mercal de Pampatar. Amenazas con cuchillos, groserías, obscenidades de irrevelable factura, empujones y mentadas de madre son expresiones de esa violencia adeca rancia y enfermiza que alimenta el odio de estos sectores "populares". Si prevaleciera el respeto y la decencia se les reconocería ese civismo, pero esa no es la norma, y la actual actitud discriminatoria y excluyente desdice aún más de estas comunidades que están ahora bien organizadas para hacer sentir su rechazo al gobierno regional y nacional, a pesar de que es nuestro Estado revolucionario el que les pone el bocado de comida en la boca, y no el gobierno adeco municipal.
Gobernador, actúe sin cobardía. Cierre y reubique el Mercal de Pampatar o establezca ventas diarias por municipios. Por ejemplo: Lunes y martes los habitantes de Maneiro y Marino, Martes García y Arismendi, Miércoles Gómez y Marcano, Jueves Antolín y Díaz, y Viernes Tubores y Macanao. Cualquier otro mecanismo puede contribuir a la equidad y la justicia en el acceso a los alimentos, como ocurre en los Pdvales de Santa Ana y Los Millanes donde no se excluye a nadie, pero no permita que el Mercal de Pampatar sea ahora la guarida de un solo grupo que actúa como una banda de pranes de los alimentos. Basta de abusos y oportunismo guarimbero, carajo. Aprendan a respetar los derechos ajenos si quieren ser respetados también para que se les respeten sus derechos en igualdad de condiciones.
Isla de Margarita, abril de 2016