Qué anodino es el bachaqueo para quien lo practica, mas, seguro que no lo sabe porque el bachaqueo es un acto de la consciencia enajenada; para la MUD es colmar su desmedida ambición de lamer las botas del gringo; ¡mira, gringo -exclamará tal vez la MUD ante su amo imperial, a la hora de rendir cuentas- tenemos organizados 95 751 bachacos en Petare y 25 306 en tal o cual parte pero necesitamos engrasarle las manos a Lorenzo Mendoza para que nos haga llegar tantas o cuantas pacas de harina pan y de Ketchum a tal o cual parte donde los CLAP pretenden llevarnos la delantera y eso podría afectar los resultados electorales nuestros, hay que joder al pueblo para que no vote por la revolución!
Al bachaquero le falta un tornillo en su cabeza, pierde su futuro en cada acción de tal, el bachaquero se desprecia a sí mismo, es un derrotado, tiene traspuesto el sentido de orientación.
Muchos que no lo son expresamente llevan el bachaco adentro, latente, el bachaquero es un enfermo de irrealidades, su ilusión se enfoca en algo que no vale la pena más que para gastarlo en procura de lo indispensable, en vez de acumularlo, ¿y, para qué?, dinero.
El capitalismo enferma de dinero a mucha gente; ¿sabe el bachaquero de dónde viene y adónde va con esa pata hinchá?
La ambición dineraria es una derrota de la personalidad, su cerebro está enfocado en un papel con números en vez de la vida de todos; es que el bachaquero carece de noción de entorno, pero ese pobre bachaquero no es él por sí mismo, el bachaquero es un producto social de la sociedad de consumo y cuyos valores proclama la televisión y la prensa capitalista; pero para decirlo de manera más sencilla, el bachaquero es un pobre pendejo.
Veamos, el bachaquero compra un kilo de harina de maíz en 190 bolivares para luego ir a la esquina a revenderlo en 3000 bolivares, pero ni se percata que con eso el aumenta la carestía de todos los productos y seguramente un par de zapatos que pudiera costar 2300 Bs, él tendría que pagar 30 000 Bs y en consecuencia, el dinero que él obtiene especulando con el maíz ni le alcanza para pagar los zapatos que él mismo necesita; o sea, que lo que el bachaquero especula por un lado tiene que gastarlo por el otro, y con creces porque se desata una cadena especulativa la que no es casual sino orquestada desde laboratorios de guerra que aquí la MUD pone en ejecución.
En conclusión, el bachaquero es como un preso en un calabozo que tiene la puerta abierta de par en par; no escapa porque está enajenado, recluido en su propia trampajaula diseñada por el imperio y regalada para que siga de esclavo.
El reto de la revolución bolivariana es liberar al oprimido, no será fácil pero hay que hacerlo, lo haremos, pero antes hay que saber que la MUD es patógena.
Si es pertinente para reflexionar, valga la digresión siguiente:
De Carl Popper, cuyo pensamiento no asumo sino con pinzas, extraigo esta melodía más o menos sic: "Sí la democracia no controla ese inmenso poder de la televisión, no podrá subsistir"