Mucha gente habla de Alex Saab; dice lo que de él piensa por lo que a su vez le han dicho o leído por los medios. En concreto, no es difícil acceder a dos versiones o narrativas acerca del personaje. Una y otra coinciden en ciertos detalles, sobre todo en lo relacionado a las actividades a las que se dedica el hasta hace pocas horas detenido en Cabo Verde. Pero también discrepan radicalmente al momento de juzgarlo o evaluarlo.
Pero el asunto no queda en ese personaje y la reacción del gobierno en su favor, sino que eso ha desatado un debate acerca de la pertinencia o no del diálogo en México. Y esto hasta se ha tornado curioso, quienes antes despotricaban contra todo intento de pacificación y diálogo, factores de la oposición, ahora parecieran manifestarse a favor, lo que nos luce muy positivo; pero, de aquí que hablemos de lo curioso, factores progubernamentales, antes interesados en el diálogo, pensando en este, entre otras cosas, como una posibilidad para desmontar el bloqueo, ahora se muestran contra el mismo y le restan toda importancia, alegando que EEUU no estaría en disposición de hacer concesiones. Y, en consecuencia, el diálogo sería "una pérdida de tiempo".
Para quienes gobiernan, Saab merece todo su respaldo dado que, según su narrativa, hizo gestiones hasta riesgosas, financiera y personalmente, para conseguir que Venezuela recibiese alimentos y medicinas que, el bloqueo impuesto por EEUU y sus aliados, le impedían recibir.
Quienes hacen oposición califican al personaje de otra forma, totalmente distinta y hasta poco decorosa. Por ejemplo, ahora mismo en Aporrea está inserto un trabajo de Rafael Ramírez, quien formaba parte del gobierno en los tiempos que Alex Saab comenzó sus actividades relacionadas con Venezuela.
Del empresario colombo-venezolano, lo voy a llamar así para mantener el equilibrio y en consecuencia con lo que me propongo plantear, pese afirmarlo o negarlo no está dentro de mis conocimientos y experiencias, Ramírez dijo: "Este señor, utilizando dineros del Estado y con acceso directo a Miraflores, ha actuado como gestor del madurismo. Desde el desarrollo de todo tipo de esquemas de negocios y desvío de recursos, escondiéndolos en países cómplices, hasta tener a sueldo a toda la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional –la "fracción Clap", de los muy corruptos Diputados Parra, Brito, Superlano–, para que hicieran un Tour por Europa rescatando el dinero de Saab congelado en los bancos; y, –de paso–, arremetieran en mi contra y de otros perseguidos del gobierno de maduro."
https://www.aporrea.org/actualidad/a306744.html
Quede claro que, citar a Ramírez, sólo tiene para mí la intención de dar una muestra de lo que la oposición piensa del personaje del cual estamos hablando. Personalmente no convalidamos este juicio. No lo hacemos porque no es suficiente elemento para hacerlo y porque estamos conscientes que, no es Rafael Ramírez una fuente confiable e imparcial, dado su enfrentamiento con el gobierno, de lo que todo el mundo conoce.
Sólo intento hacer ver que hay dos versiones o narrativas acerca del personaje y una verdad.
Para quienes poco conocemos del asunto y no estamos bajo ninguna circunstancia interesados en descalificarle, menos elogiarle, lo asumimos como un comerciante, un financista, empresario que invirtió, se arriesgó en términos financieros y sin duda personalmente, como lo demuestra lo que ahora le acontece, poniendo por delante la simple lógica del capital; es decir, intentó hacer un negocio, del cual derivaría buenos beneficios, en concordancia con los riesgos. Si hay algo más allá de esto, lo desconozco y no hace falta para lo que sería el objetivo central de este trabajo.
Entiendo también que, esa gestión suya, pese tuviese por delante el interés del cual hablamos, significó una trascendente ayuda, respaldo, a la gestión del gobierno y, en gran medida, a los venezolanos necesitados de esos alimentos y medicinas, sobre todo en un momento de grandes dificultades.
Durante el desarrollo de la guerra de independencia, con cierta frecuencia, las fuerzas patriotas acudieron a comerciantes ingleses y al gobierno mismo de esa nación europea, en procura de recursos. Y estos, salvo en algunos momentos muy específicos, no ponían reparos en atender lo solicitado, pues solía darse el caso que el puro interés mercantil del empresario coincidiese con el de la monarquía británica. Inglaterra llegó a aprovecharse de la guerra de independencia para arrebatarnos espacios como Guyana y Trinidad. Y los comerciantes ingleses hacían negocios con ambos bandos, por el puro interés comercial. Esa es la lógica del capitalismo. Y hacer buenos negocios, sin importar lasa circunstancias ni asuntos ideológicos, es lo que mueve al capital
De manera que, la versión oficial, acerca de las gestiones de Saab tienen fundamento y uno no tiene motivos para poner esa versión en duda; como tampoco para negar ni afirmar lo que señala Ramírez. Nos parece suficiente lo que hemos dicho.
Lo que si debo dejar claro es que, pese el interés puramente capitalista que haya privado en la gestión de Saab, se justifica el esfuerzo del gobierno en defenderle y luchar por su integridad. Es un asunto de moral y reconocimiento al servicio prestado. Por supuesto, tampoco se puede banalizar la versión según la cual, Saab podría manejar información del interés del gobierno de EEUU o inventarla previos acuerdos para usarla contra el diálogo, el gobierno y hasta contra muchos de sus integrantes. Todas esas hipótesis son válidas.
