El burro de Guiye y los tacarigueros de Margarita

Chela, ¿conociste al burro de Guiye?

No Chucha, no lo conocí, cómo era él.

Chela, por lo que dice Denis Rodriguez Malaver en su libro: "Amores de mi Pueblo y otros Relatos"*, el burro de Guiye fue burro muy normal hasta que un día se le ocurrió detenerse en el pueblo de Tacarigua. A partir de esa decisión, este burro normal, se empeñó en adoptar a Guiye como su amigo, se nacionalizó tacariguero y desde ese momento Chela, dejó de ser un burro cualquiera para convertirse en el burro de Guiye con toda la carga cultural e histórica que Guiye le transfirió, como ser tacariguero.

El burro de Guiye después de eso, fue un burro espectacular y un gran hijo de Tacarigua.

Ser tacariguero Chucha, no es cualquier vaina. Todo tacariguero, es naturalmente inteligente, pero nace con una vaina que le permite luego ser un ser excepcional, ocurrente como ninguno. Chucha, si yo tuviera real, me propusiera llevar adelante un proyecto. Me inventaría una red de clínicas y todas las colocaría en Tacarigua. Cada familia sería una clínica contratada y tendría paquetes de terapias con humor muy fino para curar amarguras, ronchas, rabia, depresión, hemorroides y las verrugas que se llevan en el alma.

Uno se encuentra con un tacariguero y en menos de cinco minutos Chucha, está rehabilitado o repotenciado. Es una vaina increíble pero cierta. Cualquier tacariguero, en un corto momento, es capaz de sacarte una brujería, un mal de ojo o una pena de las que arrugan el corazón.

El burro de Guiye, es un caso muy particular y concreto de lo que es capaz de hacer el pueblo de Tacarigua y los tacarigueros. Mira Chucha, en Tacarigua (San Sebastián) hubo un palo de mujer, que tuvo por nombre María Rivas, pero la conocimos como María Tango**. María tuvo un perro y cuando se fue al cielo, el perro hizo un hueco al lado de la tumba de María Tango y ahí se metió para morirse. No es un caso único en Tacarigua Chucha.

El burro de Guiye, según lo que cuenta Denis, antes de morirse habló con Guiye. Unos días después, el burro de Guiye se murió y en Tacarigua le prepararon unos funerales con honores. Todo el pueblo se volcó a llorar y despedir al burro de Guiye y ocho días después; Guiye que prometió no llorar, pasó seis horas orinando las lágrimas que no le salieron. Cuenta Denis, que el orine inundó los conucos de Tacarigua. Cuando Guiye decidió irse a su casa, vino una "brisa suave y el cuerpo de Guiye se fue disolviendo en el espacio. Nadie lo volvió a ver".

El único animal, que en Tacarigua le echó una vaina a una persona, fue el perro de Isamel. En aquella histórica y memorable carrera de bicicleta, en la que el Fuño de Andreita (Alcides) tenía las pretensiones de meterse al pueblo de Tacarigua en la faltriquera de su pantalón.

El perro de Isamel, se confabula con Chus y Cune y cuando Alcides venía triunfante; el perro de Isamel lo tumbó de la bicicleta y se le acabó la gloria al Fuño de Andreita. Esta alianza estratégica, la cuenta Roberto Malaver en su gran librito "Sin Corazón en el Pecho" .

Así Chucha, que los tacarigueros tienen esta natural conexión y amistad con los animales. Millo, que le faltan como 100 años para morirse, tomó las precauciones del caso.

Antes que su perro Pipo vaya a echarse a morir, dentro de 100 años en hueco cualquiera, Millo mandó a prepararle un anexo en el cementerio. Está seguro Millo, que su fiel amigo Pipo, llegado el momento, dentro de 100 años, se echará morir para irse al cielo con él.

Otra vaina de los tacarigueros, que resulta muy agradable y efectiva para entender la grandeza de este pueblo, es que ellos tienen la costumbre de publicar unos grandes libritos. Uno lee estos grandes libritos Chucha y conoce historias muy bonitas. El realismo mágico y real maravilloso, parece que tiene un catre en Tacarigua.

Este relato del burro de Guiye, es uno de estos grandes relatos que puede leerse en este gran librito. Los tacarigueros Chucha, nacen, viven y mueren con un corazón en el pecho y con una facilidad para contar maravillosamente sus historias.

NOTAS
(*) RODRÍGUEZ M, Denis. (2012) Fondo Editorial Tacarigua.
(**) Esta historia real de Maria Tango, está recogida en el libro del Profesor David Guerra: San Sebastián de Tacarigua. Fondo Editorial Tacarigua



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Amaranta Rojas


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