Universidades en decadencia, Asamblea Nacional en impotencia.....

El tema de la corrupción  fue  una de las grandes preocupaciones que marcó la vida de nuestro Libertador Simón Bolívar, al mismo dedicó gran parte de sus escritos y sobre ello tomó medidas draconianas desde los altos cargos de gobierno que le tocó asumir.  El Comandante Presidente Hugo Chávez, como buen Bolivariano, en estos diez años de gobierno revolucionario, ha tratado de seguir las líneas del padre Libertador, en lo correspondiente a la lucha a muerte contra la corrupción; no obstante, es preciso señalarlo, su intencionalidad no ha pasado del mero discurso y del ejemplo personal, las instituciones del Estado venezolano no le han acompañado en su compromiso de combatir la corrupción, la soledad de las ideas le ha sido fiel, una Asamblea Nacional que no ha legislado leyes draconianas para encarar esta batalla, un poder judicial corrompido y en mora con la aspiración de justicia de nuestro pueblo, y un Poder Moral que no termina de consolidarse y enrumbarse hacia el logro de los venezolanos y venezolanas por una mejor patria, se han constituido en los elementos propulsores del estado de impunidad que reina en nuestro país, caracterizado por la total  injusticia  para los desposeídos y la más total impunidad  para la oligarquía y sus operadores políticos

  El caso de Manuel Rosales, es emblemático al respecto, en momentos en que nuestra población estimaba, ver por fin, un preso por delitos de lesa  patria, como son los delitos de corrupción, el delincuente de cuello blanco, agarra sus maletas y se va a Miami, refugio de los delincuentes, terroristas, narcotraficantes, antipatriotas y siga usted contando hasta llegar a lo peor de la especie humana. Después, vemos a los representantes del Estado venezolano quejarse, cuando el pueblo asume la justicia en sus propias manos y realiza actos como los ocurridos contra los sádicos en la parroquia El Valle, valga decir, ejecuta la justicia popular directamente, obviando la delegación  expresada en la Constitución Nacional, en los jueces de la República Bolivariana. Será que esta acción popular,  deberá generalizarse para que en nuestra Patria renazca la justicia y se acabe con tanta impunidad, nos preguntamos  internamente?

  Y,  mientras esto ocurre en el terreno de la ética y la moral republicana, en el ámbito académico, de la formación de nuestros jóvenes universitarios, ocurren situaciones que deben llamarnos a todos y   todas a reflexionar  sobre lo que está ocurriendo al interior  de nuestras instituciones de educación superior, específicamente en las universidades  autónomas  y  experimentales. Semanas  atrás, fuimos  testigos  como a un grupo de estudiantes autodefinidos como “bolivarianos” les agredían físicamente  otro grupo de la misma  afinidad  política,  que, a la hora de disputarse el control político de la institución universitaria, dicha afinidad desaparecía, en fin, a la hora de la lucha por el control burocrático de la institución Universidad Simón Rodríguez  las afinidades desaparecían, o como decimos a nivel popular, el dinero no tiene amigos. La respuesta del Ministro Acuña fue contundente, removiendo todas las autoridades de dicha institución, estos hechos dejaban al descubierto vicios muy propios de la derecha universitaria, reproducidos en este caso, por quienes se autodenominan bolivarianos, cuya práctica bien lejos está de los principios que enseñó el Padre Libertador.

  En días pasados, en  la  Universidad  de  Carabobo, nuevamente, las instituciones llamadas por Ley  a  ejercer una  acción  rectora en todos los ámbitos de  la actuación nacional, se da una situación similar a la de la Universidad Simón Rodríguez, un hecho de violencia produce la pérdida de la vida del camarada militante del Psuv y estudiante de esa Casa de Estudios, Luis Vásquez.  Los hechos se producen en medio de un proceso electoral para elegir  los  Decanos de las Facultades, actuando una banda paramilitar, organizada al interior de dicha Casa de Estudios a fin de intimidar y mantener el poder instituido en dicha Universidad. El camarada Gral. Cliver Alcalá, acertado como siempre, ha desenmascarado a los presuntos culpables del asesinato, señalándolos con nombre y apellido; tal cual lo hizo, en el caso de los narcotraficantes de apellido Mackled, apegados al  gobiernillo del  traidor   Acosta  Carlez, ex gobernador de Carabobo.  Las investigaciones dan fe de lo señalado por el Gral. Alcalá, ya que se ha localizado suficiente evidencia dentro de las instalaciones de dicha universidad, lo que viene a poner en entredicho, el mal manejado concepto de Autonomía Universitaria, por ese oposicionismo apartida que hoy dirige a gran parte de estas instituciones de educación superior.

  Eso que hoy pasa en Carabobo, es una práctica muy común por la derecha universitaria, el uso de bandas armadas para resguardar sus intereses políticos y económicos en las universidades. Recordemos, para afianzar esta idea, un hecho ocurrido en el rectorado del hoy banquero Giusseppe Giannetto, hacia el año 2000-2001, debido a la renuncia del Prof. Mariñas del Vice Rectorado Administrativo de la UCV, en dicha institución se convoca a un nuevo proceso electoral para suplirlo en el cargo.  Se presentan las candidaturas de los profesores García Larralde y Julio Corredor, este último con alta incidencia de aceptación en el electorado jubilado, el cual, como es propio, requiere de movilización externa para poder llegar a las urnas electorales.  Para neutralizar e impedir la votación de Corredor, en ese entonces  opositor al poder instituido del hoy  banquero  Giannetto, se acude a la banda paramilitar de bandera roja, hoy bandera rosa, que monta una guarimba en las entradas de la universidad y, por ende una enorme tranca en toda Caracas, lo que conllevó a impedir el acceso de esos posibles votantes del Prof. Corredor y  a su consecuente derrota, excusas fueron miles las expresadas por los  guarimberos, quienes les echaron la culpa al Gobierno Revolucionario, a fin de ocultar sus verdaderos objetivos, electorales  por  demás.  Así actúa  la derecha  universitaria, solo con el fin de resguardar sus intereses políticos y, fundamentalmente, económicos,  en las universidades nacionales.

  Por eso, no compartimos la preocupación expresada en sendo comunicado público, de un grupo de camaradas diputados de la Asamblea Nacional ante los hechos de la Universidad de Carabobo, en ellos  recae gran parte de la culpa de que situaciones como estas ocurran en nuestras universidades. Para cuando se aprobará la nueva Ley de Universidades?, que reorganice sobre nuevas  bases, más democráticas, el subsistema de la educación superior, permitiéndoles el acceso a este nivel educativo a todos los venezolanos y venezolanas, sin distinción de clase social; que se permita el voto igualitario de estudiantes, empleados, obreros y profesores; que se permita el ejercicio de la contraloría  social al interior de estas instituciones; se reorganice el poder universitario, para que su comunidad tenga poder de decisión efectivo, entre otras propuestas.  Es allí, donde comienza  el fin del deterioro  moral y ético en que se encuentran sumidas nuestras instituciones formadoras de los nuevos ciudadanos y  ciudadanas, la academia, como  la llaman algunos sinvergüenzas disfrazados de autoridades universitarias. Hasta cuando, la impunidad pregunta el pueblo, señores diputados?...


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Henry Escalante


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