El defensor de los bonos del hambre

El economista venezolano Francisco Rodríguez, a través de la firma que dirige en la ciudad de los rascacielos, es uno de los principales pilares de la permanencia de la administración de Nicolás Maduro en el control de la República Bolivariana de Venezuela. Ya dijimos en una ocasión que Rodríguez es el que ha logrado tener contentos a todos los tenedores de los bonos de Venezuela y en especial los de PDVSA, mientras el pueblo no tiene medicamentos y tiene una crisis de alimentos que ya es intolerable.

El año pasado (2016) PDVSA estuvo a punto de caer en incumplimiento de pago de su deuda o default, que hubiera provocado una debacle en el control político y económico del país. Torino Capital y su vocero Rodríguez se encargaron durante todo el verano de 2016 de defender la estructuración de un mega-canje, que no era otra cosa que un incumplimiento mil millonario de pagos pendientes de los bonos de PDVSA con el camuflaje de una nueva emisión que brindaría a Venezuela y PDVSA aire para continuar con una fachada de revolución bolivariana, que ni ellos mismos sostienen en el discurso, porque simplemente no es ni “revolución” y menos “bolivariana”, ya que al final están de espaldas a la soberanía del país.

Recientemente el profesor de Harvard y ex ministro de CAP Ricardo Hausmann, con quién también hemos expresado algunas diferencias por causas evidentes, hizo un llamado a los inversionistas tenedores de bonos de PDVSA y de Venezuela a tener conciencia porque invertir en estos instrumentos lo único que hace es llenar los bolsillos, pero a expensas de una crisis humanitaria nunca antes vivida en nuestra nación. Los bonos del hambre, los llamó. En pleno sacrificio de venezolanos en la calle: unos por represión, otros por una épica inconsistente y otros por hambre, aún Torino Capital y Francisco Rodríguez continúan en la cruzada de convencer al mercado financiero internacional que Venezuela no incumplirá el pago de su deuda.

Manejamos información de que bancos de inversión en Estados Unidos, han pedido al departamento del tesoro de los Estados unidos, una opinión legal sobre las recomendaciones de esta pequeña corredora de valores en Nueva York que tanto defiende al gobierno de Maduro en Venezuela, gobierno que cada día es más contrario a la democracia y a su propio pueblo.

Podemos coincidir con Hausmann, cosa extraña (porque nosotros repudiamos las medidas contra el pueblo impuestas por el fallecido ex presidente Carlos Andrés Pérez para el cual trabajó), pero sin duda tiene razón cuando opina que invertir en bonos de PDVSA es invertir en una maquinaria de exterminio de las esperanzas del pueblo venezolano y de América Latina, con una clara aplicación de estrategias goebbelianas, distante de un socialismo democrático coherente y viable. Torino Capital ya debería estar pensando en mudar sus oficinas de la tercera avenida en Nueva York a La Habana, Cuba, donde coinciden con su mercenaria misión de exprimir lo único que queda de una República noble como lo es Venezuela, es decir sus cada vez más menguada y corrompida riqueza rentista, modelo que estamos obligados a cambiar.



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La Aceituna


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