La Guerra Económica que hoy se le impone a Venezuela mucha gente desconoce su verdadero trasfondo, justificándolo con ineficiencia, corrupción o una simple pelea entre gobierno y oposición, sin saber que se desarrolla bajo un esquema de saboteo sistemático dirigido desde fuera de nuestras fronteras y ejecutado por una derecha endógena apátrida, que va en contra de la nación. El bloqueo económico de transnacionales y campañas de descrédito de medios de "comunicación" pretenden doblegar al pueblo con el único fin de volver a apoderarse de las grandes riquezas del país, que una vez mantuvieron a su antojo.
Visto así, surge la interrogante: ¿Está verdaderamente consciente la población, que vivimos una Guerra Económica impuesta por intereses imperiales y transnacionales de medios de producción y de comunicación para volver al pasado? Para ello, debemos comprender y entender que la Venezuela del último siglo se mantuvo bajo un monopolio de estos medios de producción, encerrados en intereses económicos de élites de poder que impusieron una dictadura mediática y de consumo a sus marcas, haciendo un gran daño de tergiversación en la cultura de seres humanos con valores y una patria que exigía reivindicaciones sociales y políticas para su transformación. Es hoy esa élite quién mantiene ese afán por continuar ejerciendo el control a costa de las necesidades prioritarias del pueblo, que diariamente se le hace más cuesta arriba conseguir los alimentos básicos para sustentarse.
Se ataca al pueblo con una inflación y un acaparamiento inducido, a su vez la mayor empresa del monopolio de alimentos (POLAR) dejó de empaquetar y envasar productos básicos de la alimentación de los venezolanos, bajo el supuesto que no se le proporciona divisas para adquirir materia prima, cosa que difiere cuando vemos que exportan y producen sus propias divisas con las que pueden sustentar sus empresas. Todo esto, genera un espiral en la cadena de distribución que distorsiona la comercialización de productos básicos indispensables para la dieta del venezolano y que hoy se ven afectado por una estrategia mal sana y de bajos escrúpulos que lleva en dirección la destrucción del proceso de transformación que hoy vive Venezuela.
Mientras más se va radicalizando esta guerra en contra de la patria, mayor conciencia debe tener el pueblo, en el sentido que se pretende inyectar psicológicamente la negación de todos los logros alcanzados con la Revolución Bolivariana. Es difícil concebir que haya posturas antagónicas en contra de conquistas como: La reivindicación de nuestros pueblos originarios y la cultura, de las viviendas dignas para todos, que exista educación gratuita y de calidad, que se garantice la salud para todos sin discriminación; esto por mencionar algunos logros que son un hecho en Venezuela y que muchos países anhelan.
Salir del laberinto, es hoy una necesidad inmediata, pero debemos unir esfuerzos para defender las conquistas sociales y políticas; continuar construyendo las bases del socialismo en medio de la compleja situación existente, es la tarea titánica de todos los revolucionarios en Venezuela y el continente. El imperio se despliega sobre la América del Sur logrando alcanzar algunas conquistas que permitirían retroceder y fraccionar la unidad de los pueblos indoamericanos, su mayor ganancia seria la conquista del poder en Venezuela, pero para ello los venezolanos y venezolanas debemos estar conscientes del momento histórico que vive la patria grande de Bolívar.
Es el momento de producir y entender que tenemos grandes riquezas por potenciar, pero debemos hacerlo nosotros mismos y no esperar que un poder externo lo haga. Aprendamos a valorar lo que tenemos y recordemos siempre que la historia nos habla de un país gobernado por viejos esquemas de intereses capitalistas que no deseamos vuelvan, pero es necesario la organización, la participación y el protagonismo del pueblo, por eso es fundamental la conciencia por cada logro alcanzado en revolución.
¡A PESAR DE LAS DIFICULTADES, SIGAMOS AVANZANDO!
¡VENCEREMOS!
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