El General José Maria Cordova: prócer y mártir de la independencia



El General José María Córdova nace en La Concepción (Antioquia) el 08/09/1799. En 1814 el prócer Francisco José Caldas organizó en Antioquia a un Cuerpo de Ingenieros en el que vincula a este muchacho. Luego estuvo al servicio del General Emmnuel Serviez, a quien acompañó en combates de poca monta. Viaja a Casanare, donde participa en la batalla del Bajo Apure, es asesinado el General Serviez, crimen en el cual pudo haber estado involucrado el General Paez. Ante esta situación deserta, es detenido y condenado a muerte, luego perdonado por el propio Paez e incorporándose después al ejercito libertador. En 1817 Bolívar lo incorpora al Estado Mayor. El 16 de octubre de ese mismo año, presencia en Angostura el fusilamiento del General Manuel Carlos Piar.

Así tenemos que este General emprende la carrera militar cuando apenas rondaba los 15 años, poseedor de un gran valor y una arrogancia donde no ventilaba el peligro, en estos avatares de la vida se entrega a la carrera de las armas. De una personalidad transparente, sin rodeos que al final lo condujo a la muerte. Con Manuela Saenz, mantuvo encuentros explosivos nada amistosos. Se puede decir, que si no fue el único que alertó al Libertador de la conducta de Manuelita Saenz, fue uno de ellos. Esta agria relación de estos dos personajes que formaban parte del entorno del Libertador se agudizó en 1827 cuando los dos abordan un bergantín. En este viaje cualquier desatino de alguno de los dos, era un móvil para prender las alarmas. Al parecer estos rencores se inician, desde un momento que Manuelita sintió atracción hacia Córdova, pero este, posiblemente por respeto, hacia su superior siempre marcaba distancia hacia ella. Recordemos que Córdova era un militar que respetaba las jerarquías y además entre los dos existía una férrea y sincera amistad. Este rechazo permitió que la Saenz terminara con su coqueteo y decidiera mal ponerlo ante Bolivar.

El 13/04/1828, cuando se desconoce la Convención de Ocaña y se entrega el mando a manos del Libertador. Córdova no dudó en ese momento en darle todo su apoyo a Bolivar. El 25 de septiembre de 1828, día del agrio atentado contra Bolivar; una vez abortado el intento de homicidio se instauró un tribunal especial para juzgar a los conspiradores; integrado por cuatro militares y cuatro civiles; donde José María Córdova era el militar de mayor jerarquía. La sentencia fue de catorce condenados a muerte, once a presidio, siete a confinamiento y trece a destierro. Estas actitudes no fueron suficientes, también señalaba entre sus cercanos que Córdova sabía con antelación que se estaba fraguando una conspiración contra el Libertador. Existe otro episodio, que Manuelita señalaba que había visto a Pedro Carujo, uno de los conjurados y Córdova. Otro personaje en el cual se valió Manuelita para arrojar sombras sobre Córdova, y el cual le tenía cierta ojeriza, fue el General Rafael Urdaneta; para el 26 de septiembre Manuelita y Urdaneta, cenaban armoniosamente y uno de los puntos tratados era la suerte del héroe de Ayacucho, en momentos en que se movilizaban las tropas buscando a los conspiradores

