En estos últimos años surgió en nuestro país un nuevo tipo de universidad único en el mundo. Se trata de la universidad pública con fines de lucro. El esquema funciona más o menos así. El Ministerio con competencia en materia de educación universitaria interviene la universidad y designa las autoridades según su buen saber y entender, esas autoridades no tienen porque ser profesores de esa universidad. Esa gestión no es sometida a ningún tipo de evaluación, en parte se entiende, porque tampoco es definido con claridad el objeto de la intervención. Lo cual permite que el período de la gestión se prolongue por varios años y hasta más de una década. Esas autoridades comienzan entonces el proceso de expropiación inversa de la universidad, es decir, sus espacios van pasando de la esfera pública a la privada. Se inicia entonces con una serie de negocios directos e indirectos, es decir, lo asumen directamente algunos profesores o empleados de la universidad o entregan en concesión esos espacios para su explotación por algún empresario privado. Si en un ámbito de esa universidad nueva se ha hecho más lucrativo el negocio es el de los doctorados.
El negocio de los doctorados, como ya dije, en la nueva universidad pública ha resultado sumamente lucrativo. Los mercaderes de la academia han perfeccionado sus técnicas de lucro a tal punto que será bastante difícil erradicar ese modelo de negocios en futuro cercano. Por donde uno lo mire surge una oportunidad comercial. Lo que voy a describir es un caso real y se han omitido los nombres para proteger a los inocentes. El negocio de divide a grandes rasgos en tres toletes. Por un lado está el negocio administrativo, todo los que tiene que ver con fotocopias, consumibles, constancias, etc. Sí, aunque usted no lo crea, constancias. Por ejemplo, para graduarse de doctor uno de los requisitos es la solvencia de la biblioteca; pero, esa solvencia no se tramita en la biblioteca. La solvencia la venden en uno de los negocios de fotocopiado que funciona en uno de los locales de la universidad. Segundo, está el negocio dela graduación, el cual merece un artículo aparte por sus ramificaciones hasta el pregrado. Por último, y de lo pero, es el negocio en torno a la actividad que debería ser académica. En este ámbito todo tiene un precio. Veamos.
Los profesores del doctorado en esa nueva universidad pública cobran por todas las actividades que realizan dentro y fuera de las instalaciones de la universidad. A continuación algunos detalles. La tarifa mínima por clase es de Bs. 2000. Se designa un vocero o vocera del grupo, el cual es responsable de recolectar el efectivo entre los doctorandos y de estregárselo al Doctor o Doctora. Bueno, si los curas recogen dinero en las iglesias, que tiene de malo que un profesor haga colecta en el templo del saber. Si las clases se realizan fuera de la universidad e incluso fuera de la ciudad donde está autorizado el doctorado la tarifa aumenta considerablemente. También está el negocio de las presentaciones en Power Point o en Prezi, dependiendo de cuan sofisticado sea el Doctor y de la capacidad de pago del doctorando. Pero el más lucrativo de todos es el de la tutoría de la tesis doctoral, ese es el limito del negocio. Y lo pero de esta perversidad, de esta ruina académica. La tarifa full por la tesis doctoral incluyendo la presentación en Power Point para la defensa ronda los treinta mil bolívares, ojo precios referenciales estos precios no se salvan de la inflación. En algunos casos el Doctor Tutor ofrece paquetes que incluyen los ejemplares impresos y encuadernados de la tesis doctoral. Estos precios pueden no incluir las horas de "asesorías". Como me comentó un profesor doctorando, la gran ventaja es que uno no tiene que hacer la tesis.
Todo esto ocurre a la luz del día, a plena voz y es del conocimiento de las autoridades competentes tanto de la universidad pública como del ministerio con competencia en educación universitaria. Por eso propongo que el doctorado en la nueva universidad pública con fines de lucro se llame Doctorado, C.A.