Atentado cultural en Maturín

 

"Un gobernante, un representante de cualquier nivel, no puede andar sin un libro bajo el brazo".

Hugo Rafael Chávez Frías (Palacio Blanco, 6 de enero de 2006)

 

Resulta lamentable y hasta doloroso que a veinte años de la Revolución Bolivariana seamos testigos de un adefesio cultural o de un hecho que casi ralla en los anales de la Inquisición.

Como lo hemos referido en anteriores oportunidades, en nuestros escritos, por razones de trabajo en la industria petrolera llegamos a tierras de Monagas y en especial a la ciudad de Maturín en la década de los noventa y desde entonces, hemos echado raíces en esta "tierra de gracia".

Con el tiempo nos compenetraríamos con su gente, sus costumbres y su quehacer cultural, muy característico de la tierra oriental y de una región marcada por la economía petrolera.

Desde nuestra llegada al estado Monagas y gracias al trajinar por nuestro trabajo, no sólo nos vinculó al negocio petrolero sino que por nuestro rol como periodista en la función de Asuntos Públicos, nos permitió las relaciones interinstitucionales y en especial las vinculadas con la cultura.

Es en este ambiente donde interactuamos con creadores populares de diferentes manifestaciones artísticas; la danza, la música, el teatro, las exposiciones pictóricas y todo un quehacer cultural que no sólo se centró en la ciudad de Maturín sino en los diferentes pueblos de los trece municipios del estado Monagas.

Uno de los capítulos más importantes de nuestra participación y de nuestro rol en la industria petrolera estuvo centrado en representar a Pdvsa (Lagoven) en proyectos como el de la construcción del Complejo Cultural de Maturín y en especial, en el proyecto del Museo Mateo Manaure.

En estas instalaciones surgirían con el tiempo a través del Instituto de la Cultura del estado Monagas - adscrito a la Gobernación - las más diversas actividades de la proyección cultural con acertados eventos, exposiciones, presentaciones de la danza, la música y el teatro.

Igualmente seriamos activos participantes en talleres, conferencias, foros y asiduos visitantes de los espacios que abrigaban tertulias y encuentros de trascendencia para la Red de Escritores de Monagas, así como las ferias del libro (FILVEN) realizadas en sus amplios espacios.

Cada una de las florecientes etapas de este importante mundo cultural, desde luego que estaban marcadas con el sello de las diferentes administraciones que por la Gobernación desfilaron y también por las distintas gerencias del Instituto de la Cultura.

Cabe resaltar en este aspecto una de las más emblemáticas, como lo es la Biblioteca "Julián Padrón", institución perteneciente a la REDBIM, Red de Bibliotecas del estado Monagas.

Sostiene el cronista e investigador Rogelio León que "esta institución autónoma que tenía su sede propia, fue creada en la década de los 50 por el gobernador José Domingo Colmenares Vivas, un tachirense quien gozó de un prestigio que se reflejó en un floreciente crecimiento de bibliotecas en los 13 municipios, con sedes propias y personal especializado (bibliotecarios) dependiente de la Gobernación del estado Monagas".

Los servicios de la Red de Bibliotecas – prosigue León - se expandieron por todo el estado en un número de 57 sedes municipales y con una sede principal de la Biblioteca "Julián Padrón", ubicada frente al Terminal de Pasajeros con más de 568 volúmenes y millares de ejemplares de diversos autores.

El Patrimonio de esta biblioteca llegó a adquirir toda la obra bibliográfica del icono de la literatura monaguense, el escritor Julián Padrón y a través de una negociación con su esposa Gladys Toro (viuda) se adquirieron varios volúmenes. Luego con el tiempo también se adquiriría la amplia biblioteca del escritor y político Jesús Zambrano (PCV).

Razones de índole burocrático y quizá también otras inspiradas con premeditación y alevosía, hicieron trasladar y mudar a la Biblioteca desde su antigua sede a nuevos espacios del Complejo Cultural de Maturín - en administraciones recientes de la Revolución Bolivariana - donde comenzaría para los libros un calvario muy lamentable.

Luego de haberse establecido la Biblioteca Julián Padrón en las nuevas instalaciones, comenzaron las siete plagas de Egipto a destruirla. Vinieron invasiones de espacios por parte de direcciones y oficinas, entes burocráticos de la propia Gobernación quienes trajeron su personal administrativo, arrinconando a los libros y trasladando colecciones completas a lugares no apropiados para su mantenimiento y preservación.

Muchos libros fueron declarados por "expertos" como "muertos" e inservibles, otras colecciones enteras de incalculable valor desaparecieron por arte de magia y presuntamente fueron a parar a bibliotecas privadas.

Los dolientes de la Biblioteca "Julián Padrón", muchos quijotes, fueron jubilados y algunos bibliotecarios cambiados de oficina; mientras que "por órdenes superiores", la REDBIM pasó de un solo plumazo y sin aviso y sin protesto por órdenes de algún planificador tipo "Rasputín", a la Dirección Educativa del estado, donde se repartieron a diestra y siniestra los libros y las colecciones en escuelas y liceos que no reunían los más mínimos requisitos para ser sedes de una biblioteca.

Lo doloroso y lamentable del adefesio que más bien parece un "atentado cultural" es que nadie asumió la responsabilidad, dándose un duro golpe a la cultura y al patrimonio cultural del estado Monagas. Este es un hecho lamentable por el cual debería haber culpables, quienes además deberían responder legalmente ante el Estado por su nefasta actuación en plena Revolución Bolivariana.

Por Maturín se pasea el fantasma del dominico español Tomás Torquemada quien tiene muchos discípulos que han contribuido a despertar el espíritu de la Inquisición contra la Red de Bibliotecas del estado Monagas y en especial, contra la Biblioteca "Julián Padrón".

Mientras el inconcluso estacionamiento del Complejo Cultural de Maturín se convierte en un criadero de mosquitos y zancudos, se desmantela la Biblioteca y todo el mundo se pregunta cómo en la época de un fallecido presidente de la IV República: ¿dónde están los reales?

Para hacer honor al Comandante Hugo Chávez quien decía: "sin Revolución Cultural no hay Revolución", todos los pobladores de Monagas esperamos que se haga justicia por parte de las autoridades de la Cultura y de los amantes de los libros, como el Vicepresidente de Cultura y Turismo Jorge Rodríguez y el ministro de la Cultura, colega periodista Ernesto Villegas.

¡Amanecerá y veremos!



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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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