Señalé en la edición anterior de esta columna, que trataría de hacer una aproximación sobre el tema de los servicios públicos, ya que éstos serán uno de los ejes transversales de la venidera campaña de cara a los comicios regionales y municipales de noviembre en la República Bolivariana de Venezuela.
Hemos podido constatar como en la agenda político mediática que observamos en algunos portales web, destacan la información de la conformación de una Comisión Nacional Promotora del Referéndum Revocatorio Presidencial donde figuran dirigentes como Nicmer Evans y César Pérez Vivas. Estos dirigentes, procedieron el 24 de mayo a consignar la solicitud de activación de un referendo revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro Moros.
Más allá de la extemporaneidad por anticipada, diría algún colega abogado de la referida solicitud, con todo respeto digo que estos dirigentes muestran una inusitada miopía política y no leer bien la actual situación política en el país, cuando se observa una oposición dividida (con intenciones de unirse y articularse sí, pero en estos momentos atomizada) y sobre todo con muy poca capacidad de movilización. Además, que las normas son claras en cuanto a la solicitud de la revocatoria del mandato del funcionario o funcionaria de elección popular, al señalarse que debe pedirse cuando se cumpla la mitad del mandato del referido funcionario o funcionaria, que, en el caso del presidente Maduro, se cumple el 10 de enero de 2.022, como lo he reiterado en anteriores entregas.
Si bien los que me conocen saben que soy de profesión abogado, las consideraciones que he realizado con respecto al ciclo electoral aperturado en Venezuela el pasado 6 de diciembre de 2.020 las he realizado bajo una óptica política abiertamente. Y he señalado que la oposición, o mejor expresado, las oposiciones en Venezuela, verán estos procesos electorales como la mejor opción para rearticularse y acumular fuerzas de cara a su principal objetivo que es el de desalojar a Nicolás Maduro mediante la figura del referendo revocatorio, y en caso de concretar dicho objetivo, obligar al adelanto de los comicios presidenciales y así tener una opción factible de poder llegar al poder.
No en balde, por eso he señalado sin ningún tipo de cortapisas que estos procesos electorales los revolucionarios y revolucionarias nos la estamos jugando a rosalinda.
Si nos vamos por los resultados de las elecciones parlamentarias de diciembre de 2.020, el saldo es abrumadoramente favorable para el chavismo, y no tan optimista para los factores de la oposición venezolana. Sin embargo, en escenarios signados por una enorme incertidumbre, cualquier cosa podría ocurrir.
Y como lo he señalado en anteriores entregas, no todos entendían la importancia de votar en unos comicios parlamentarios, y es por ello que históricamente son los comicios que menor interés despiertan en el electorado, que aderezado por la contingencia del coronavirus, incrementó los niveles de abstención del pasado proceso, lo que no lo deslegitima en lo absoluto.
Sin embargo, es necesario acotar que las elecciones para gobernadores, gobernadoras, alcaldes y alcaldesas son las segundas en importancia en el país, ya que luego de las presidenciales, son las que mayor interés despiertan en la población porque en las mismas, al igual que en las de Presidente o Presidenta de la República, se evalúa la gestión de los gobernantes. De ahí que, en mi modesta opinión, y por las particularidades que cada estado y municipio posee, será un proceso más complejo y con repercusiones en el devenir del país en los próximos años.
No es menos cierto que debido a las medidas coercitivas unilaterales, se ha afectado de manera importante la infraestructura y la prestación de servicios públicos, incidiendo de manera ostensible en la calidad de vida de la población. Buena parte de los niveles de malestar y descontento de la ciudadanía tiene que ver con el colapso en la prestación de los mismos.
Pero pese a esta situación del bloqueo en el país, no todo se le puede atribuir de manera exclusiva a esta situación. Nuestro pueblo elige gobernadores, gobernadoras, alcaldes y alcaldesas, porque hacen una oferta electoral y son elegidos y elegidas para resolver los problemas de la gente. No sólo basta "adoctrinar" a nuestro pueblo en nuestro ideario político, sino que además que hay que atenderlo en sus necesidades, porque para eso se eligen los gobernantes.
Y evidentemente uno de los ejes transversales que sin duda se tocará en la venidera campaña electoral en materia de gestión tiene que ver con la prestación de estos servicios públicos.
En la entrega anterior hicimos una evaluación de la coyuntura, resaltando algunos hechos que podrían constituirse en determinantes y desencadenantes de otros y de afectar en la disposición y ánimo del electorado de cara a los comicios de noviembre en Venezuela. Ahora, me permitiré señalar las principales necesidades y afectaciones del pueblo en materia de lo que a servicios públicos se refiere.
