La corrupción y la evasión fiscal constituyen violaciones a los derechos humanos, porque crear desigualdad e inequidad en los países, según estudios de especialistas. "La evasión fiscal provoca que las personas más vulnerables no puedan disfrutar plenamente sus derechos económicos, sociales, de salud y educación", afirmó Rocío Noriega, asesora de Gobernabilidad, Ética y Transparencia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Agregó "la corrupción tiene un impacto negativo sobre el disfrute de los derechos humanos". Además, constituye "una amenaza para la democracia, ya que viola sistemáticamente el fundamento de la ciudadanía al perpetuar una desigualdad fundada en el acceso de unos pocos al poder, dinero y conexiones personales". La corrupción, como forma de asignación de recursos públicos a fines distintos del bien común, es una forma grave de violación de los derechos humanos.
En todos los países la corrupción es uno de los tres problemas más importantes, según las respuestas a la encuesta Latino barómetro. En 2013, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, advirtió que, como la corrupción puede ocurrir de muchas formas y contextos, es casi imposible identificar todos los derechos humanos que puede violar. Añadió que la corrupción constituye un obstáculo para el desarrollo de las sociedades, pero también un grave problema para el fortalecimiento de la legitimidad de la democracia, pues su prevalencia y la percepción de la ciudadanía sobre su incidencia en los asuntos e instituciones públicas, pueden socavar gravemente el apoyo al régimen democrático.
Según datos de la Cepal, la región presenta un nivel de desigualdad en la distribución del ingreso que es más alto que en otras regiones del mundo, con un coeficiente de Gini medio de 0,53. Ese coeficiente mide la desigualdad de ingresos, va del cero al uno y el primero establece la perfecta igualdad y el segundo la perfecta desigualdad. Como ejemplo, el país menos desigual de la región es más desigual que cualquier miembro no latinoamericano de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) o de cualquier país de Oriente Medio o del norte de África, asegura el informe Evasión y Equidad en América Latina de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL. Los cinco países latinoamericanos con peor distribución del ingreso, según el organismo, son Brasil, Guatemala, Honduras, Paraguay y Chile.
En Chile, la mayoría de las personas con empleo ganan unos 500 dólares mensuales, en un país donde un kilo de pan vale dos dólares, mientras las 4.500 familias más ricas viven con más de 30.000 dólares al mes. Algunos ejemplos de la inequidad en la distribución de los ingresos latinoamericanos. Crédito: IPS "La evasión tributaria es un fraude contra la desigualdad, de eso no cabe la menor duda", afirmó a IPS la socióloga Marta Lagos, directora de Latinobarómetro. "La evidencia empírica masiva demuestra que hay una mejora en la distribución del ingreso después del pago de impuestos", añadió. Aseguró que "la informalidad de nuestros Estados permiten la evasión fiscal" que se puede materializar tanto en las altas esferas del poder económico como en una dimensión ciudadana. Es algo que califica como "fraude social" y que apunta a aquellas costumbres que están legitimadas masivamente en la práctica de una sociedad y que el Estado no puede erradicar. "Son costumbres ya sea incorrectas, ilegales e inmorales".