Precios y Salarios Acordados

Hace 15 días se informó que ya saldrían los primeros 5 bienes con nuevos precios. El pueblo sigue esperando medidas autónomamente tomables por el gobierno, pero este no es el caso en cuanto a supuestos "precios acordados".

Se habló de maíces blanco y amarillo; de azúcar, arroz y café. Pasaron esos 15 días y todos han subido de precio, y siguen haciéndolo.

Siguen pasando los días y los demás precios, unos 46 adicionales, también han subido. En consecuencia, ¿será que ya el gobierno llegó a un acuerdo en esa materia?, ¿se busca acordar precios a un nivel tal que la hambruna en proceso siga su curso? Eso no sería ni malo, siempre que el gobierno pudiera " acordar"que los nuevos ajustes salariales induzcan nuevas alzas de precios.

Los ajustes salariales, si bien mitigan, lo hacen sólo unos días y la brecha entre el precio de la cesta básica y los salarios cada día se amplifica.

Es que, mientras la extorsión o "guarimba comercial"-que no son técnicas económicas-no ha cesado desde hace unos 3 años, el gobierno y su enrocable tren de asesores económicos siguen creyendo en fórmulas económicas para su solución.

Es evidente que el precio del dólar o paridad negra que es usada como referencia de costo para la fijación de precios es una engañifa; está evidenciado que no hay relación alguna entre costos de compra y precios en alza; no se cumple la ley de la oferta y de la demanda, habida cuenta de que mientras baja la demanda más suben los precios[1].

Por otra parte, las medidas y proyectos de leyes sugeridos y presentados por el gobierno no necesariamente deben ser acatados taxativamente por la ANC; esta los recibe como lo hace con todas las sugerencia populares que llegue a su despacho.

De manera que el pueblo sigue esperando medidas autónomamente tomables por el gobierno, pero este no es el caso en cuanto a supuestos "precios acordados".

 


 

[1] Esa suerte de ley anormal de la oferta-demanda, se explica porque a menor demanda, menos ventas, y de mantenerse los mismos precios estas bajarían, y a menores ventas menores ganancias, efectos teóricos que no está dispuesto a admitir ningún comerciante.

Por mucho que baje la demanda, mientras halla clientes los precios podrían seguir constantes y hasta subir porque la clientela de las sociedades burguesas es notoriamente desigual en cuanto a sus ingresos familiares. La diferenciación de precios ha sido una práctica corriente de las grandes empresas mediante cambios aparentes en las mismas mercancías para crear subdemandas para unos mismos valores de uso vendidos a precios superiores diferentes según los estratos económicos de la clientela.

La idea es que la ley oferta-demanda sólo se manifiesta en condiciones normales como ajustes de la producción a la demanda coyuntural, porque, si sube, resulta fácil o expedito subir los precios a una misma oferta, pero los costes fijos de cada empresa suele ser constantes luego de una baja en la demanda y los precios podrían seguir iguales y hasta subir. En consecuencia, siempre ha sido mentira que la demanda controle la producción. Esta puede subir sólo por razones competitivas entre los fabricantes, pero no por inducción de la demanda.

 

 



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Manuel C. Martínez


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