Los gerentes de los supermercados no son otra cosa que capataces de sus dueños; están allí para dirigir y vigilar que los empleados del establecimiento cumplan con las tareas que se le han asignado y, obviamente, también para acatar al pie de la letra las instrucciones que ellos les imparten acerca de los alimentos y de más productos que deben ser colocados para su venta en los anaqueles y ya sabemos que a los precios que están registrados en el sistema, de manera que tampoco en este tema, ellos tengan algo que ver…
De manera que, más allá de que aplaudimos las fiscalizaciones de los entes del Estado a esos establecimientos y sus similares en todo el país e igualmente que se apliquen las sanciones más duras una vez que se detectan graves irregularidades en los mismos, como sería el acaparamiento, el cobro de precios por encima de los regulados, alimentos vencidos, la manipulación de empaques, los cobros indebidos, etcétera, etcétera, estamos muy de acuerdo con los panas de Zurda Conducta, quienes ayer 20 de septiembre en su programa por el Canal VTV, llamaron la atención respecto de que las autoridades debían ponerles los gancho por dichas irregularidades es a los dueños, pues esos gerentes no son otra cosa, como bien los calicó la Negra, sino unos simples “pelafustanes” (*) que están allí para cumplir, sin chistar, las órdenes de quienes firmaron con el Gobierno Bolivariano el compromiso de respetar los “precios acordados” y, obviamente, deben ser estos los que estamparon sus firmas en los respectivos convenios, los que deben ir a la cárcel y punto, ya no es posible que sigamos haciendo el papel de pendejos. Esos personajes, llámense como se llamen, hay que buscarlos a donde quiera que se escondan para que paguen por estafar al pueblo; ya basta de tanta burla…!!!
Desde nuestra visión, consideramos que la detención de los gerentes en una primera ocasión como una excelente medida disuasiva, de advertencia de que si ocurre una segunda vez, es decir, que se reincide en las faltas, se irá, –entonces- sin aviso y sin protesto, a ponerle los ganchos al dueño o dueños (generalmente son varios los socios) y así entenderíamos perfectamente que se les pongan los ganchos a los gerentes, quienes, por supuesto, también tienen gran culpa al prestarse a que se actúe indebidamente en perjuicio del pueblo por miedo; son gente cobarde, sin duda pero, carajo…!!!, calificaríamos de imperdonable que se optara, en caso de reincidencia, por no encanar a los dueños…!!!