Las imprevisiones, la carencia de una planificación capaz de prever las reacciones a corto y mediano plazo suelen ser muy costosas en lo económico y en lo político, particularmente en materia de altas finanzas.
Actualmente, para retirar Bs.F 12.000 por el cajero automático usted tendrá que hacerlo mediante un mínimo de 3 retiros: 3 de Bs.F 4.000 c/u. Es notoria la pérdida de oportunidad, tan manejada por el empresario burgués capitalista, de un elevado porcentaje, solamente por concepto de servicios no prestados tan pronto entre en circulación el nuevo cono monetario.
Veamos el soporte matemático de esa estimación de las pérdidas, que para un empresario capitalista significarán, por ejemplo, sólo con el billete de Bs.F 500:
En ese caso, usted habrá pagado 3 servicios, con dichos 3 retiros, retiros que por cierto fueron prematuramente aprobados por el mismísimo Banco Central de Venezuela y por su mismísimo actual personal que sigue regentando esa máxima institución financiera.
Efectivamente, con el nuevo cono monetario y, por ejemplo, para el billete de Bs.F 500, usted podrá retirar hasta 20.000 con 1 sólo clic[1], con 1 solo retiro, céteris páribus, es decir, bajo el supuesto de que la banca siga operando con las mismas obsoletas y actuales máquinas de los cajeros automáticos que hasta ahora y por tiempo indefinido suelen seguir usando todos los empresarios, siempre reacios a la renovación del capital constante por aquello de los "mínimos costes y máximas ganancias".
Esos Bs.F 20.000, les están costando hasta ahora al cliente bancario que use los cajeros automáticos, como mínimo, 5 cargos a su cuenta por concepto de 5 clics o retiros de Bs.F 4.000 c/u*. Se infiere que ese ahorro para el usuario resulta a todas luces incompatible con la empresa bancaria tanto privada como pública, aunque esta última podría asimilar a costo social la reducción futura de sus ingresos por ese concepto, pero ya sabemos que el criterio público suele ir por un lado y el privado por otro.
* Para el caso de X Bs.F como tope de retiros arbitrariamente prestablecidos por cada banco.