Varios comerciantes de El Tigre, municipio Simón Rodríguez, del estado Anzoátegui, me expresan su angustia y molestia por el matraqueo descarado de que han sido objeto por parte de un funcionario encargado de certificar el permiso respectivo para el funcionamiento de comercios, negocios, empresas y bienes inmuebles, entre otros. Como se sabe, corresponde al Departamento de Prevención la respectiva supervisión de locales, estructuras, equipos como extintores de incendio, canales de evacuación de personal, instalaciones eléctricas seguras, desagüe y demás componentes relacionados con la seguridad física y la normal utilización de los espacios y bienes. Sin embargo, una manzana podrida pretende enlodar el trabajo, la reputación, el ejercicio honesto del trabajo de tantos hombres y mujeres, quienes lejos del lucro y la miseria humana de la ambición, prestan sus vidas para el bien común.
El trágico incidente de la caída de las Torres Gemelas en los Estados Unidos le demostró al mundo el alto valor que tienen para la humanidad los cuerpos de bomberos del planeta. En nuestro país estos grandes seres del sacrificio no paran de hacer gestos nobles y altivos. Lamentablemente el Estado los ha descuidado y desasistido. La cultura del olvido los ha condenado al abandono. Pero ello no justifica que un funcionario en particular cobre comisiones deshonestas de hasta 500.000 bolívares por estampar una simple firma y poner un sello, no se sabe si con la anuencia de jefes superiores. En ese sentido, las personas afectadas me señalan que se están organizando para ejercer acciones legales contra ese funcionario, que sin dudas tendrá que responder por la enorme fortuna que amasa actualmente, de la noche a la mañana, solo por ejercer ese cargo, ante la rabia de sus propios compañeros. Este tipo de bochornos no debe quedar impune y cuenta con todo nuestro respaldo, y no dudaremos en tramitar por los más altos canales oficiales, las acciones a que haya lugar para alcanzar la decencia y la transparencia que tanto debanda la moral republicana en estos tiempos convulsos.