Esto de tener contradicciones con el gobierno es parte del juego de la vida, claro que me parece aburridas muchas cosas, otras más poco afortunadas. Pero lo cierto es que a nivel de la propuesta cultural en mi Estado podrán decir muchas cosas, pero sería muy difícil decir que existe censura.
No soy un tipo de acuerdos fáciles, tampoco de estar haciendo filas para quedar bien con el gobernante de turno, el jefe del CLAP o el repartidor de algún indigesto carnet, no soy censor y no censuro eso se lo dejo al flaco Gustavo, si aquel chico que si algo no le gustaba mandaba a sabotear una muestra de fotografía, pintura que no se correspondía a su cerrado criterio, hoy Gustavo es abogado y creo que continua con algunas ideas de censor, nunca creo.
Lo días últimos he venido viendo como algunos jóvenes y no tan jóvenes premiados en distintos salones promovidos en el Estado Carabobo, premios que para mi entorno son importantes van gritando a los cuatro vientos “censura” nada más lejano a la verdad, nada más lejano a lo cierto, me impacta, como van haciendo un carrusel de palabras y frases que nada tienen que ver con lo que realmente pasa.
Recuerdo al gobierno de los Salas cuando bajaban de las paredes piezas ya instaladas, tapaban con cintas pegantes “tirro” los nombres de hombres y mujeres que no comulgaban con el pollismo, y conste no estoy diciendo nada de Lunes Rodríguez, ese chico de extracción humilde a quien conocí cuando interpretaba canciones de Silvio Rodríguez. En los años del pollismo de los Salas exponer en Valencia o en Carabobo era hacer una fila para el besamanos del señor gobernador de ese entonces.
Creo que Emir Gimenez ha venido haciendo un gran esfuerzo, se viene rodeando de gente que crea y que hace, no censura. Tengo que decir que no soy un apasionado defensor ni de la IV ni de la V pero es justo decir que por sus frutos los conoceréis y que no participo en el Salón Michelena ya que no comulgo con quienes lo organizan, asisto a la inauguración para ver a viejos amigos y también a viejos enemigos (los cuales tengo y muchos) pero esto no me impide asistir a menos que un día de estos me impidan la entrada y claro armare mi respectivo escándalo.
Ya desearía ver yo a más de uno de estos artistas plásticos que van a un combate a sabiendas que no serán lastimados, que no serán censurados, que no serán tocados en lo más mínimo en su obra, que estarán por su talento y su trabajo entre los reconocidos para las distintas distinciones que se otorgan en el Estado Carabobo.
Yo tengo amigos y amigas cuya fraternidad siento como cierta, y conozco varios amigos que fueron expulsados en el gobierno pollista del viejo y el hoy también viejo pollo de sus cátedras, compañeras que recibieron balazos en autobuses en los años de esos gobiernos, artistas que fueron censurados y expulsados de muestras por tener una posición política distinta a la que sostenían quienes vean en Salas a un Fuher de Puerto Cabello, aun emperador de alguna casa de la calle Díaz Moreno.
Diría mi amigo Saul Fernandez quien ha sido distinguido en más de una ocasión en algunas bienales y salones del Estado Carabobo “ La cosa esta buena poeta” bien yo sigo viendo a Emir Gimenez como una trabajadora, que se ha sabido navegar en un mar en tempestad que no cesa.
Yo trato de no participar en Salones de Arte, algunas veces me invitaron como jurado lo cual he aceptado gustoso, lo cierto es que Emir lo está haciendo bien y que además está abierta a la crítica, es una mujer respetuosa de lo diverso. Las artes andan por ahí, van descubriendo y descubriéndose y vamos con ellas.
En palabras de mi amiga Reyna Lara: “Yuri las cosas van pasando y lo bueno, lo mejor aún está por venir” Yo aplaudo la gestión de Emir Giménez, me agrada aquella canción de Sabina el canta/autor Español y republicano:
No soy un fulano con la lágrima fácil
de esos que se quejan solo por vicio
si la vida se queja le meto mano
