Uno de los más grandes males que aquejan a la revolución es, sin lugar a duda, la ineficacia de muchos dirigentes y cuadros políticos que la acompañan, y que sumado a la ineficiencia heredada del Estado; sus Ministerios; Entes y empresas públicas, el problema es mucho mayor. La ineficiencia, la ineficacia, el burocratismo no son corolario del socialismo. Ellas contribuyen a engordar al "elefante blanco"; ese viejo Estado burgués que aun subsiste en la revolución. Esto males, sumado a la corrupción "legalizada" en "las mieles del poder"; por los vulgares privilegios que glorifican a nuestros gerentes, directores y demás altos de sus miembros del Estado, ponen en jaque el futuro del proyecto socialista. Veamos solo el punto de nuestra estrategia comunicacional.
Se le ha culpado al pueblo por la no aprobación de la reforma sucedida el 2D/2007, cuando en realidad los verdaderos culpables fuimos nosotros por no haber sabido hacer frente a la implacable campaña mediática desplegada por los lacayos del imperialismo en Venezuela. Por el contrario, en nombre de la prostituida "Democracia" les servimos a estos lacayos de nuestros escasos medios de difusión para que transmitieran sus mentiras.
Para las venideras elecciones de noviembre, nada parece haber cambiado. No hemos aprendido aun de nuestros errores, y no son suficientes los programas de tv, radio y prensa que difunden los logros de la revolución. Dejamos a espalda y a voz del Comandante Chávez toda la estrategia informativa.
Es incomprensible conocer que el Estado dispone de importantes medios que no son aprovechados lo suficiente. En cambio, se los facilitamos a los capitalistas para que hagan uso de ellos y difundan sus publicidades que motivan al consumismo y a la consciencia del dominio.
Para modo de ejemplos citaremos solo 2 casos correspondientes a 2 instituciones y empresas del Estado venezolano, ellas son: El Metro de Caracas y el Aeropuerto de Maiquetía.
El Estado; su ministerio responsable (de comunicación) y los directores o presidentes de ambas instituciones desaprovechan estos importantísimos sitos, por donde transitan diariamente centenares de miles de personas con diferentes destinos y de diferentes clases sociales, para la difusión de la información de la revolución. Paradójicamente, vagones enteros del Metro de Caracas y las instalaciones del Aeropuerto son disfrazados con las propagandas de marcas de desodorante, telefonía móvil, etc. Si a esto no quisiéramos definir estos como ineficacia comunicacional, entonces, ¿Qué otro calificativo le correspondería?
Ministro Izarra, a usted le conocemos y respetamos por su eficiencia y compromiso, pero le sugerimos resuelva con eficacia esta situación.
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