Indudablemente el tema del agua es uno, ya que sin agua no podemos vivir. El agua la necesitamos para calmar nuestra sed, necesitamos agua para cocinar, agua para asearnos, agua hasta por un tema de salud (no olvidemos que para cortar las cadenas de transmisión de la Covid 19 debemos constantemente lavarnos las manos con agua y jabón). Y evidentemente el agua se puede convertir en detonante de protestas y manifestaciones en contra del gobierno, y en elemento displacentero que contribuirá a elevar los niveles de malestar y descontento de la población de cara a una elección en caso de no ser atendido, lo que podría traducirse en un contundente voto castigo.
El tema del gas doméstico, necesario para la preparación de los alimentos. Se ha podido observar que en muchas localidades del país (sobre todo las que no pertenecen a la capital, Caracas) la gente cocina con leña. Esto también es importante para la satisfacción de las necesidades del ser humano, y se constituye en otro potencial detonante de conflicto y de molestia que podrían activar para erosionar el piso político, social y electoral del chavismo de cara a los comicios.
La electricidad. Si mencionamos en el segmento anterior el tema del gas doméstico para cocinar, la electricidad es transversal para muchos servicios públicos. Cuando se dieron en el año 2019 los sabotajes al Sistema Eléctrico Nacional, se pudo observar importantes afectaciones a sistemas de distribución de agua, de telecomunicaciones e internet, de electrodomésticos, cocinas eléctricas, sistemas de transporte masivos como el Metro de Caracas y los Valles del Tuy, Metro de Valencia, Metro de Los Teques y Maracaibo. El tema de las fluctuaciones eléctricas es sensible porque se traduce también en los niveles de malestar y descontento de la población ante esta afectación de su calidad de vida por estas fallas recurrentes.
Indudablemente que el tema de la gasolina como elemento de movilidad social y de traslado de medicamentos, alimentos e insumos para la satisfacción de las necesidades de los habitantes del país también incide hasta para los niveles de participación y movilización en lo electoral. No podemos olvidar que, y aún cuando haya que guardar las distancias, que el detonante del denominado "Caracazo" fue debido al aumento del pasaje debido a que en el paquete de recetas monetaristas se preveía un aumento en el precio de la gasolina. Esta situación, aunada a los problemas de distribución de la gasolina, indudablemente que será uno de los temas de la campaña electoral de cara a los comicios de noviembre.
La misma Pascualina Curcio, y evidentemente el tema económico referido al tema de la manipulación del tipo de cambio y el incremento de los precios en alimentos, medicamentos, bienes, servicios y otros insumos destinados a preservar la calidad de vida de la población formarán parte de la agenda de propuestas de las diferentes candidaturas a los comicios regionales y municipales. Pero además de ello, nuevamente debemos recordar como lo hace la profesora Curcio, que a medida que vaya cumpliéndose el cronograma y nos acerquemos a la fecha de los comicios, podrían darse eventos desencadenantes de alto impacto con el claro objetivo de incidir en el ánimo y la psiquis del electorado y ser parte de las consecuencias con respecto a los resultados y a la correlación de fuerzas que se produzca ese 21 de noviembre, dentro de 179 días, para el momento en que escribo estas líneas.
Una de las cosas que se ha discutido tiene que ver con la necesaria formación ideológica, y es cierto. Pero es importante que entendamos que el mensaje ideológico puede ser recepcionado por sectores sociales diferentes, con diferentes accesos para la toma de decisiones, con diferentes niveles de comprensión. Es en ese sentido que debemos trabajar mucho en el mensaje para evitar malas interpretaciones y simplificaciones absolutas, y que nuestros postulados puedan ser entendidos. De ahí que no pueden presentarse de manera muy teórica o de un discurso muy abstracto, lo cual de por sí constituye una terrible desventaja. Por ello, muchas veces en las consignas va el mensaje ideológico que capta la gente común, porque justo es decir que la mayoría de las personas no son académicas, ni teóricos ni funcionarios; la mayoría está en su vida cotidiana y esa es la fuerza que mueve el cambio. De ahí que cuando me refiero a incluir en la campaña el tema de la gestión lo hago desde el punto de vista de que el trabajo ideológico no sólo se centre en el mero adoctrinamiento, sino de que hagamos comprensible la verdad revolucionaria, de manera de hacerla atractiva y pueda ser acogida en la necesaria transformación de la sociedad. Sino, estaremos perdidos y perdidas.
Creo que esto tiene que ver con la alimentación de la voluntad política que se constituye en ariete del motor interno y de las ideas fuerza y movilizadoras para poder preservar la Revolución. Un poco como lo señalo en su momento el Comandante y profesor William Izarra, de convertir el voto en acto revolucionario que en acto meramente burocrático.
Pero de ello espero poder referirme con mucho mayor detalle en próximas entregas de esta columna.
¡Bolívar y Chávez Viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!