La leonina contabilidad del Estado Venezolano

¿Sabían ustedes que el Estado Venezolano ha asimilado para sí todas las artimañas contables que caracterizan el comercio preburgués y capitalista?

Con intenciones demostrativas, nos valdremos de fundamentados ejemplos contables de uso reiterado y tradicional por parte de todo el tren ministerial. Estas prácticas han imperado durante gobiernos anteriores y lo hacen en el presente.

Aclaremos que esta conducta inescrupulosa, ventajista y prepotente de los contables la aplica la burocracia venezolana, no tanto con intencionalidad preconcebida sino por una suerte de inercia contable propia de los ignaros, de los pacatos, de los timoratos y de los reaccionarios. Es un hecho incuestionable que en nuestro país, antes de ser importante para merecer cargos públicos de naturaleza técnica y de elevada responsabilidad fiscal, primero se hacen méritos políticos, se consiguen elevados cargos burocráticos y muy a contrapelo con esto se alcanza a ser importantes.

Estos contables de la cosa pública, además de las consabidas corruptelas que ya se dan por descontadas y sobre las cuales no nos ocuparemos por ahora, suelen llegar a los altos cargos gubernamentales sin una visión clara ni correcta de lo que significa una sana contabilidad.

Como quiera que esta disciplina económica ha estado al alcance de personas a quienes basta con instruirse en ligeros cursos de formación contable, gracias a la facilidad pragmática que permite la Contabilidad por Partida Doble (Luca Pacciuoli, Siglo XV), entonces hasta el más lerdo que imaginemos puede ponerla en práctica.

Bien, esta alta e inescrupulosa burocracia venezolana inconsciente y subliminalmente intuye, presiente, comprende y le teme a la clase de poder reinante en nuestro país, y adopta esta actitud sobre la inconmovible base de que los gobiernos pasan pero los poderos quedan, si no por sí mismos, por su sucesores.

Los ejemplos:

1.-El impuesto sobre la renta anual es descontado por nómina por adelantado y religiosamente todas las quincenas de cada mes y año,

2.- La prima del Seguro Social o su cotización también es predescontada conjuntamente con el impuesto del ejemplo anterior;

3.- Las cotizaciones sindicales y demás compromisos contraídos por el funcionario público también les son descontado de esa nómina semanal, quincenal y mensual.

Pero el carácter leonino aparece cuando observamos que todos esos descuentos de los honorarios, sueldos y demás ingresos del funcionario público no son abonados tan religiosamente en favor de sus beneficiarios específicos. El Ministerio de Hacienda siempre recibe un impuesto atrasado en por lo menos un trimestre; el Institutito de los Seguros Sociales tarda más en recibir esas cuotas de sus asegurados que el Estado ha rebajado del sueldo de aquellos al punto de que surgen muchas dificultades para la actualización de Solvencias de sus afiliados, quienes habiendo pagado sus cuotas oportunamente siguen apareciendo como morosos en listas negras ad hoc ante la infeliz mirada de cuanto inepto Ministro asume inmerecidas controles y gerencias administrativas en cualquier instituto que su Presidente de turno tenga a bien ofrecérselo sin mayores miramientos tecnocientíficos.

Y las cajas de ahorros, los sindicatos y las aseguradoras tampoco reciben ni un céntimo oportunamente. Sólo a punta de reclamos, huelgas, muchas costosas diligencias y hasta coyunturas políticoelectorales tienen que darse para que el Estado reintegre lo que le arrancó a los funcionarios púbicos.

La cuota descontada quincenalmente para el Fulano Fondo de Jubilaciones representa el prototípico caso de mala praxis contable estatal venezolana. Toda una vergüenza para quienes conservan todavía alguna dosis de orgullo y moral ciudadanas por haberse negado a corromperse en la cesta corrupta de la Administración Pública Venezolana en cuya Gerencia y por razones obvias es difícil hallar algún hueso sano. El caso es que a los funcionarios públicos venezolanos y docentes universitarios ACTIVOS se les descuenta la precuota que alimenta sin saciedad alguna a ese Fondo sin fondo de Jubilaciones de la Administración Estatal Venezolana.

Pero la mala contabilidad del Estado Venezolano consiste en que el Estado sigue descontándoles a los jubilados la misma precuota como si siguieran activos. Es más, este abuso contable y administrativo ha sido denunciado ante las pocas instancias de reclamo que todavía se conservan en este país, denuncia que ha pasado sin pena ni gloria. El caso es que estos corruptos del Fondo ni los presidentes del mismo reconocen sus arbitrariedades contables y se niegan a reintegrar lo que indebidamente han retenido a esos funcionarios. Es más, hasta se niegan a, por lo menos, cesar en tales y leoninos e indebidos descuentos

El carácter leonino aflora también porque, por ejemplo, el IS/R es de obligatorio pago una vez al año, y aquellos contribuyentes que paguen por adelantado les asiste un descuento por pronto pago que jamás les ha sido reconocido, y como no hay instancia dónde reclamar eficientemente, este Estado termina saliéndose con la suya y logra por esa inescrupulosa práctica contable rebajar y minimizar sus desembolsos semanales, quincenales y mensuales ya que todos los funcionarios públicos reciben una paga amputada justamente en el monto de todos esos descuentos que imperativamente pesan sobre los ya menguados salarios de los funcionarios públicos del Estado Venezolano.


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Manuel C. Martínez M.


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