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En él se produce el hacer ético de un espacio social, los técnicos de una empresa constructora socializada y los estéticos de un espacio armonioso para una mayoría de la población.
IDENTIDAD URBANA
La propuesta de definir una arquitectura de masas para las clases populares se fundamenta en la valorización de la cultura popular, en busca de una identidad urbana, negando un proceso de mundialización cultural y mundialización de los problemas que afectan a las sociedades de nuestro tiempo. Se pretende, dotar de identidad cultural a los habitantes de los ranchos que, no importa a que comunidades pertenezcan, entre ellos si hay una semejanza a nivel formal y, además, homogeneidad, autonomía, armonía e integración a través de un hacer ético como clase social sin espacio.
Este artificio de la relación de la Arquitectura de Masas con la cultura popular, sin suponer una intencionalidad de desviación ideológica, permite ignorar los verdaderos problemas urbanos y las relaciones que tienen las formas urbanas con otras instancias que la determinan. No se puede prescindir de la articulación de las formalizaciones espaciales urbanas con los niveles políticos, ideológicos, técnicos y mucho menos con el económico como determinante, porque desde allí es que se puede avanzar en la explicación del subsistema de la formalización urbana y pensar en una nueva configuración de la ciudad, del territorio, del espacio urbano total y de la misma arquitectura.
Se pretende dotar de identidad cultural a los habitantes de los ranchos que no importa a que comunidades pertenezcan, entre ellos si hay una identidad a nivel formal y, además, homogeneidad, autonomía, armonía e integración a través de un hacer ético como clase social sin espacio.
Este artificio de la relación de la arquitectura de masas con la cultura popular, sin suponer una intencionalidad de desviación ideológica, permite ignorar los verdaderos problemas urbanos y las relaciones que tienen las formas urbanas con otras instancias que la determinan. No se puede prescindir de la articulación de las formalizaciones espaciales urbanas con los niveles políticos, ideológicos, técnicos y mucho menos con el económico como determinante, porque desde allí es que se puede avanzar en la explicación del subsistema de la formalización urbana y pensar en una nueva configuración de la ciudad, del territorio, del espacio urbano total y de la misma arquitectura.
HACER TÉCNICO, ESTÉTICO Y ÉTICO
Para poder acometer el hacer arquitectónico que requiere la Arquitectura de Multitudes, fuera de las escuelas y academias, sólo se obtendrá de la comprensión de los elementos esenciales de la cultura vinculada al todo, a la ciudad, a la lucha de clases por el espacio, a la cultura de multitudes, fundamentada en su Ser que es para la vida y la libertad de uso del espacio y de una comunidad.
La Arquitectura de Multitudes la define un hacer que expresa un cambio en la orientación del espacio urbano arquitectónico, en relación a la escala de diseño, la técnica de producción de la obra, el contexto del diseño y las condicionantes técnicas, estéticas y éticas, como base política y filosófica de una práctica teórica de producción de conocimientos y soluciones técnicas subordinadas a una práctica política de las multitudes excluidas de él.
Esta teoría de la arquitectura es tributaria de la práctica política que desarrollen las multitudes, para que la plena utilización de las fuerzas productivas pueda satisfacer el consumo de espacios de las tensiones demográficas y los requerimientos humanísticos demuestran como necesario integrarse a un nuevo contenido espacial del hacer ético de un espacio social, los técnicos de una empresa constructora socializada y los estéticos de un espacio armonioso para una mayoría de la población.
NUEVO PARADIGMA
Es imprescindible fijar direcciones que permitan clarificar los cambios de orientación de las determinaciones de diseño por un nuevo paradigma en relación a la escala de diseño, las técnicas de producción de la obra, el contexto de diseño y las condicionantes éticas, estéticas y técnicas de un nuevo hacer espacial. De esta concepción del hacer se desprende nuestra tesis de negar la situación existente y crear el dato como anticipación del hecho. El hecho –decía Hegel– es antes de existir y esta posición nos lleva a las siguientes negaciones –de lo que es– y afirmaciones –de lo que debe ser–:
1. Del diseño del espacio construido:
- Negamos el diseño del espacio construido inamovible y fijo.
- Afirmamos el diseño del espacio construido como proceso móvil y cambiante, como forma que no es forma, sino ley de correspondencia.
2. De los proyectos de montaje constructivo:
- Negamos los proyectos de montaje constructivo por procesos químicos que petrifique el resultado.
- Afirmamos el proyecto de montaje constructivo por procesos físicos (tornillos, tuercas, pasadores, cuñas, etc.) que permitan desmontar, modificar, trasladar, crecer.
3. De la construcción de la obra:
- Negamos la construcción de obras en serie únicas artesanales.
- Afirmamos la construcción de obras en serie industrializada.
4. De la estética de los diseños:
- Negamos los diseños inscritos a priori dentro de corrientes esteticistas que respondan a la miscelánea urbana de nuestras ciudades actuales.
