Es de esperarse menores precios y su constancia durante algún tiempo mediante los acuerdos gobierno-fabricantes e intermediarios, una forma concreta de diálogo comercial.
De nadie es un secreto que las mercancías no perecederas de la cesta básica han estado largo tiempo acumulándose sin entrar en la oferta necesaria. El consumidor se ha visto obligado a pagar por una mercancía deteriorada-el maíz lo rechaza la gallina-
Resulta obvio que todo acaparador deberá rematar sus inventarios con la mayor brevedad posible si no quiere perder el chivo y el mecate, porque quienes pretendan seguir vendiendo por encima del precio acordado posiblemente serán sancionados, decomisada su mercancía y otras penas concomitantes.
Por ejemplo, el maíz, el azúcar, el arroz y el café deben desde ya, presumiblemente, empezar a recibir las rebajas propias de toda mercancía sometida a remates.
Sin embargo, como los comerciantes suelen ser lerdos para entender la injerencia del gobierno en su libre mercado, serán muchos los que perderán el mencionado chivo y el mencionado mecate