18-04-16.-Las comunidades estiman que el Gobierno Nacional en el combate contra la guerra económica reflejada fundamentalmente en el fenómeno del bachaqueo que genera acaparamiento y especulación en los precios de los alimentos, productos del hogar e higiene personal, amerita una mayor supervisión de los mercados privados por parte de los organismos competentes en esta materia.
En ese sentido, un significativo número de personas de diversas parroquias de Caracas, incluso algunas del interior, consideran que en la mayoría de las ocasiones, “no siempre” existe una complicidad entre las bachaqueras y los bachaqueros y el encargado o dueño del negocio.
Las y los integrantes de las comunidades alegan que los encargados de los mercados venden hasta una determinada cantidad de un producto, y luego lo niegan a las personas que están en las colas, aseverando que se acabó la existencia, pero en verdad “se lo venden a los bachaqueros”.
En ese sentido, además de otras medidas implementadas por el Ejecutivo Nacional, como solicitar el número de cédula y las captahuellas, a fin de evitar la recompra por una misma persona, recientemente el Presidente Nicolás Maduro ordenó la creación a escala nacional de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
Los CLAP son un nuevo sistema de distribución de alimentos, casa por casa, el cual está coordinado directamente por el Poder Popular por medio de las mesas agroalimentarias parroquiales, los Consejos Comunales, los Círculos de Lucha Popular y las Unidades de Batalla Bolívar Chávez.
El objetivo central de los CLAP, es reorientar el funcionamiento de la Misión Alimentación, con el propósito de garantizar que los productos no se desvíen hacia las redes de mafias, no solo de bachaqueros sino también de grupos que se forman en las propias comunidades. Los primeros acaparan y especulan alimentos de la canasta básica y productos de higiene personal. Los segundos, atienden primero a familiares y amigos.
LOS CLAP Y LA ESPECULACIÓN
“Según las estadísticas el 80% de las mujeres en Venezuela se desempeñan como jefa de hogar, son las que se han visto más afectadas por la guerra económica impulsada por la derecha, ya que para adquirir alimentos han estado en una cola hasta ocho horas y más”.
Así lo afirmó el pasado viernes en programa transmitido por Venezolana de Televisión, la presidenta de la Fundación Madres del Barrio, María Rosa Jiménez, quien aseguró que con la estrategia de los CLAP se ha logrado la disminución de las colas para comprar comida, el bachaqueo, la especulación en los comercios y el acaparamiento. Las mujeres agregó tienen plena participación en los más de 1.500 CLAP, creados en todo el país.
PRECIOS INFLADOS
Los revendedores de productos regulados, conocidos popularmente como bachaqueras y bachaqueros, suben los precios de los productos casi a diario. Estas mafias actúan y venden con un modus operandi que varía según la zona de Caracas donde se encuentren, incluso también en el interior del país.
Como ejemplo, en el Distrito Capital se puede observar como los precios se modifican de un lugar a otro, en algunos casos se mantiene. A las afueras del mercado Quinta Crespo los bachaqueros ofrecen el kilo de café en 2.000 bolívares, la harina de maíz en 800 y algunos piden 1.000 bolívares por paquete, el producto para mata plagas en 3.500 bolívares.
La situación en cuanto a precios no es muy distinta en las zonas donde sus habitantes tiene un mayor poder adquisitivo, en las que un tubo de pasta dental puede llegar a tener un precio de 800 a 1.000 bolívares.
En Puerto La Cruz, estado Anzoátergui estos revendedores inescrupulosos venden una harina de maíz en 1.000 bolívares; un par de afeitadoras en 600 bolívares; un paquete de cuatro rollos de papel sanitario en 700 y un paquete de pañales puede llegar a costar hasta 2.500 bolívares.
Una situación parecida se vive en Maracaibo, estado Zulia, donde un litro de aceite oscila entre 1.500 y 2.000 bolívares en el conocido mercado Las Playitas, ubicado en el centro de la ciudad. En el mercado periférico en la avenida La Limpia, un kilo de harina de maíz, de pasta o de arroz no baja de 1.000 bolívares cada uno.
En la Tierra del Sol Amada, el azúcar varía en cada mercado, algunos piden 450 bolívares y otros venden a 600 bolívares el kilo. En la zona norte los bachaqueros especulan con el arroz blanco regulado a 104, 23 bolívares al venderlo a 800 y hasta 1.000 bolívares por paquete.
“PRECIOS SIN COMPARACIÓN”
Al efectuar una comparación con los precios de los productos regulados por el Gobierno Nacional se puede constatar que con la compra de un solo producto a las mafias bachaqueras, por lo general sobre los 1.000 bolívares, se logra adquirir una bolsa con varios productos de alimentos de la cesta básica a precios solidarios, la cual oscila entre 1.100 a 1.200 bolívares.
Los productos alimenticios y artículos de limpieza y de higiene personal, como expresan representantes de diversas comunidades no tienen comparación, ya que un paquete de un kilo de leche tiene un costo de 70 bolívares; un kilo de arroz a 25 Bs cada paquete; un kilo de harina de maíz a 19 bolívares, un kilo de caraota a 24 Bs.
En esa misma línea de precios solidarios con el pueblo, un kilo de pasta a 15 bolívares, un pote de margarina mediano a 25 Bs cada uno; un litro de aceite a 58, un pollo por 65 bolívares y un kilo de carne por 250 bolívares.
Asimismo las verduras y hortalizas se logran conseguir a precio solidario en jornadas de alimentación tanto organizadas por el Gobierno Nacional como por las comunidades por iniciativa propia. En los mercados se vende un kilo de cebolla en 800 bolívares el kilo, el tomate a 900 el kilo, el cebollín a 400 bolívares el kilo, la acelga en 400, entre otros.
En una jornada alimentaria popular el tomate, papa y cebolla se pueden adquirir a 300 bolívares por kilo de cada rubro. El kilo de pimentón, pepino y zanahoria a 210 Bs. También un cuarto de kilo de ajo porro, cebollín, acelga, apio españa, perejil, cilantro, calabacín y vainitas está en 40 bolívares y el kilo a 160 bolívares. El kilo de repollo y lechuga a 100 bolívares.