Si algo está deteriorando los niveles de precios son los repartidores de las mercancías. Mal ya está que sean tercerizados, bien que no lo sean, sino simples asalariados del distribuidor mayor o de la fábrica directamente, estos repartidores se han adueñado de las mercancías de su proveedor, de su patrono, y las están negociando con los detallistas a quienes están chantajeando y cobrándoles una suerte de diezmo, vacuna o simplemente un sobreprecio, con la amenaza de venderle a otros detallistas. Esto se explica porque ninguno de ellos está compitiendo como comerciante, sino como simples AGUANTADORES de unas mercancías ilegales que irrespetan las regulaciones establecidas por el Estado. .
Con los repartidores de las bombonas de gas tenemos un ejemplo notorio: han llegado a cobrar 6.000 Bs.F o más por cada bombona, luego de retardar las entregas a domicilio de los afiliados que ya hayan m formulado sus pedidos.
Primero pagaban con los retardos en los centros de llenado; argumentaron que era allí, en los centros de llenado-La Yaguara-donde esos repartidores debían bajarse de la mula y a esta endosársela a sus clientes.
Esta práctica se ha generalizado a tal punto que, inclusive, los simples despachadores, por ejemplo, de las panaderías, están cobrando sobreprecios las golosinas, los refrescos, etc., por encima de los precios que registran en las cajas correspondientes; ignoramos si lo hacen con anuencia de los dueños de esos negocios.
Esto ya nada tiene que ver con Economía: estamos frente una delincuencia comercial desatada por falta sanciones severas ante tanto delincuente de este tipo.
El gobierno debería sincerarse con sigo mismo y reconocer que su tejido humano le impide aplicara las merecidas sanciones que ameritan semejantes enemigos de la sociedad.
La economía nacional está muy deteriorada con estos irrespetuosos de toda norma, misma que no respeta al gobierno porque sencillamente este no se ha hecho respetar.
Al gobierno le bastaría sancionar con cárcel a los patronos que toleren que sus empelados incrementen los precios, a los distribuidores que no frenen las matracas de sus repartidores. Bastaría solicitarles a sus detallistas finales que reporten a esos repartidores que cobran por encima de lo facturado.
Las sanciones no pueden depender de ningún protocolo judicial que sólo retarda las sanciones y la situación no está para seguir esperando.
Temeos mucho por los resultados de las elecciones del 15-10 ya que así ocurrió con la las del año 2015 cuando los Pdevales hicieron lo que les dio la gana y el gobierno no supo frenar ni aplicar las debidas as sanciones. No estamos para sentimentalismo baratos. El pueblo está cansado y podría ya mirar para otro lado e ir pensando en otro tipo de gobernantes.
Les he contado que los ingleses le amputaban la mano izquierda al contrabandista de extracción de una oveja; si reincidía, le cortaban la otra mano, y si reincidía le cortaban la cabeza y en público.