Estas, que yo llamo: reflexiones, las recibí, en uno de esos correos que envían las llamadas cadenas; nunca las leo, pero esta vez me llamaron mucho la atención algunas afirmaciones que el autor anónimo hacía, me parecieron interesantes, tanto como para, en lugar de seguir la cadena, hacerles algunos aportes, ampliarlas un poco y en cumplimiento del pedimento que el autor anónimo hace de que se difunda, no encontré mejor manera que la de enviarlo a Aporrea, con la aclaratoria respectiva , y con la advertencia de que las modificaciones no cambian en nada el espíritu de su original.-
Por: Anónimo
“La creencia general es que Pérez, Lusinchi, Herrera. Caldera no sirvieron, y ahora para un sector, Chávez tampoco sirve y el que venga tampoco servirá.-
Pero estoy empezando a sospechar que el problema no está en los “ladrones” que nos gobernaron o lo de “autócrata”, que algunos le achacan a Chávez. El problema está en nosotros, nosotros como pueblo, como materia prima de un país.-
Porque pertenezco a un país donde la “viveza criolla” es la moneda que siempre es valorada tanto o más que el dólar. Un país en donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más apreciada que formar una familia a largo plazo basados en valores y respeto a los demás.-
Porque pertenezco a un país donde, lamentablemente, los periódicos jamás se podrán vender como en muchos países, es decir, colocando unas cajas en las aceras donde uno paga y se lleva un solo ejemplar dejando los demás donde están.-
Pertenezco a un país en donde las empresas privadas y oficiales son papelería particular de sus empleados deshonestos, que se llevan para su casa, como si nada, hojas de papel, lápices , lapiceros, marcadores y todo lo que le pueda servir para las tareas de sus hijos, entre otras cosas.-
Pertenezco a un país en donde todos sus habitantes (incluyéndome) le decimos corruptos y ladrones a los presidentes de la IV y a Chávez algunos le llaman dictador, pero mejor soy yo como persona a pesar de que ayer nomás me consiguieron toda las respuestas del examen que debo presentar mañana en la Universidad. Mientras más le digo autócrata, dictador y hasta hijo e’…p… a Chávez, mejor me creo yo como venezolano y apenas hace un rato me pasé un semáforo en rojo.- ¡NO, NO, NO ¡ carajo, ¡ Ya basta ¡.-
Como MATERIA PRIMA, de un país tenemos muchas cosas buenas y positivas pero falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro país necesita.-
Esos defectos, esa VIVEZA CRIOLLA congénita, esa deshonestidad a pequeña escala que después crece y evoluciona hasta a veces convertirse en un escándalo; esa falta de calidad humana, más que Herrera, Pérez, Caldera, Lusinchi o Chávez, es lo que nos tiene real y francamente mal, porque éstos no han sido ni más ni menos que hombres nacidos aquí en este país que llegaron a presidentes.-
En el supuesto de que Chávez, por ejemplo dejase de gobernar hoy mismo, el próximo presidente que le suceda, tendría que lidiar con la misma materia prima defectuosa, que como pueblo somos y no podría hacer nada. No existe ninguna garantía de que alguien lo pueda hacer mejor.-
Por ahora Chávez ha sido el primero y único Presidente que ha expresado la ingente necesidad de formar un hombre y una mujer nuevos, que cambiando de mentalidad comencemos por erradicar todos los vicios que tenemos como pueblo. Mientras esto no se logre, así tengamos el mejor gobierno del mundo, pero trabajando con esta materia prima nada cambiará, nada servirá.-
No sirvió Pérez, no sirvió Herrera, no sirvió Caldera, ni Lusinchi y ahora hay quienes dicen que Chávez tampoco sirve, ni servirá el que venga. ¿O qué?, ¿Es que acaso necesitamos traer un dictador para que nos haga cumplir la Ley a sangre, fuego y terror?.-
Aquí hace falta “otra cosa”, algo más que cacerolazos, tranca de calles, guarimbas, marchas o paros; mientras esa “otra cosa” no empiece a surgir, de abajo hacia arriba, o al revés, del centro a los lados o al revés o como sea, seguiremos igualmente condenados y estancados, igualmente fregados.-
Es muy sabroso ser venezolanos pero cuando esa venezolanidad comienza a hacerle daño a nuestras posibilidades de desarrollo como Nación, ahí la cosa cambia. No esperemos un milagro, nosotros tenemos que cambiar, ningún presidente con esta MATERIA PRIMA, podrá hacer algo por lo que debe quedar claro: Somos nosotros los que tenemos que cambiar”.,
Hasta aquí lo que recibí con las modificaciones que pretendía hacerle. Lo anterior me da pie para afirmar contundentemente que esa anticultura ejemplificada, de la que habla el escrito es precisamente la que se quiere cambiar con la nueva Ley de Educación en la cual se delinea el perfil de un hombre nuevo que no requiera de la coerción de la Leyes para cumplirlas, que al hacerlo demuestre que con él, el país está cambiando porque hemos alcanzado un nivel tal, que nos permita vivir de la manera más civilizada, solidaria, igualitaria, respetuosa de las normas de comportamiento , amantes del medio ambiente, buenos hijos, buenos padres, honestos, responsables etc. Pero que pena da oír, incluso a prelados de la Iglesia Católica decir que el Estado lo que quiere es idiologizar y adoctrinar a los niños, niñas y adolescentes, qué pena ajena se siente de ver tanta incomprensión, y tener que aceptar que tenemos en nuestro país gente de mente tan obtusa, que se atreve a oponerse a ultranza a algo tan elemental, en cualquier país de la tierra como la formación de un ciudadano con rectitud de pensamiento y acción, sin alienaciones extranjerizantes y a imagen y semejanza de nuestros libertadores que fueron capaces de entregar su vida por los más grandes intereses de la Patria.-
Nos queda la esperanza de que ese día está llegando, en manos de una Revolución que está dispuesta a jugarse la última carta por lograr que se hagan realidad los sueños de nuestros héroes a cuya cabeza estará siempre la inmensa personalidad y el enorme legado ideológico y doctrinario que nos dejó el gran padre Libertador.-
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