El Chimborazo es el volcán y montaña más alta del Ecuador, el sitio más alejado del centro de la tierra, por ello se conoce como "el punto más cercano al sol". Está ubicado en la provincia del mismo nombre y a sus pies duerme la ciudad de Riobamba. En esta prominente cima se inspiró Bolívar al momento de escribir la más bella obra literaria que ser alguno haya escrito: Mi delirio sobre el Chimborazo. Iluminado por el Padre Superior, Bolívar elaboró unos escritos hermosos e incuestionables y así su pensamiento. Estas proclamas siguen brillando en el tiempo y son inspiración para los que buscan amor y justicia, a más de doscientos años. Esta obra de excepción es más que un poema y más que un delirio, pues el Libertador era hombre de estar sobre sí, ya que su raciocinio no estaba perturbado por ninguna enfermedad, ni tampoco decía o hacía disparates. Su única pasión violenta fue la independencia de los pueblos. Nadie como él ha llegado a dar tan viva la idea de la pequeñez humana delante de lo infinito y, además, la singularidad de haberse inspirado en la vida y en la obra del propio autor desde tiempos ancestrales. Recordemos que somos eternos y que el espíritu de Bolívar ha permanecido en todos los tiempos. Si lo dudas, leamos un extracto de su obra:
"… Este manto de Iris que me ha servido de estandarte, ha recorrido en mis manos sobre regiones infernales, ha surcado los ríos y los mares,… el tiempo no ha podido detener su marcha de la libertad… Un delirio febril embarga mi mente; me siento como encendido por un fuego extraño y superior... De repente se me presenta el tiempo bajo el semblante venerable de un viejo cargado con los despojos de las edades: ceñudo, inclinado, calvo, rizada la tez, una hoz en la mano… «Yo soy el padre de los siglos, soy el arcano de la fama del secreto, mi madre fue la Eternidad; los límites de mi imperio los señala el Infinito; no hay sepulcro para mí, porque soy más poderoso que la Muerte; miro lo pasado, miro lo futuro, y por mis manos pasa lo presente..."
Mi delirio sobre el Chimborazo muestra el sueño de libertad de Bolívar. Por ello, otra victoria que cosechó el Libertador, después de la batalla de Pichincha (24/05/1822) y su grandioso encuentro con Manuela, fue la enigmática conferencia celebrada en Guayaquil, (26/07/1822) con el General San Martín, donde se trató del escenario general del continente americano, del futuro régimen de Perú y de la situación concreta de Guayaquil, para integrarse en la Gran Colombia. En Ecuador, Bolívar escribe lo que sería su testimonio, convirtiéndose éste en una marca personal o en un signo de identidad de una escritura que forjó la independencia. Cuando escribe en su inspiración "… Conserva en tu mente lo que has visto, dibuja a los ojos de tus semejantes el cuadro del universo físico, del universo moral; no escondas los secretos que el cielo te ha revelado: di la verdad a los hombres…" Es una manifestación de la fuerza superior que le daba el impulso necesario para afrontar los retos que estuvieran en el camino hacia la libertad de los pueblos. En la cima del Chimborazo, Bolívar dialoga con el Ser Superior y resalta cómo él está dominado por una pasión, por un plan político que deviene en obsesión: la idea de construir una gran nación libre e independiente.
El libro "El Encuentro Como Ladrón en la Oscuridad", de Jairo Vargas, indica las diversas vidas que tuvo el padre Bolívar (Miguel De Cervantes, Jesús de Nazareth, entre otros cuerpos), de ahí que manifestara: "Jesucristo, Don Quijote y yo somos los tres grandes majaderos de la historia". En cada etapa de sus distintas representaciones, Bolívar adquirió consciencia de la auténtica libertad que se debía alcanzar, reveló todos los secretos que la providencia le manifestó y declaró la verdad a los hombres: "en cada ser existe la herencia de la sabiduría superior sin distinción, porque somos eternos". Más que una ilusión, MI DELIRIO SOBRE EL CHIMBORAZO es la visión de un proyecto de lograr la integridad colectiva de la humanidad hacia el nivel superior que nos corresponde como hijos del Padre infinito. Ahora más que nunca debemos defender nuestra patria de cualquier intervención extranjera, porque esta hermosa tierra está destinada a salvar a la humanidad. Somos el Principio de la vida, por lo tanto la fuerza motora de dar vida a lo que el capitalismo quiso imponer a los humanos como lo pequeño y no la viva idea de la grandeza humana frente al infinito. Solo Bolívar, El Quijote y Jesús lo visualizaron. Es el sueño de dar la libertad a los pueblos esclavos y acabar con la opresión; no obstante, la libertad en todos los sentidos, especialmente la que nos quitaron para no pensar, no sentir, no razonar, no tener consciencia, para ser menos humanos; con el propósito de que los que tienen el control se sientan superiores y creerse mejores que sus semejantes. El Delirio sobre el Chimborazo debe ser la máxima inspiración de los que se sientan bolivarianos para que, como a Bolívar, nos de la fuerza necesaria para afrontar los retos pendientes que nos deben conducir hacia los derroteros de la libertad plena.