"Es cierto que un vaso medio vacío de vino
es también un vaso medio lleno.
Pero una mentira a medias
de ninguna manera es una media verdad"
Jean Cocteau
La lectura es para aprovecharla al máximo, porque en medio de este mundo lleno de grandes contradicciones, da para sacar las conclusiones necesarias para poder profundizar en buscar de la verdad, y tratar de ayudar a quitarse la careta a los que se disfrazan, y después no hayan la manera de volver a la realidad. Al presidente Nicolás Maduro, le viene disparando de distintos frentes–incluso en el mismo gobierno, se encuentran funcionarios solapados, haciéndole el juego a la derecha–creyendo que, de esa manera van a poner al proceso bolivariano a punto de caramelo. Algunos escribientes, a medidas que buscan cualquiera argumento para atacar al presidente, en muchos casos pelan el pedal, queriendo ir más rápido, y no les importar caer en el lodazal de las mentiras, difamaciones, ofensas, y al final, cuando saben que han metido la "pata", buscan remendar el capote–como dicen en el argot taurino– pero salen con algunas inocentadas, de padre, y señor mío; dando las gracias, faltándole poco para pedir perdón.
El señor Oscar Heck, se agarra de cualquier motivo, para lanzar sus dardos envenenados contra el presidente Nicolás Maduro, y es tanta la verborrea cargadas de insultos, y ofensas, contra el mandatario, que él mismo ha reconocido la actitud asumida por la página APORREA, de no publicarles algunos artículos. Sin embargo, siempre busca en las profundidades de su retorcido odio al presidente, cualquier argumento para arremeter nuevamente, y mire que leerlo, en muchos casos me despierta algo de gracias su manera de tejer, como las buenas tejedoras, cuando arma sus escritos, con el único fin; acabar con la resistencia del proceso bolivariano.
En sus artículos se nota, mucha paciencia al escribir, pero lo que va vertiendo es una lava incandescente, que al mismo autor, va quemando, por lo tanto podemos utilizar el axioma jurídico: "A confesión de parte, relevo de pruebas", que no es más, que quien confiesa algo libera a la contraparte de tener que probarlo.
En el artículo, donde confiesa sus ofensas no conocidas contra el presidente–me las imagino–se rebusca de manera maliciosa en una información aparecida en APORREA (Incautados más de 200 litros de lubricantes para vehículos en Caracas). Es toda una defensa, hacia la persona, que le decomisaron la mercancía; monta un drama novelesco, sin profundizar en el verdadero sentido de la noticia. Los 200 litros de aceite, significan un monto bastante elevado de bolívares S, y ninguna persona pobre, está en condiciones de tener una cantidad de dinero de esa magnitud, para comercializar esos productos. Lo más lógico, es colocar a cada quien en su sitio, porque nadie puede negar la acción criminal de los banqueros, empresarios, importadores, distribuidores, y funcionarios corruptos, los verdadero culpables de la grave situación del país –una de las pocas grandes verdades que ha dicho–golpeando al pueblo trabajador; pero dejar por fuera a Borges, Ledezma, María Corina, y el gran manejador de estos amantes de los dólares: el imperialismo estadounidense, es tratar de ver a un chino con afro, bailando joropo.
Al final termina pagando, o escondiendo su altanería, aderezada con sus groserías inéditas, con su hermano; solamente para poner una acción por encima de la otra; sin embargo, por más drama, y capacidad para esconder la verdad, termina cayendo en el mar de ambigüedades de los que se creen dueños de la verdad, y siguen insistiendo por otra vía, pero al final se encuentra con los mismos culpables del complicado momento de nuestra Venezuela.