- Afirmamos una estética que nace del número, su repetición y combinación, que garantiza proporción y ritmo de un espacio armonioso que responda a la expresión individual encajada a lo colectivo.
5. Del diseño de vivienda:
- Negamos el diseño de vivienda exclusiva asignado a una escala determinada, que sustrae el edificio del entorno, de la ciudad; que exalta la individualidad para una burguesía que dispone de medios económicos y de espacio
- Afirmamos el diseño de viviendas subordinadas al problema urbano, inscrito en un sistema de medios de consumo colectivo urbano; en el que el usuario destaca su individualidad por la combinación de elementos tipos y donde se exalta a las masas expropiadas del espacio.
6. De la propiedad del espacio:
- Negamos el diseño para espacios configurados y limitados de propiedad privada.
- Afirmamos que el diseño debe hacerse sobre espacios que configuremos en el espacio ilimitado de propiedad social.
7. Del diseño de casos:
- Negamos el diseño de casos.
- Afirmamos el diseño de tipos o partes de tipos de múltiple articulación.
8. Del diseño de acuerdo a la clase social:
- Negamos el diseño de acuerdo a la clase social de los usuarios, "vivienda obrera", "vivienda de interés social" y "vivienda por política habitacional".
- Afirmamos el diseño requerido por la plena necesidad existencial.
9. De las determinantes de sitio:
- Negamos la ubicuidad de las estructuras espaciales que le confiere vigencia a los acondicionamientos para todo sitio, localidad y región en defensa de necesidades universales.
- Afirmamos el sitio, localidad y región como determinante de la estructura espacial del diseño en defensa de identidades locales, regionales o nacionales.
10. Del diseño sobre suelos:
- Negamos el diseño sobre el único suelo natural, que reduce todos los vínculos y relaciones a la superficie natural.
- Afirmamos el diseño sobre múltiples suelos artificiales, que multiplica los vínculos y relaciones de las distintas funciones en la pluralidad de planos en el espacio.
11. Del diseño de ciudad:
- Negamos el diseño de la actual ciudad bidimensional que reduce todos los vínculos y relaciones a la superficie del suelo natural.
- Afirmamos el diseño en la ciudad espacial, que gana la tercera dimensión y multiplica vínculos y relaciones de las distintas funciones, en la pluralidad de planos y entre ellos, en el espacio.
PROPUESTA DIALÉCTICA
La dialéctica hegeliana es un método de razonamiento, de cuestionamiento y de interpretación que define que la evolución de las ideas se produce a través de un proceso dialéctico, es decir, un concepto se enfrenta a su opuesto y como resultado de este conflicto, se alza un tercero, la síntesis. La síntesis se encuentra más cargada de verdad que los dos anteriores opuestos. Lo que llamaba Lenin, la doctrina de la unidad de los contrarios. Que luego Marx, como una revisión del sistema hegeliano, afirma que las ideas sólo son el resultado del determinismo de las condiciones materiales dadas en los procesos sociales y económicos, creando así la más simple e influyente formulación del materialismo dialectico.
Ahora bien, dando cuenta de nuestra búsqueda teórica y epistemológica en relación a una propuesta dialéctica de la realidad para la concepción del espacio, que validamos en la práctica, y que enriquecemos con lo que aprendemos en ella como con la teoría, somos consientes de la magnitud de la tarea tanto en lo que se refiere a los fundamentos del pensamiento conceptual ideológico como a las apuestas éticas y políticas de las prácticas teóricas que sustentan los procesos de sistematización de producción de conocimientos.
Los procesos de sistematización en que hemos participado nos han ido generando preguntas y procesos de reflexión, alimentados tanto por nuestras lecturas como por lo que hemos ido aprendiendo en la práctica misma. Los elementos centrales de nuestra reflexión actual podrían tener como punto de partida una concepción del mundo dialéctica, como una manera de concebir la realidad, de aproximarse a ella para conocerla y de actuar sobre ella para transformarla.
De esta concepción del mundo se desprenden algunas proposiciones de especial importancia para el análisis de un modelo dialéctico, -en el análisis de la base contextual, teórico-metodológico y conceptual-ideológico-, que nos permita definir un proceso de organización, planificación y producción de conocimientos sobre la práctica teórica que nos interesa en la sistematización de respuestas espaciales, de sustentabilidad del hábitat local-comunitario y de transformación de la sociedad.
El modelo tetraléctico de la realidad para la ocupación del espacio urbano y territorial se apoya en la concepción del mundo dialéctico por parecernos fundamental para pensar en la sistematización de experiencias para la intervención en una realidad social. Creemos que por esta vía las relaciones de los binomios dialécticos: espacio-tiempo, causa-efecto, materia-energía y teoría-práctica, generan un modo de pensar y un método para actuar en la perspectiva del socialismo, de la lucha de clases por el espacio y fundamentalmente para una práctica política de las multitudes excluidas de él.
