Estos días de intenso calor se han reflejado en el Metro de Caracas, directamente sobre sus usuarios y usuarias: el pueblo caraqueño, un incremento inusitado de compatriotas que han caído sobre los rieles del tren, casi a diario, según comentarios que se hacen en los vagones, y que se ha visto reflejado en las ya diarias, interrupciones del servicio. Transitar en Metro, en estos días, se ha convertido en una odisea que no la recomendamos a nadie, pero por dónde hacerlo? En una ciudad que adolece de un servicio de transporte superficial eficiente y bueno, en camionetas con asientos rotos, choferes mal encarados, con sus equipos de sonidos y radios a todo volumen, pero eso sí, en lugar destacado, colocan a la vista de todas y todas, “Costo del Pasaje BsF 1,70”, y en letras chiquiticas aclaran que es los domingos y feriados, cartelón que, sin duda alguna, tiene el objetivo de ir adaptando a sus usuarios y usuarias en la mentalidad del nuevo aumento del pasaje, en eso piensan los 365 días del año, nunca piensan cómo mejorar sus servicios y la atención al pueblo, es la mentalidad capitalista, costo-beneficio, enraizada hasta los tuétanos en esos compatriotas.
Por estos días, también, hemos observado el inusitado incremento de escaleras eléctricas en estado de mantenimiento, valga decir, dañadas. Pareciera, incluso, que se seleccionaran los lugares en que se dañan, ya que se trata de espacios en que la inclinación de la puerta de salida son las más largas. Subirlas, de hecho, es todo un suplicio, uno más, que tiene que sufrir el pueblo caraqueño usuario y usuaria del Metro de Caracas. La indigencia es otro fenómeno que se ha trasmutado de la calle al interior de los vagones, compatriotas solicitando dinero para comprar medicinas, que, curiosamente, se molestan cuando se les informa que el Gobierno Revolucionario les presta esa atención gratuitamente en tal o cual sitio; o compatriotas que suavizan un poco lo tortuoso que se ha convertido viajar en Metro, con canciones melosas, ofreciendo su arte a cambio de unas pocas monedas.
Un hecho que sí es digno destacar es lo expresado, en la inauguración de las estaciones valle-coche de la línea 3, por el Comandante Presidente, Hugo Chávez, “…el presidente Chávez ofreció todos los recursos económicos para la rehabilitación de los sistemas de aire de acondicionado en los vagones que lo requiera, así como para el pleno funcionamiento de las escaleras mecánicas. "No debe fallar en ninguna estación el aire acondicionado, hay que arreglar eso rápido, si ustedes no tienen los recursos suficientes, pídanmelo, que yo invento", (Aporrea, 10/01/10). Pues, esas palabras de colaboración manifiesta, pareciera que hubieran caído como una maldición sobre la dirigencia del Metro de Caracas, estos días de intenso calor solo han servido para convertir los vagones del Metro de Caracas en sendos baños saunas, en los que la usuaria o usuario, entra a ellos a sudar y sudar, entre cientos de compatriotas montados unos sobre otros u otras. Ya el calorón que sentimos afuera de los vagones es suficiente, ahora imagínense el horno en que se convierten esos espacios cerrados llamados vagones, elaborados en aluminio y con un gentío en su interior. Las madres que retumban allí dentro, no son precisamente la de los responsables directos de tamaño metrocidio, sino la otra, la que cada día mencionan los disociados opositores, enemigos de nuestra Patria.
Aunado a todos estos males, que se conjugan para concretar el pésimo servicio que hoy presta el Metro de Caracas, se viene a unir la falta de sensibilidad de la actual directiva de la empresa; hace aproximadamente un año, se le homologa al personal la nueva contratación colectiva, con lo que entra en plena vigencia, y el Gobierno Revolucionario ha venido cumpliendo fielmente lo allí acordado. Pues bien, de la misma quedaron excluidos el llamado “personal de confianza” o cuadro gerencial o de supervisión, 1.386 trabajadores y trabajadoras que, día a día, están atentos al buen funcionamiento de las estaciones del Metro, dando lo mejor de sí para que la calidad del servicio sea óptima, no obstante las fallas estructurales que hoy presenta el sistema: "el presidente Matute hace omisión de lo que establece el articulado legal y del Régimen de Beneficios Internos del Personal de Confianza y Dirección (actualización 2003), por lo cual sigue en franca violación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, sus leyes y reglamentos. Además cualquiera podría concluir que está actuando como un quinta columna en este proceso revolucionario, porque no se ajusta al marco legal y porque no es consecuente con lo que él le remitió a la Vicepresidencia de la República en Noviembre del 2009: donde indicaba que existen varios escenarios de pago para un personal que consideraba injustamente "de confianza". Escenarios de pagos con recursos disponibles para honrar los beneficios de este personal, pero que hasta la presente fecha no se ha hecho efectivo", manifiestan estos camaradas en senda nota recogida por Aporrea el pasado 22/01/10, fecha en que se concentraron en las inmediaciones del Centro Empresarial del Este, en Chacao en asamblea. Afirmando en tono más duro, letras más abajo, en su manifiesto: “Nos preguntamos entonces: ¿Es el Ingeniero Matute o el Ministro Diosdado, o ambos, quienes someten a los trabajadores de confianza al sacrificio de limitaciones socio económicas que nos corresponden legalmente? Y que además rayan en maltratos personales, cuando se desincorpora, en arbitraria violación del decreto presidencial de inamovilidad laboral, al camarada y compatriota Reinaldo Rangel con 20 años de servicio en tan digna Institución, por el solo hecho de llevar adelante una lucha justa para que se honren los compromisos socioeconómicos a todo el personal denominado de confianza, donde se incluyen secretarias, técnicos de mantenimiento y personal denominados guardias patrimoniales." Esta situación conflictiva que, sin duda alguna, tiene incidencia en el mal servicio que recibimos caraqueñas y caraqueños, actualmente, es solucionable camarada Comandante Presidente, Hugo Chávez, va para un año este problema y nada que se soluciona. Esto pasa a ser desidia, por no llamarlo saboteo de la directiva del Metro, darle la buena fe, por ahora. Ya basta de conflictos laborales en el Metro de Caracas sin solución, no es de Revolucionarios y Revolucionarias, la agresión a las trabajadoras y trabajadores y mucho menos, si se trata de una empresa que nos pertenece a todas y todos los venezolanos, que debe dar ejemplos de atención a sus trabajadoras y trabajadores, eso sí es Socialismo…
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