Señor Presidente Obrero, ayúdenos a enterrar a nuestros muertos

Ciudadano

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, período 2013-2018

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, período 2019-2025

Presidente Obrero

Jefe del Estado

Jefe del Gobierno

Presidente del PSUV

Máxima Autoridad del Ejército, Armada, Aviación y Guardia Nacional.

Jefe Inmediato Superior de Diosdado

Comandante en Jefe de la Reserva de la República

Señor Feudal de PDVSA

Presidente verdadero del TSJ y de todo el Poder Judicial

Facultado para nombrar los representantes de los Estados:

Gobernadores, Alcaldes, Diputados Regionales, Concejales

Facultado para eliminar al Poder Legislativo

Presidente verdadero del CNE

Zar del AMO

Protector de todos los estados del país

Habilitado para legislar por la Asamblea Nacional Constituyente por medio de Leyes Habilitantes

Jefe de la ANC

Dialogante con banqueros y religiosos

Benemérito Presidente Obrero Nicolás maduro Moros

Palacio de Miraflores

Caracas

Sus Despachos

Apreciado Presidente Maduro.

Después de saludarlo en unión de todas las pocas familias que rigen los destinos del país, esperamos que se encuentre bien. Saludos, pues, a la familia Cabello, a la familia Flores, a la familia Rodríguez, y demás familias, etc.

La presente es para proponerle en nombre de quienes, forzados por la crisis que nos ha sobrevenido por su enfrentamiento con la MUD por motivos de privilegios y poder y, que por tal causa, hemos sido condenados a una muerta prematura y no planificada, la creación de una misión, un ministerio o cualquier medida de urgencia económica para asistir a nuestros deudos, quienes a muy duras penas sobreviven como pueden ellos mismos y no van a poder ocuparse del gasto que supondrá en breve nuestra partida hacia la eternidad. Ayúdenos ayudarnos a afrontar con menos culpa y desdicha la transición inevitable.

Le hacemos esta petición con carácter de urgencia ya que desde hace varios años, casi comenzando el 2013, hemos venido dejando de comer y nuestros magros cuerpos tienden a dejar de sostenernos y, que más temprano que tarde (su frase favorita) comenzará un masivo fallecimiento de venezolanas y venezolanos por causas que todos conocemos. No sé si usted habrá pensado en eso, pues yo lo veo cada día más robusto y sonriente como si le pareciera que todo está bien, todo lo contrario de la inmensa mayoría de los hombres y mujeres del pueblo de a pie, es decir, mas flacos y muy tristes y que no tenemos ni en sueños la mas remota posibilidad de comer alguna vez completo ni en restaurantes de lujo como usted por allá por Turquía.

Aproveche, Señor Presidente, y decrete una solución como la que le proponemos. Considere que va a beneficiar a quienes se quedan en este plano a sufrir los altos precios que usted prometió controlar y, a nosotros, quienes pronto comenzaremos nuestro paseo forzoso por las estrellas como dice cierta mitología india.

Esta podría ser una medida humanitaria para ayudarnos a enfrentar la crisis y, dicho sea de paso, tiene ciertas ventajas para usted y su partido en las próximas elecciones de concejales, que recientemente han sido puestas en el camino del país como parte del pan y circo que lo obnubila y que no le ayuda a construir algún tipo de unidad para fines superiores.

Por cierto, usted mismo dijo que no habrían mas elecciones en 2 dos años y que podía dedicarse a gobernar. Por favor no nos venga otra vez con el cuento de que es necesario acumular poder político para enfrentar la guerra económica, que es precisamente lo que dicen sus voceros porque hasta a usted le da pena decir semejante mentira. ¡Gobierne Presidente! ¡Deje de estar perdiendo nuestro tiempo! Esas elecciones no son importantes comparadas con la tarea de unificar al Pueblo en las tareas de su superación material y espiritual. ¿Acaso está usted apuntando a que el Pueblo se mantenga divido y ocupado en subalternos asuntos electorales y no se organice para construir el porvenir que usted y la MUD-Trump le niegan con su lucha de intereses?

¡Gobierne Presidente! y ayúdenos a dejar este valle de lágrimas y austeridad estricta con la paz espiritual última que conviene a ese trance. Nos inquieta, tanto como el hambre por estos días y por estas noches, dejarles a hijos, nietos y demás familia la carga que suponen las exequias cuando el momento llegue. Ellos tienen que vivir antes que cualquier otra cosa y comer hoy lo que todavía puedan conseguir, a veces en un basurero, y no estar pensando en qué cosa van a hacer con el querido cuerpo de un ser amado… ¿Qué hacemos? … ¿Dónde lo sepultamos?...

La vida Señor Presidente es lo primero. Piense en eso cuando lea o le informen de esta carta luctuosa escrita con amor a la familia, a la gente, a Venezuela,… a la vida,… la que por ahora todavía tenemos…, lo cual es solo un decir porque en realidad nos estamos muriendo lentamente,… de hambre… y de ineficacia del Gobierno que no ha podido hacer algo efectivo contra la crisis y al mismo tiempo le impide al Pueblo organizarse para defenderse a sí mismo.

Esta desesperada propuesta se fundamenta en los dolorosos casos de familias que han tenido que enterrar a sus muertos en los patios de sus casas, o han tenido que soportar la tristeza de ver como se descompone el cuerpo de un niño sin poder darle humana sepultura.

Considere la propuesta que le hacemos, deje de pensar un rato en el petro y en los lingoticos y háganos la caridad, ya que, si a nuestro bien vivir usted nada ha podido hacer en casi seis largos años, de darnos una manito ayudándonos a bien morir por causa de lo que usted frecuentemente llama guerra económica, que enriquece aun mas a los banqueros, a la corrupción –protagonista central de mucho lo que se hace en la administración pública– y a privilegiados que se mueven alrededor de su Gobierno para darse la gran vida. Mientras tanto los ciudadanos languidecemos en camino hacia el polvo cósmico.

La crisis que hunde al país y de la cual son evidencias caminantes nuestros debilitados huesos va a profundizarse sin que a mediano plazo se vislumbre alguna salida y, por tal causa y en la dirección de la propuesta, estudie la aprobación en cada parroquia de hornos crematorios gratuitos que nos permita despedirnos humanamente de nuestros muertos.

Esta idea que le proponemos realmente va a aliviar las preocupaciones de nuestras familias y puede estar seguro que le va a garantizar unos cuantos votos en las elecciones que usted recientemente inventó y que parece es en lo único que es efectivo su partido y su gestión, es decir, en elecciones. Cuente con mi voto si es que para diciembre no he exhalado mi último aliento… Y no nos vaya a salir con que primero hay que ganar las elecciones de concejales para, entonces sí, dedicarse a gobernar porque esa ya nos la sabemos y no se la vamos a creer. Ya usted ha acumulado suficiente poder político, ¡Gobierne o Renuncie!

Señor Presidente Obrero

Al menos, ayúdenos a enterrar a nuestros muertos



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Oscar Henrrique Fuenmayor Quintero

Licenciado en Educación, mención Matemática y Física, Universidad del Zulia.

 oscar.fmyor@gmail.com

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