Leyendo reciente
artículo del Dr. Julio Lattan, me pasaron por la cabeza numerosos recuerdos
y con ellos el inevitable punto de partida de la situación de indefensión
en la cual nos encontramos los ciudadanos comunes en el contexto de
una revolución bolivariana, es inconcebible que a estas alturas del
momento estelar que se vive en nuestra patria, las rémoras del pasado
aún estén presentes y de manera activa en el poder judicial que por
cierto fue escogido en cuanto magistrados del Tribunal Supremo por la
Asamblea Nacional.
Si el artículo
y su contenido fuera expresado por cualquiera que no fuera abogado quedarían
dudas, pero, el Dr Lattan reconocido jurista tiene el conocimiento santo
y seña del como se mueve el poder judicial y lo combate, ahora y de
nuevo ante decisiones que dejan perplejos a cualquier cristiano que
no sepa nada de derecho, como será a quienes escogieron dicha profesión
y la ejercen honesta y éticamente.
Dos decisiones
que dejan al descubierto la podredumbre de venezolanos en ejercicio
de un cargo y cuyas consecuencias tienen que alertar al poder ejecutivo
y al legislativo y al pueblo en general; me refiero, a la demanda que
por derechos humanos fundamentales introdujeron un grupo nutrido de
abogados patriotas, en contra de los canales de televisión privados
y a cuya sabiduría entrampada decidieron estos señores que no se atendieron
los lapsos y por otra parte, abrogándose derechos que no le corresponden
se atreven a modificar por completo un artículo sobre el Impuesto Sobre
la Renta afectando el fisco nacional. De qué carne están hechos estos
señores que afectan las luchas populares en medio de un proceso que
va por los cinco motores en vía hacia el socialismo.
Razones suficientes
tiene el pueblo llano, al considerar que la impunidad en este país
es inversamente proporcional a los propósitos de la revolución bolivariana
y he allí, la causa fundamental de la multiplicación de la delincuencia
de cuello blanco y la común; es hora que se tomen las acciones y medidas
del caso. Al respecto consideramos que los magistrados deben ser electos
de manera directa por el pueblo, a todos los niveles, mientras esto
no se haga de esta forma, las flaquezas de la revolución tendrán sus
costuras abiertas, es mucha la rabia que existe hoy día en el pueblo
venezolano, la impunidad carcome la estructura que se trata de construir
a partir de una nueva Venezuela socialista y soberana. Al enemigo no
se le debe dar tregua alguna, aunque pomarrosa sea y roja quiera parecerse,
el proceso revolucionario tiene esta única y universal posibilidad
de triunfar y debemos defenderla de esos enemigos cuasi ocultos que
por sus decisiones se les ve las enaguas en todos los colores.