La batalla de Ayacucho fue la que lo inmortalizó; el haber sido el segundo al mando, después del Mariscal Antonio José de Sucre y en donde se destaca por su valentía, fue luego llamado el héroe de Ayacucho. El 09/12/1824 dos ejércitos se preparan para entrar en acción; el español, al mando de cuatro mariscales y 9500 hombres y el ejercito patriota con 6.000 hombres al mando del Mariscal Sucre, ya han dejado atrás los harapos viejos con los que asistieron en el Pantano de Vargas y Boyacá. Por el número de participantes va a ser decisiva la refriega; en medio de un ambiente donde las rivalidades y los encontronazos son altamente crueles de parte y parte. Los americanos han perfeccionado sus procedimientos de ataque, ya no es aquel ejército indisciplinado y anárquico. Otro tanto hacen los españoles, abandonado sus tácticas europeas, para adaptarlo al medio geográfico. Ahora utiliza otras técnicas, antes utilizaba el sable frente a un llanero que atacaba con su lanza con mayor ventaja frente al oponente. Son las 9 am, de aquel día. La Tercera División la dirige el General José María Córdova. Ante el estupor de los presentes se desmonta del caballo y luego de quitarle la cabalgadura, saca el sable y le da muerte, expresando: “No quiero caballo que me permita huir de la batalla” y seguidamente ordena” ¡Soldados, a discreción….Paso de vencedores” e inicia la contienda; invistiendo contra el Mariscal realista Villalobos y luego la emprende contra el Mariscal Monet, poniendo luego prisionero al Mariscal Lazerna. La lucha es a muerte, de las filas patriotas son 1000 entre los que pierden la vida y los heridos. En los realistas mueren 2.500 realistas y 2000 son prisioneros.

Bolívar y Córdova sostuvieron una reunión en Popayán el 29/01/1829, allí el héroe de Ayacucho le aconsejo a Bolívar que perdonara a López y a Obando, a Bolívar no le agrado tal sugerencia, pero acepto negociar con los rebeldes. Córdova decepcionado renuncia el 21/06/1829. Bolívar no la acepta y lo nombra Secretario de Estado del Departamento de la Marina. Ante una posible monarquía que animaba el General Antonio Urdaneta, renuncia y se va a Rio Negro el 08/09/1829, lanza unas proclamas favorables a la Constitución de Cúcuta de 1921 y luego se lanza a la insurrección. Un mes antes Córdova le escribe a Bolívar…No podríamos prestar nuestra aquiescencia a la continuación de un gobierno absoluto, ni al establecimiento de una monarquía, sea quien fuere el nombre del monarca”. En Bogotá se organizo un ejército de 800 hombres del Batallón Rifles al mando de los oficiales Carlos Luis Castelli y del General Daniel Florencio O´leary.- El 16 /10/2029 Córdova, marcha hacia el Peñón, donde le esperaba O´leary. Córdova avanza hacia el Santuario; allí es increpado a que se rindiera, a lo que Córdova responde: “que no se entrega a un vil mercenario extranjero, asalariado; primero sucumbe. Se inicia el combate. Córdova es herido y se refugia en una casa que hacía las veces de hospital. Roberto Hand, entra a la sala ya con órdenes directas de O´leary de liquidarlo. Allí se encuentran varios heridos; preguntando ¡donde esta Córdova¡. Yo soy Córdova. Hand sin mediar palabra descargó su sable sobre su cabeza, este levanta la mano para protegerse y le cercena tres dedos, luego arremete con otro sablazo y un tercero hacia su cabeza tan fulminante que cae muerto.

Bolívar quien sentía un especial aprecio por Córdova en carta enviada a Urdaneta, antes del incidente fatal donde le decía: “en medio de tantos chismes y enredos contra Córdova, yo me mantuve siempre a su favor y después de mi noble comportamiento, resulta que él cree que yo lo he mandado a matar. Nunca lo he pensado, contra Santander y otros monstruos y no iba hacerlo contra un hombre benemérito, de quien nunca he tenido que quejarme de la menor falta”.

La existencia de este héroe fue breve; como fue meteórica la cadena de acontecimientos y ascensos militares que animaron su existencia, tanto para sí mismo, como los aportes dados a la naciente República, que finalmente en los albores de su vida, guiado por su carácter belicoso y fiel a aquello de no evadir las rivalidades, ni las confrontaciones, lo llevaron finalmente a la tumba, en momentos que pudo haber limado las asperezas a través del diálogo.



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Luís Roa

Licenciado en Administración de Empresas (ULA). Luchador social. Jubilado de CVG Alcasa

 Luisroa519@gmail.com

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