Pierde más el gobierno cayendo en dimes y diretes con la ex fiscal Luisa Ortega Díaz. Porque bien grave, más que cualquiera acusación que se tenga contra Luisa Ortega, son las acusaciones que desde el exterior viene dando el personaje en contra del presidente y su entorno político más allegado. Hoy en una conferencia internacional dijo nada más y nada menos que tenía pruebas de que Diosdado Cabello había recibido desde España $100mm. También dice casi con frenesí, que el presidente venezolano está involucrado en otros tantos hechos de corrupción. Y que hay algunos otros funcionarios más, que igualmente están involucrados.
No terminan de esclarecer tanto la ex fiscal en el fuero exterior, como el gobierno en lo interno las pruebas determinantes que permitan imputar a quien se tenga que imputar. Aquí, las acciones del nuevo fiscal han sido tímidas y contradictorias. Lo que afirma Luisa Ortega, constituye máxima gravedad de escala internacional, debido a la forma inusual que usa para realizar sus acusaciones y después por ser precisamente un ex funcionario de ese nivel que las están llevando a cabo. Entonces no es precisamente hacer mutis sobre este delicado caso, como los funcionarios atacados deben reaccionar.
Es muy grave la cosa para enrollar la lengua. Pero vienen ocurriendo cosas de estas desde hace tiempo. Hace unos días nomas, desde un banco europeo se acusaba a un ex presidente de PDVSA de contar con millones de dólares en una cuenta personal. O sea que el ventilador contra el gobierno nacional crece en aspas y en reguero de porquería. Al final uno no sabe si resplandecerá, en pruebas definitivas la luz de la verdad. Pero deben estar claros los factores moralizantes de la revolución de que si la mitad de las cosas que se dicen hoy en el exterior con relación a cohechos protagonizados por un liderazgo cualquiera sea, son de transparente realidad, váyase preparando pues, una junta moralizadora de amplios poderes, para acometer con alto pundonor los juicios penales a que dieran lugar esas acusaciones.