Como todos sabemos, a raíz del anuncio de la extradición de Saab a EEUU, el gobierno de Venezuela dio por "suspendidas" las negociaciones o diálogo de México. Hemos puesto la palabra entre comillas con el ánimo optimista de resaltar el hecho que, por ahora, es sólo eso. Una suspensión, quizás como acto de protesta por lo que el gobierno en su pleno derecho juzga una injusticia y atropello, pero también en procura de un nuevo objetivo y no una ruptura.
Nos parece justo, por todo lo anteriormente dicho que, si el gobierno siente sobre sus hombros el compromiso que significa los servicios prestados por Saab, haga lo necesario en resguardo de sus derechos humanos y hasta su integridad.
Por todo lo anterior, nos sentimos con derecho y autoridad moral para manifestar nuestras preocupaciones.
Ellas, mis preocupaciones, comienzan en sólo pensar que no estemos hablando de una suspensión, algo momentáneo, que lleve a un diálogo a otro nivel para lograr las bases mínimas, para luego continuar y hasta con prontitud la tarea que se venía desarrollando en el país de los aztecas, sino en el umbral de una nueva ruptura y la prolongación del estado de angustia que vive Venezuela toda.
Esta preocupación toma cuerpo en nosotros, al percibir a través de las redes sociales, como factores abundantes que apuestan al gobierno, se están armando con un nuevo discurso. Uno según el cual, esas conversaciones no pasan de ser una pérdida de tiempo y un sólo hacerle concesiones al sector opositor. Es una lectura convencional, errada, esa según la cual, la incorporación de factores del G.4, por ejemplo, al debate electoral con sus propios candidatos, es una concesión a la oposición y no una medida de mucho valor para alcanzar la paz en Venezuela y ganar espacios y aliados para enfrentar al bloqueo.
El gobierno y todos los factores que le apoyan acríticamente, han venido narrando la historia de ahora de Venezuela de manera acomodaticia y convencional, como una de un país víctima de un bloqueo imperialista exclusivamente. Sólo el bloqueo es la causa de nuestros males y en consecuencia su suspensión sería determinante, en primera y última instancia, para acomodar nuestra vida.
Pero hay otra narrativa, como que el bloqueo existe, es criminal, hace serios daños. Y es dañina la injerencia en nuestros asuntos. Tanto que nos ha puesto al borde una guerra civil, constantes estados de saboteo y terrorismo y hasta creado un gobierno paralelo, quizás un poco subliminal y falso, pero que, entre otros daños, nos ha ocasionado la pérdida de empresas de enorme valor material y financiero como Citgo y Monómeros. Pero esta narrativa sería incompleta y parcial sino admitimos la incompetencia gubernamental, el excesivo autoritarismo en el manejo del gobierno, centralismo, burocratismo, incompetencia desmedida y corrupción alarmante.
Siendo esa la realidad, una donde la importancia del bloqueo es desmedida, sin negar lo otro, tendríamos sensatamente que admitir que la única forma de minimizar ese malestar es dialogando, aunque por interpuestas personas, con quienes aquello nos aplican.
Decir ahora que "el diálogo es una pérdida de tiempo", conlleva a interrogantes como ¿Entonces el bloqueo no existe, no importa, no nos afecta? ¿Podemos operar con éxito subsistiendo esas medidas coercitivas?
Si las respuestas son positivas, nos llevan a preguntar, ¿entonces porque antes hemos perdido tanto tiempo y no hemos hecho lo por hacer para salir de este atolladero. Lo que nos llevaría a enarbolar la hipótesis, ya casi como afirmación, que todo el malestar que hemos padecido sólo se debe a incompetencia del gobierno.
Pero esto último no es verdad. Si. El bloqueo existe y hace mucho daño y hay que gestionar para minimizarlo. Y para eso, hace falta el concurso de todos los venezolanos de buena fe y acuerdo entre ellos.
Por eso mismo, el diálogo que se intenta profundizar y ampliar en México, es de suma importancia y lo es, por encima de todas las cosas y personajes, para el sufrido pueblo de Venezuela. No sólo por lo que hasta ahora le han hecho, sino para evitar a todo trance que, factores contrarios al interés nacional, tarde o temprano, hallen los mecanismos para desatar una guerra fratricida entre venezolanos y hasta con los hermanos vecinos.
Entonces, no hay otra alternativa para los factores que conversan en México que hacer todo lo que sea menester para reanudar, apresurar y profundizar el diálogo. Esto es vital, está por encima de todo y es una falacia decir que es una pérdida de tiempo. Creer que los simples resultados de las elecciones venideras, pese se den de acuerdo a como hasta ahora eso viene marchando, son suficientes para desbrozar el camino y resolver los abundantes, complicados y costosos problemas que nos afectan, es una muy mala percepción.
Pero, además, luce como muy acomodaticio y convencional, el discurso según el cual el gobierno de EEUU no estaría interesado en el diálogo. Cualquier análisis de la coyuntura, los ya expuestos por muchos personajes bastante calificados, difieren de esa opinión. Sólo que en ese juego cada quien mueve las piezas al ritmo y nivel que le conviene.
Y lo anterior nos lleva a pensar que los gringos, muy bien informados y armados, a veces les hace falta eso que llaman "la viveza criolla". Como que, creyendo acertar un rudo golpe al gobierno, habiéndose apoderado de una pieza rica y estratégica para controlar el diálogo, hicieron una jugada a la que el gobierno pudiera sacarle provecho. Pues por ahora, el gobierno le interesa ganar lo más que pueda en las elecciones y esa jugada, inhabilita al contrario a pedir nuevas o mejores condiciones, ya estando suspendido el diálogo, sólo se reanudaría cuando todo esté consumado. Lo que significa que Saab, pese la "bullaranga", se convierta en una pieza de ajedrez bajo la amenaza de jaque o quizás en un elefante blanco. ¡Jorge Rodríguez se las trae!