El vínculo orgánico entre los seres humanos se sucede en un contexto que, en principio, viene a estar establecido por la naturaleza. De esa relación en que los hombres se relacionan cotidianamente con la naturaleza y entre sí se deriva en una formación societaria históricamente determina. De allí, de manera progresiva y constante, han tenido su génesis saberes, conocimientos, destrezas, habilidades, técnicas, identificaciones, clasificaciones, observación, creación, fabricación, formas de existir, incluso hallazgos accidentales. Conocer, dominar y posesionarse del entorno natural ha sido la labor del ser social. El ser humano en el contexto histórico-geográfico-social determinado se desarrolla en una tremenda y gran diversidad ecológica, la cual se corresponde una gran multiplicidad cultural. El marco de origen de las artesanías han sido contextos socio-históricos de múltiples y variadas identidades y diversidades culturales. Existe una atrevida intención de afirmar que los primeros creadores de la artesanía fueron un mono llamado Adán y una mona llamada Eva, quizás en franca conducta de estar bien con Dios y con el diablo. A la gran diversidad ecológica ha correspondido una gran diversidad cultural. (Turok, 1998).
El humano constituye un ser cultural por excelencia. Resulta imposible concebirlo sin un contexto histórico social. Podría ilustrarse su diversidad étnica-cultural por las lenguas maternas. Los pueblos originarios llegaron a tener 2.400 lenguas en la América indiana. La diversidad cultural podría comenzar por la lengua materna. El tiempo diseña un determinado rostro cambiante cultural. Ello lo ha garantizado, en primer término, la conservación y reproducción de la especie. El ser humano en tanto demiurgo se hace el creador de la organización familiar y de allí progresa a la construcción de la sociedad, en un proceso continúo, desigual y combinado. Imposible que exista la cultura sin el ser humano. Éste es el hacedor de la dimensión simbólica de una determinada estructura societaria. Las artesanías parecieran ser una de las primas manifestaciones culturales del ser humano en un contexto social históricamente determinado. Uno de los primeros productos culturales del ser humano pudo haber sido la artesanía. Enpero,
Ante todo queremos sentar que la cultura es un apretado tejido de relaciones, y que las artesanías abren una ventana para comprender y visualizar la conexión integral entre los elementos naturales, sociales y simbólicos del grupo social en cuestión. Esta es la primera premisa para dimensionar el origen y significado de las artesanías, (Turok, 1998).
Definir a las artesanas y a los artesanos por la actividad última de todo el ciclo del proceso de trabajo, significaba limitarse al mercado. Significa dejarse atrapar por el mercantilismo y ser partícipe de una tremenda injusticia histórica. La actividad artesanal en tanto hecho creador societario es una de las actividades culturales de más antigua data. El humano se hizo ser social en la medida en que dio inicio a la creación artesanal. Tan Song, en su libro Artesanía de China, (Editorial Popular, 2012), aporta el siguiente dato: La artesanía tradicional china es una parte importante de la cultura y de las artes antiguas de China. Se caracteriza por tener una larga historia. La historia de las artes tradicionales chinas se remonta a miles de años. Un ejemplo de ello son la cerámica coloreada y la artesanía de jade de la era neolítica y el pez grabado en madera del período Hemudu, con más de 7.000 años de antigüedad. Es factible que en primer término fuese la artesanía de carácter utilitario para luego alcanzar la condición de artística y en su ulterior desarrollo su carácter tradicional. No obstante, lo artístico es intrínseco e inherente a la creación artesanal. Cuando se afirma Las Manos Creadoras se hace indudable y expresiva referencia a la labor productiva, en su más amplio sentido, de los artesanos y artesanas, que implica transformar lo habitual, trasgredir lo común para regalarle un orden nuevo, cotidianamente sorprendente, original, poético, expresado en el objeto artesanal. Un definitorio sentido de la producción se reconoce en esas manos. Demasiados ejemplos brinda la historia de las artesanías.
Históricamente, la mujer ha sido alfarera y tejedora, y el hombre, tallador y herrero; la gradual especialización de sus miembros a través de una división del trabajo ha contribuido a la multiplicación de las expresiones artísticas y estéticas de los objetos que se elaboran para fines domésticos, rituales o ceremoniales. Su forma de producción, su uso o función, su decoración y su simbolismo deben verse como expresiones concretas, es decir, materiales de la cultura, (Turok, 1998).
Por ello al proponerse la específica norma artesanal venezolana de incentivar y estimular la creación producción de las artesanías, resume un largo objeto de la Ley para el Desarrollo y la Creación Artesanal, tipificado en su Artículo 1, el cual establece:
La presente Ley tiene por objeto proporcionar el desarrollo planificado y sustentable de la artesanía nacional, a través del establecimiento de las normas para el fomento, promoción y difusión de la artesanía; el fortalecimiento de la actividad artesanal en el país, mediante el debido abastecimiento de las materias primas y el correcto equipamiento de los talleres artesanales; el reconocimiento, la protección, la investigación, la formación y la capacitación permanente del artesano y artesana, en sus labores de diseño e innovación, producción y comercialización; el estímulo al financiamiento y la organización del sector artesanal; la defensa y preservación del patrimonio artesanal tangible, en todo lo que signifique su conservación, enriquecimiento y restauración; así como la protección integral de los ecosistemas donde se desenvuelve la vida artesanal, (Gaceta Oficial N° 6.184 del 3 de junio de 2015).
La cultura artesanal tiene implicaciones prácticas inconmensurables. Quizás, la prima de ellas sea la poiesis, para decirlo desde la literatura, y del griego antiguo, palabra que significa creación. Este aspecto supera a la técnica totalmente. Se puede ser técnicamente hábil para elaborar un producto artesanal pero si no se es creativo, (a), y no se milita en la creación, el hecho artesanal se compromete. Cuando se dice artesanía se está haciendo precisa referencia a la creación. Y al decir: crea, digo perturba, trastorna, cambia el entorno. La artesanía (como la poesía) es una extraordinaria perturbación, un trastorno espléndido. Una obra artesanal está obligada a desordenar lo habitual para regalarle un orden mágico, primitivo, poético,… Otro aspecto tiene relación con la condición de ecologistas que deben practicar, de manera decidida y resuelta, los artesanos y las artesanas. Entregarse a la protección y defensa del ecosistema en franca militancia conservacionista tiene que ser uno de los papeles ejercidos por los artesanos y artesanas. Una militancia revolucionariamente ecologista.
De igual manera, sentirse parte orgánica y militante de las culturas populares, la cuales gozan de atención especial por parte del Estado venezolano y que está doblemente establecido en la Constitución de 1999. Entre otros, los más significativos cultores y cultoras populares vienen a ser los artesanos y artesanas. De igual manera, ser legisladores culturales como lo han venido ejerciendo desde hace más de dos décadas, para decir lo menos. Participar en la formación y capacitación permanente, así como en la investigación artesanal. Participar activamente en la protección y defensa del patrimonio cultural, en general, y del artesanal, en particular. Y, finalmente, ser agentes del cambio social. En otras palabras, ser militantes revolucionarios y revolucionarias a toda carrera en la construcción del Socialismo del Siglo XXI.