Juan Félix Sánchez, hecho en Venezuela. Su inventiva y solidaridad (XXII)

Este venezolano nacido en los Andes patrios es uno de tantos genios que tiene esta hermosa nación. Su sentido de responsabilidad y de pertenencia hace se encariñe por su tierra y busca la manera de dejar impresa sus huellas para que posteriores generaciones observen lo que es ser heredero de libertadores, en cuanto en su empeño de ser libre como el viento de aquellos Andes. Su ingenio es la marca de fábrica que identifica a la inmensa mayoría de venezolanos. Juan Félix Sánchez, hijo de Benigno y Vicenta Sánchez, recibió instrucción básica entre 1907 y 1913 en la escuela del pueblo de San Rafael de Mucuchíes. Su habilidad lo llevó a la ejecución y puesta en marcha de un molino de viento para surtir de agua a su comunidad. Entre 1918 y 1924, se desempeña como secretario, ad honorem, de la prefectura de su pueblo natal. Juan Félix fue maromero, payaso y titiritero, 1922-1925. En 1923, la madre de Epifanía Gil, Isaína Dávila, le enseña a tejer y en 1925 realiza su primera cobija reinosa, con listas, con colores rojo, azul y verde, siguiendo las técnicas del tapiz. Los colores eran producidos con tintes vegetales. Posteriormente a su primer viaje a la Ciudad de Caracas, realizado en 1927, se encarga de la presidencia de la Junta Comunal de San Rafael de Mucuchíes, 1929-1933. En 1935 talla su primera pieza en mármol, El Grupo, Cristo, Virgen y Magdalena, actualmente desaparecido. En 1938 empieza a tejer sombreros bajo una técnica propia de la región (sombreros dobles). Entre 1940 y 1943 es nombrado Juez municipal de San Rafael de Mucuchíes. Años antes, 1936, acaece la muerte de su padre y con el fallecimiento de su madre en 1941, Juan Félix se retira en 1943, junto a Epifanía Gil, a la soledad del Páramo del Tisure, a su casa de El Potrero. En 1946 fabrica en el Tisure un telar de tres sedas, poco frecuente en esa tradición artesanal.

En el mes de septiembre de 1952 asume la idea de dedicarle un homenaje a la Virgen de Coromoto en el filo del Tisure, y en el sitio escogido para ello, el día siguiente levanta una cruz y pone una imagen de la Virgen. Desde este momento empezaría lo que es hoy el complejo escultórico, arquitectónico y religioso del Tisure. El 7 de septiembre de 1954 termina de construir allí la primera capilla, la cual llama El Bohío, dedicada a la Virgen María. En agosto de 1956 comienza la construcción del muro perimetral del jardín del complejo. Entre 1960 y 1964 se dedica al proyecto de la gruta, que concluye junto con su segunda capilla. El 11 de septiembre de 1965 se coloca la primera piedra de, la capilla grande, dedicada a José Gregorio Hernández, que finaliza al año siguiente. En 1967 realiza el pesebre de roca detrás de esta capilla, termina sus escalinatas y la plaza de la estatua de piedra y, entre 1969 y 1970, construye su torre. Entre 1975 y 1981 talla el Cristo y todas las demás figuras del Calvario, el Tinjacá, (Simón Bolívar con su perro Nevado) el segundo San Juan y realiza el proyecto del Santo Sepulcro con el Cristo muerto. Catorce esculturas, gran parte de ellas en madera de quitasol, conforman todo el conjunto que representa el drama central del cristianismo.

En 1979 expone cinco cobijas en la Galería Yakera en Caracas. Dos años después proyecta la construcción de la capilla de San Rafael de Mucuchíes, dedicada a la Virgen de Coromoto, aledaña a la casa natal de Juan Félix, que se inaugura el 18 de febrero de 1984. En 1982, Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, le dedica una exposición individual titulada "Lo espiritual en el arte" y sale publicado el primer libro sobre su obra: "Juan Félix Sánchez", elaborado por el Grupo Cinco. En 1984 se funda en su nombre la Casa de la Cultura, Juan Félix Sánchez; en Mérida. En 1986 recibe el Premio Nacional de Cultura Popular Aquiles Nazoa y, en 1989, recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas. Alrededor de la personalidad de este artista popular se generó un movimiento cultural que conllevó a la creación de la Casa de la Cultura de San Rafael de Mucuchíes, Edo. Mérida, la edificación de la Biblioteca Pública Juan Félix Sánchez y Epifanía Gil, inaugurada en 1992, y el Teatro Vicenta y Benigno Sánchez, obras realizadas en su pueblo natal y en tierras donadas por él, ello refleja muy bien el carácter y sentimiento que posee por ser un buen venezolano, pendiente de llevar una vida dedicada a resaltar los valores del ser humano y que debe siempre llevar en el cuerpo, la mente y el alma. El Páramo del Tisure fue escogida por este insigne creador como epicentro de una actividad artística que no encuentra parangón en cuanto a variedad, calidad e intensidad en obra alguna del arte popular venezolano, una obra en donde, en el marco de una vida llena de espiritualidad, lo ético se funde con lo estético y lo religioso.



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José M. Ameliach N.


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