La Ley es la Ley y hay que cumplirla o hacerla cumplir; este es un principio básico de civilidad, más aún en un país densamente democrático y libre; toda Ley tiene una connotación de carácter político filosófico y social y esto nos ofrece un panorama general del como se debe actuar desde una gestión en particular.
En el caso que nos ocupa se acaban de promulgar dos Leyes una complementaria de la otra, nos referimos a la Ley que crea el Distrito Capital como entidad federal bajo la égida del Ejecutivo Nacional, es una autoridad única designada por el ciudadano presidente de la República, por tanto tiene homologación como una gobernación de Estado y por ende obedece a los designios del Gobierno Central, no es de libre elección popular pero llena un vacío o una deuda con la constitución del año 1991, es decir a la ciudad de Caracas aunque luego de casi ocho años se le hace justicia; es el mismo ámbito jurídico político territorial del municipio Libertador.
Cuando se elimina la Gobernación de Caracas o mejor dicho del Distrito Federal, se procede transferir sus competencias a la naciente y denominada Alcaldía Mayor o Metropolitana, aunque en cuanto a lo de Mayor en particular nunca tuvimos de acuerdo por tratarse que solo y originalmente concebido su actuación fue y es solo la de articular políticas en cuanto al territorio de la denominada Gran Caracas o Zona Metropolitana, papel que debe asumir en lo adelante a propósito de la nueva situación del Distrito Capital.
Son muchas las competencias que provisionalmente asumió la Alcaldía Metropolitana y que de acuerdo a la Ley del Distrito Capital y la Ley de Transferencias deben pasar a esta instancia capital; solo nos referiremos a dos de suma importancia: El Cuerpo de Bomberos y las Escuelas Distritales en manos de la Alcaldía Metropolitana a través del SEAM (Secretaría de Educación). En cuanto a los bomberos creemos que en un futuro cercano deben pasar todos a instancia nacional, debido a su carácter y atribuciones.
Ahora bien, nuestro punto en el cual nos detendremos con minuciosidad es el referido a las Escuelas Distritales conformadas por 94 instituciones educativas que en su totalidad están situadas en el ámbito del Municpio Libertador, por ende su ámbito de acción es el Distrito Metropolitano, son bienes (infraestructura) y servicios (educativos) que corresponden a la jurisdicción ejusdem lo contemplado en ambas legislaciones mencionadas.
Hasta ahora nos hemos referido al mandato legal y sus derivaciones, más allá de ello, hay otras consideraciones de carácter político que deben ser consideradas y le otorgan peso a la transferencia de las escuelas al Distrito Capital; en primer lugar el trabajo que se comenzó a realizar en el Seam bajo la gestión del Profesor Néstor Rivero consistente en la imbricación de las escuelas con las comunidades a través de la incorporación activa de los Consejos Comunales que en causa común con directivos, docentes, administrativos de cada una de las escuelas, desarrolló un trabajo de incorporación creciente a la asunción de la corresponsabilidad prevista en nuestra Constitución Nacional. Lamentablemente, se desaprovechó un tiempo hermoso desde el principio de la gestión del Alcalde saliente, y fue bajo la gestión mencionada que se comenzó con ese trabajo político ideológico.
Por otro lado, hay quienes piensan que las escuelas deberían pasar al Ministerio de Educación bajo el argumento que la política educativa pública en su ductoría y gestión es una sola; esto último es totalmente cierto y no tiene discusión desde el punto de vista que el Estado es uno solo e indivisible en cuanto a las políticas nacionales, la Educación es una de ellas.
Veamos ahora, el porque decimos que las escuelas deben pasar al Distrito Capital, el Municipio Libertador hasta ahora ha sido dominado electoralmente por el chavismo, si esto es así, entonces la preservación de esta entidad territorial debe dársele carácter estratégico y político de primer orden; para ello, es imprescindible su dominio y la ascendencia necesaria en las comunidades y las escuelas son el punto ideal para desarrollar las políticas nacionales y regionales, cosa que por cierto no está el Ministerio de Educación en capacidad de cumplir y llevar adelante por diversas razones entre ellas, el término de respuesta burocrática por su alto nivel y volumen de responsabilidades y unidades educativas a nivel nacional, al menos lo decimos con transparencia que sería un gran error político no pasar las escuelas al Distrito Capital, aún más si consideramos el hecho que un alto porcentaje de docentes de las escuelas distritales son de orientación opositora.
Que quede sumamente claro que esta postura no tiene absolutamente nada que ver con cargos ni posiciones burocráticas; sencillamente hay un buen grupo de camaradas que conocen y han venido trabajando desde fuera y dentro del Seam por la construcción de la escuela socialista revolucionaria, sobremanera por la unidad lograda con los Consejos Comunales que hacen vida en las escuelas. Este, si se quiere es un llamado a la nueva autoridad del Distrito Capital para que en consenso se logre una transferencia feliz, en armonía y llena de esperanza para poder cumplir los objetivos trazados en el Plan de la Nación 2009-2013.