Cuando por fin le pude ver en el Teresa Carreño, con la Ríos Reyna prácticamente vacía, comprendí de inmediato delante de quién estábamos las tal vez 300 personas que asistimos. Dejó el micrófono a un lado para amplificar su voz a fuerza de amor y nos obsequió el mejor concierto que hayamos disfrutado en años.
No era Alberto Cortéz precisamente un producto de la farándula o de la industria discográfica, y no porque no pudiera, sino porque su modo de ser, tan vertical y lapidario, le cerraba puertas, y le abría almas.
Le tuve en una oportunidad junto a Mirla Castellanos en la cabina radial de “Rumbos de Medianoche” . Le pregunté a Mirla cómo había ella llegado hasta Cortéz. Mirla, con delicadeza, contó de cómo escuchó el tema El abuelo cuando iba en un taxi en Madrid y se propuso conocerlo. Le pregunté a Cortéz cómo había conocido a Mirla. Nunca olvidé su respuesta: “Yo no hago inventario de mis recuerdos”.
A bordo de un autobús me contó la historia del escándalo que hubo en su casa cuando leyó a sus padres la letra de su primera canción: Un cigarrillo, la lluvia y tú. Tenía 12 años. Ya “amigo” se convertía en su más recurrente palabra.
Estando en Caracas accedió con afecto a cenar con un niño que quería conocerlo, y estando en La Habana accedió a bailar cha cha chá conmigo al conjuro de la orquesta de Enrique Jorrín. La víspera de la bailanta estábamos abrazados soportando los vientos furiosos de un huracán, el mismo que impidió que se efectuara el festival de Varadero.
Muchos dicen que se dedicó a retratar las cosas simples de la vida. Creo que para él no fue nunca simple una rosa, el abuelo, un perro 'callejero', un equipaje, ni el rincón de un alma, ni un árbol y mucho menos un amigo. Recuerdo cuando musicalizó al poeta argentino Almafuerte: “No te des por vencido/ ni aún vencido”. Alcancé a agradecerle haber hecho suya la causa del pueblo palestino y haber visibilizado el horror de Sabra y Shatila, repetido hoy en Gaza.
https://www.youtube.com/watch?v=Wdq77-UH58U
Hoy, en ausencia del amigo que se va y nos deja tremendo espacio vacío, ratificamos la fuerza de esa cotidianidad nada simple a la que retrató con su propia vivencia y proyectó con su lírica y la telúrica fuerza de su voz, 'comentando en canciones la noticia'.
Se llevan los amigos en el alma, Alberto Cortéz. Estás instalado en millones de almas, amigo.
Buen Equipaje. Buen viaje.
De Cortéz, las mías
1. Como el primer día
2. Sabra y Shatila
3. Callejero
4. A mis amigos
5. Te llegará una rosa cada día
6. Cuando un amigo se va
7. A partir de mañana
8. El abuelo
9. En un rincón del alma
10.Equipaje
11. Mi árbol y yo
12. Castillos en el aire