(Terrorismo urbano razones para el fracaso)

Simón Bolívar...víctima de la impunidad

En numerosos documentos nuestro Libertador Simón Bolívar, abordó el tema de la impunidad de los delitos en general; participaba en un proceso de separación político-cultural- radical de la "madre patria", que era a su vez el imperio que nos sojuzgaba. A los 29 años, después de los sucesos de la Capitulación y pérdida de la 1ª República, andaba por allá, combatiendo en el Magdalena y, desde Cartagena publica un gran documento "Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño".

En ese texto también conocido como: "El Manifiesto de Cartagena", donde escribe una serie de consideraciones conceptuales sobre los delitos y la justicia: "…Al abrigo de esta piadosa doctrina a cada conspiración sucedía un perdón, y a cada perdón sucedía una conspiración que se volvía a perdonar; porque los gobiernos liberales deben distinguirse por la clemencia. ¡Clemencia criminal que contribuyó más que nada a derribar la máquina que todavía no habíamos enteramente concluido!..." (1)

Después de este año de 1812, Bolívar hubo de recorrer innumerables caminos llenos de dificultades , de un pensar y accionar sin tregua expresado en una prolífica escritura; y, dando un salto en el tiempo y en el espacio, nos ubicamos en septiembre de 1828, cuando en la ciudad de Bogotá, se produjo la conspiración y el intento de magnicidio planificada por Santander, que confirmó una vez más en la práctica lo aseverado dieciséis años atrás por nuestro Libertador en el Manifiesto de Cartagena sobre la impunidad. En correspondencia al general Mariano Montilla le informa "PD. Están todavía por aprehenderse algunos de los principales conspiradores: Carujo, oficial de estado mayor, hombre de poco más de cinco pies, originalmente rubio, pero de una tez ya marchita, y como de veintisiete a veinte icho años. Florentino González, joven como de veintidós a veintitrés años, ojos casi negros, pelo negro, cosa de cinco y medio pies de alto, desdentado adelante, cejijunto, boca grande y labios algo vueltos. Luis Vargas Tejada, delgado de cuerpo, cosa de cinco pies y tres a cuatro pulgadas de alto, cara extraordinariamente larga, distancia de la boca al extremo de la barba bastante excesiva, la barba puntiaguda y poblada: al andar, inclinado adelante con el semblante siempre echado afuera; y era uno de los secretarios de la convención" (2)

De aquellos conspiradores varios fueron pasados por las armas, entre ellos el coronel Guerra y el héroe de la batalla naval de Maracaibo, almirante Padilla, otros jefes complotados como Santander fueron perdonados. Los conspiradores y las conspiraciones no cesaron, poco tiempo después en junio de 1830, cae asesinado Antonio José de Sucre, "El padre de Ayacucho, el redentor de los hijos del Sol", el dialogante, el unificador. Este crimen fue un golpe certero, preciso, planificado, contra Bolívar y la Gran Colombia.

Cada sociedad debe ubicarse en su tiempo histórico, Esta Venezuela del siglo XXI, se desenvuelve en una realidad nacional y mundial que establece controles y límites en el ejercicio del poder; pero eso no niega la necesaria defensa en el marco de las leyes de la vida democrática de la comunidad, en cuanto a los derechos civiles, la independencia y soberanía de la nación. Lo más grave de todo esto, sería que se desintegre la Nación en nuestra presencia (Irak, Afganistán, Libia) por acción u omisión ciudadana.

Los pueblos históricamente han luchado por no ser esclavos, Siervos de la Gleba, dependencias coloniales, territorios subdesarrolladas simples productoras de materias primas, patios traseros. ¿Sueños? ¿Utopías? Y, ¿estas supuestas abstractas búsquedas, no serían acaso superiores en humanidad ante las pesadillas del hambre, de la miseria, de la exclusión, de la ausencia de dignidad?

Ante esta grave situación que vivimos hoy en nuestro país, cabe preguntarse, ¿Cuál fue la razón por las que combatieron los hombres y mujeres originarios, al igual que posteriormente lo hicieron Miranda, Bolívar, Sucre, cimarrones, Zamora, las guerrillas rurales y urbanas, la insurgencia de civiles y militares? ¿Porqué tantos esfuerzos y luchas, ideas, sueños, utopías, vidas sacrificadas, defensa de la dignidad y conductas patrióticas? ¿No sería acaso en búsqueda de una opción que permitiese elevar la condición humana? ¿Será esta la misma lucha que se plantean estos grupos que están transitando el camino de una confusa insurgencia?

Pareciera que la cosa es más compleja, que sentarse en una autopista e impedir el tráfico, o quemar un autobús, destruir una escuela o un hospital, o a mansalva dispararle a un ciudadano civil o con uniforme o asesinar a una señora con un botellazo de agua congelada (asesinato premeditado) ¿de qué se trata? pregunto, puesto que a muchos venezolanos no nos entusiasman sus acciones, porque lucen oscuras, sospechosas de atender intereses foráneos.

La guerra urbana, con todas sus posibilidades para destruir, atemorizar, causar terror, paralizar en algunos momentos la vida urbana, tiene incidencias negativas incluso contra sus protagonistas. Los ciudadanos cualquiera sea su condición social u oficio, generalmente desean desenvolverse en su vida cotidiana libremente, cumplir con sus obligaciones, ganarse la vida, en fin vivir. En el supuesto caso que nuestra ciudad estuviese ocupada por una fuerza enemiga y operase una resistencia patriota, las reglas de juego serían otras, y la ciudadanía tendría elementos políticos para entender tal situación. Pero este no es el caso actual.

Los sectores políticos que auspician y practican estos zafarranchos urbanos no son convincentes, lucen cargados de ideas simplonas, muy manoseadas, verdadera chatarra ideológica, que ofertan repetir un mal recuerdo histórico. Esa parafernalia política que de tanto estar enmascarada, ahora expuesta sin disfraz en la sociedad venezolana, deja ver su verdadero rostro: el fascismo.

La Sociedad mundial está en una profunda crisis, y en tal situación Venezuela requiere de algún sosiego para procurar recomponer muchos dislates heredados, así como otros, hijos legítimos de este proceso político, por cuanto se vislumbran situaciones internacionales que nos obligan a reflexionar profundamente, sobre una urgente conducción de la República, adecuada al duro porvenir.

LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL

1.-Bolívar, Simón/Doctrina del Libertador/Biblioteca Ayacucho y Banco Central de Venezuela, págs., 11-12/Caracas, 2009(es recomendable leer el texto completo)

2.-Bolívar, Simón/Carta dirigida al general Mariano Montilla desde Bogotá el 30 de septiembre de 1828. /Cartas del Libertador/Tomo VI (Julio de 1827-1828) Págs. 465-466/Banco de Venezuela/Fundación Vicente Lecuna/Caracas 1970.



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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