Los enemigos mortales del especulador son: la ignorancia, la codicia, el miedo y la esperanza. Jesse Lauriston Livermore.
El artículo 114 de la CRBV tipifica como delito la especulación (Artículo 114. El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la cartelización y otros delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo con la ley) Los precios de los artículos de primera necesidad, y de acuerdo con esta constitución, el pranato de comerciantes en Venezuela han caído abiertamente en el delito constitucional arriba mencionado. ¿Les darán prisión por este acto criminal en contra de la población venezolana los que sean detenidos en flagrancia?
En estos días, y a propósito del aumento salarial de este septiembre 2017, los alimentos y medicinas, y los demás rubros del comercio, se han visto afectados por la gran especulación que vive al país donde ha disminuido la oferta, y se han aumentado los precios en algo nunca visto en este país, y que desesperan a los consumidores en algo tan criminal que el gobierno parece no querer ver. La población venezolana carece de los más mínimos elementos de defensa ante esta escalada hamponil inflacionaria, donde se le ha dado cabida al pranato de comerciantes que han hecho de la especulación, una de las causales del masivo descontento popular.
En este orden se impone investigar este delito dónde la especulación con los alimentos de la dieta de los venezolanos, y donde no se aplica la ley de protección de los derechos del consumidor en Venezuela, aquí solo se permite el aumento de precios inconsulto por parte de estos delincuentes, no se ve la regulación ni el control de los 50 productos anunciados por el gobierno nacional, que controlaría los precios de los alimentos básicos hasta neutralizar esta perversa inflación.
La especulación no es solo en los alimentos, y medicamentos, repuestos de vehículos, es también en los alquileres de inmuebles, y pensiones residenciales en general significa un atentado a los más vulnerables, los más pobres, los que no tienen protección ante este delito especulador, venezolanos desprotegidos que deben sobrevivir todos los días con lo que aparezca en este mercado comercial hamponil.
Este delito debe ser abordado, y castigado severamente por las autoridades, pero de que forma: Cómo saber si hay o no especulación en el precio de los productos alimenticios, medicinales, repuestos, arrendamientos etc. ¿Cómo determinar si se produjo especulación en la cadena desde el distribuidor hasta el consumidor final? ¿En nuestro país se ha formado una mafia intermediaria que en definitiva es la que fija los precios, financiada por este sector comercial? Este pranato parece tener un dispositivo con el que aplican la falla en el mercado consumidor, y así crear una escasez artificial para que el aumento de los precios les favorezcan sus sucios negocios.
Debido a esta realidad criminal llevada a cabo por amplios sectores de comerciantes hampones organizados, que la han impuesto al gobierno una "ley" que les regula su actividad comercial delictual, porque este sector es el que perjudica al productor, y al consumidor, quedándose ellos con todos los beneficios sin haber sembrado ni fabricado nada, menos poseer unidades agro productivas, ni fabricas de bienes de capital.
En Venezuela parece no existir controles de precios de manera legal, sí los hay de forma irregular, y estos los fija el pranato comercial con la complicidad de funcionarios corruptos.
Ante el huracán de la especulación, hay que hacer un amplio operativo para determinar donde existe o no una real especulación con los actuales precios de los alimentos, medicamentos, repuestos, sobre todo en los producidos en el país, y de todos aquellos que dependen de materia prima importada, y de los productos 100 % terminados e importados.
Para empezar a liquidar la especulación hay que tomar los precios de las fechas de elaboración, para determinar cuando un precio es especulativo o no.
Se sabe que el precio de los productos es especulativo, por que están basados en el precio que le colocan utilizando el mercado cambiario paralelo, sobre todo con el trigo y el maíz. Estos precios son irreales en la leche, las harinas, entre otros productos que deben tener un precio justo alejado de la criminal especulación.
Hay, que aplicarle la Ley Penal al pranato de comerciantes, articulando un equipo de técnicos de alto nivel que actúe con la verdad, y que sea capaz de establecer los precios reales para poder regular esta actividad hamponil-comercial, lo demás seria especular sobre los pranes de la especulación.