Algunos afirman que hay un empate técnico a la hora de decidir quién es ganador entre estos sectores de la economía, que se afincan para obtener groseras s ganancias a costa del pueblo más pobre de nuestra sufrida Venezuela. Unos por negarse a prestar un servicio vital para la movilización de los usuarios al subir sus tarifas a precios inaccesibles para la mayoría y los otros por atentar contra el derecho a la salud a que tenemos al no permitirnos adquirir los medicamentos necesarios por el alto precio que colocan en las mercancías que expenden.
Estoy seguro que voceros de ambos sectores saldrán a dar explicaciones sobre su inocencia, diciendo que ellos lo que hacen es adaptar los precios a los niveles de inflación que vive la economía del país y del sacrifico que hacen para prestar sus servicios al pueblo del cual ellos también forman parte y sufren igual que todos. Ese manido argumento es falaz y falso pues el sadismo que muestran al ocultar los precios y no presentarlos en sus mercancías expuestas y las respuestas que dan al público cuando este reclama lo alto que son y las diferencias entre un día y otro, dicen lo contrario: “Si le parece caro no lo compre” “Él dólar subió, usted que quiere que yo haga? ”.
Vale la pena destacar lo que hacen los comerciantes de las medicinas, que se escudan con el nombre de farmacéuticos, para hambrear al pueblo que acude a ellos buscando remediar los dolores que les aquejan, por ejemplo, el médico le indica a usted que debe tomarse 10 antibióticos para acabar con una bacteria que le está afectando, entonces estos comerciantes le sacan 5 pastillas a la caja y le vende 5, manteniendo el precio de lo cuestan las 10 pastillas. ¿Si esto no es atraco, que nombre le podemos dar? . Comerciantes del transporte hacen lo siguiente: colocan un matón, falta de respeto, en las puertas de entrada de la buseta, a quien le dan la orden de cobrarle a todo el mundo las tarifas que ellos determinan unilateralmente y sin ningún aviso escrito para que el pasajero no sepa cuanto pagar y cuando trata de hacerlo, con la última tarifa que pagó no es aceptada por el colector, entonces no le dá acceso y si trata de hacerlo es expulsado por el matón, quien ha recibido las instrucciones de no dejar subir a nadie que no pague completo, sin importarle si es de la tercera edad o es una mujer embarazada o con un niño en sus brazos.
Estos dos ejemplos son muestras apenas, de los cientos de irregularidades que cometen contra el pueblo todos los dias y a cada hora estos comerciantes de la salud y el transporte en el Estado Mérida donde vivo y que estoy seguro hacen en todo el país y más cuando se valen de la escasez y el desabastecimiento programado para cometer sus atrpelias contra un paciente pueblo que se las cobrará apena haya la ocasión, como sucedió en 1989 con El Caracazo.
Es por eso que es difícil determinar cuál será el sector de la economía ganador de esta puja que mantienen para joder a un manso pueblo que los respeta y siempre acude a ellos para buscar sus servicios. Pagan los platos rotos los entes y funcionarios del Estado, por no cumplir con las funciones para los cuales se les paga, haciéndose los policías de Valera, para no meterse en problemas ante este atropello y lograr beneficios adicionales que les suministran por debajo de la mesa los comerciantes si se quedan quietos y no ejercen su autoridad para actuar de acuerdo a las leyes que rigen en el país.
Yo pienso que una primera medida a tomar, para amainar estas tropelías, es hacer obligatorio que todos los comerciantes, del tipo que sea, coloquen a la vista del comprador el precio de la mercancía que vende al público, para que éste pueda buscar opciones y decida donde comprar. Con esto se puede hacer honor a la Libre Competencia, principio fundamental del capitalismo y a las leyes de la oferta y demanda que sostienen a este sistema. Si esto no es posible el camino entonces es optar por El Socialismo Bolivariano que va por otro camino, que es el de dar el mayor bienestar posible a la población con Justicia y Equidad.
La segunda medida es legislar a favor de una Ley de Salarios Justos que ajuste los precios a los salarios que se les paga a los trabajadores, de manera tal que al subir los precios de las mercancía, suban también los salarios de los trabajadores al mismo nivel y terminar ya con la idea que es el Capital quien generará las riquezas y ganancias al capitalista y no el factor Trabajo de la gente, que es quien realmente produce la plusvalía que las hace crecer. En eso ya Carlos Marx lo explico muy claramente en su obra El Capital de desde hace casi 2 siglos.
La tercera medida es transferir realmente Poder de Ejecutivo al Poder Popular Organizado, para que éste actúe como regulador de la Producción y Distribución de los Bienes y Servicios que deben llegar a la población para satisfacer sus necesidades vitales.
Con estas tres medidas se podría ir enrumbando, a este Sistema Capitalista dominante en la economía venezolana, hacia un Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, como lo soñó nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez.
Juanveroes66@gmail.com