VIVIFICACIÓN TEÓRICA
Pensar en nuevas formas urbanas y arquitectónicas para la nueva sociedad constituye el compromiso espacial que debemos afrontar para contribuir a una práctica política. La nueva sociedad debe construir la ciudad descentralizada, concentrada, de baja altura y de suelos artificiales, por la satisfacción de la necesidad masiva y para la eliminación de la caótica situación conflictiva entre espacio público y espacio privado; inscrita, por lo tanto, en los objetivos de un espacio público en la tercera dimensión y la producción industrializada de elementos tipos de la arquitectura.
Esta tesis se apoya en la vivificación de las teorías de Hilberseimer con su concepción de tipos repetidos y montaje de integración de células y Le Corbusier con su concepción de los suelos artificiales, inventando la reproducción de suelos a escala urbana del plan Obus de Argel.
Si bien estas teorías no se han visto nunca realizadas, hoy, en la sociedad capitalista, se producen casos aislados, anticipaciones contradictorias a una mayor generalización, que apuntan a lo que proponemos. No son otra cosa esas gigantescas obras multifuncionales, verdaderas pequeñas ciudades de suelos artificiales parcelados, en la calidad de la realización y, por consecuencia, la calidad de vida. Podrían ser superadas si su proyecto se despojara de la preocupación de la tasa de beneficio de la inversión y de contenidos ideológicos de exaltación del poder económico.
Dice Kosik "La existencia del hombre concreto se extiende en el espacio comprendido entre su irreductibilidad al sistema o la posibilidad de superarlo; y su inserción de hecho o su funcionamiento práctico en un sistema (de circunstancias y relaciones históricas)".
Creemos que todo lo expuesto está en el extremo del espacio de Kosik de la irreductibilidad al sistema y de la posibilidad de superarlo; consideramos que la inserción en el sistema y la función práctica debe hacerse con conciencia crítica en contra del mismo sistema, en primer lugar. Pero, no es esta inserción crítica a la que se refiere Kosik.
La posibilidad que surge es que los arquitectos que nos formamos dentro del sistema debemos mantener una conciencia crítica y lúcida de la incapacidad del sistema capitalista para solucionar los problemas del espacio.
RECONQUISTAR LA CIUDAD
Una metodología seria de análisis de renovación del hábitat local comunitario, no puede ignorar, ni dejar de valorizar en su verdadera magnitud, las tendencias o variadas vocaciones que inciden en su futuro desarrollo. Esta política de regularización jurídica y socio-económica productiva debe comenzar por evaluar, en todas sus escalas, la realidad existente y sus propias regularizaciones físico-espaciales. Y no hablamos de una actitud conservacionista o de un freno anacrónico de corte nostálgico. Nos referimos a precisar las reales directrices que incidirán en las transformaciones naturales necesarias derivadas de una política de desarrollo. Y ello, considerando parámetros insustituibles del verdadero y pleno proceso evolutivo, en franca oposición y defensa frente a los vigentes conceptos exclusivamente desarrollistas, que se han apoderado de todas estas reservas, y las manejan según su propio interés y provecho.
Pensar en la renovación urbana y la planificación del territorio, tal como lo plantemos, es un método que tiene en las investigaciones morfológicas urbanas y territoriales una fuente poderosa de acción para la seria y sólida planificación de estas escalas. Ya sea con la rehabilitación de situaciones existentes o con profundos cambios y transformaciones coherentes con todos sus antecedentes, meticulosamente sistematizadas y con el intransferible aporte y evaluación de ellas por parte del usuario. Porque este nuevo enfoque afirma aún más la condición de actuar en total concordancia de las posibilidades implícitas de desarrollo futuro, con las aspiraciones del poder comunal, lo cual implica reconocer esta voluntad como valor cultural, respetuosos de la consciencia de esa colectividad al procurar que los controles, anhelos y soluciones, serán también accesibles a los directamente interesados. Los usuarios harán oír, con su voz, y en su voz, sus deseos, criterios y decisiones.
Pensamos, que corresponde al poder popular captar el objetivo esencial y específico de clarificar el compromiso y la responsabilidad de la explosión del poder comunal con la problemática total de la ciudad, a través de todas las escalas de sus propias acciones para marchar rumbo a los territorios federales e institucionalizar la posibilidad de actualizar cada día la realidad de los distintos sectores según las transformaciones sociales que se materializan en el barrio y sus habitantes. Son entonces las reacciones de los barrios y pueblos; la progresiva conciencia del poder popular para proponer, defender y exigir sus derechos; la afirmación de los Consejos Comunales con clara visión de objetivos comunes, las que abren posibilidades, indicios entre otros, de que se está vislumbrando con fundamental fe, que los usuarios pueden reconquistar sus barrios, su ciudad, su región y su territorio.
¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento… ¡