“Masacres Silenciadas”

El titulo de este articulo no es idea nuestra sino fue en su momento el encabezamiento de un polémico y extraordinario artículo de Augusto Hernández, el cual a la postre le costaría su rol de columnista en el entonces diario “El Nacional”, hoy derivado para muchos en el “EL Nazi-onal”; especialmente por su absurda e implacable manera de haberse convertido en un agente político de ultraderecha, dejando de lado lo que una vez significó para los venezolanos en razones de cobertura informativa, de opinión, educación y entretenimiento.

 Para ello bastaría tomar parte del citado artículo con el permiso de su autor para recordarnos:

El domingo 21 de octubre del 2001 la gente de Venevisión llenó hasta los teque-teques la Monumental de Valencia para presentar un show farandulero al estilo de Sábado Sensacional. El gancho o atractivo especial era la entrega de la «V de Oro», un trofeo para los artistas más populares que se presentarían en vivo. A última hora la gente más humilde, que esperaba agolpada ante las entradas, recibió el beneficio de puerta franca. El ingreso apresurado hacia el interior de la plaza se convirtió en estampida, supuestamente agravada por el disparo de un policía que intentó poner orden. El tumulto dejó un saldo de 11 personas muertas, casi todas víctimas infantiles.

La masacre de La Monumental pasó tan desapercibida que el canal 4 ni siquiera interrumpió el show, ni transmitió boletines informativos al respecto. La solidaridad entre los demás canales fue admirable y, en cosa de días, nadie recordaba el asunto. No hubo investigación alguna, ni juicios y, mucho menos, compensaciones a los familiares.

Por mi parte no le regateo horrores a la masacre del 11-A, donde los francotiradores invisibles fueron sustituidos por los pistoleros de Llaguno. No obstante, se trataba de una protesta cuyos organizadores utilizaron a los más incautos intentando derrocar al Presidente de la República que, a fin de cuentas, tiene sus partidarios.

¿Si participan 700.000 personas en una marcha y mueren 17, es más grave que si se reúnen 30.000 cristianos y 11 pierden la vida? Parecería lógico y justo aplicar la regla de tres (en vez de la regla del 4)”.

 En efecto, desde entonces han trascurrido nueve años, del lamentable hecho que hoy sigue enlutando hogares venezolanos; compatriotas para quienes la “justicia” debe haberse convertido en una especie de utopía, porque al final, pareciera que tendrán que conformarse con visitar año tras año, la tumba de sus familiares. En lo personal, me niego a aceptar, que radicales “revolucionarios” para quienes un apagón de energía eléctrica resulta un plan desestabilizador del imperio y sus secuaces; hoy de la “noche a la mañana”, bajo la influencia del ex -presidente imperialista Jimmy Carter, el canal de “La Colina” haya dejado de ser golpista, para convertirse en una especie de redentor chavista, al punto que hasta el mal llamado “sistema” nacional de medios públicos”, es decir, Venezolana de Televisión (¿Qué dicen los verbos defenestrados contra el golpismo y la desestabilización de Alberto Nolia y Mario Silva?) y sus derivados; todos al parecer, incluyendo Globovisión, Televen, y el resto de medios audiovisuales, digitales e impresos “olvidaron” lo que ocurrió aquel 21 de Octubre de 2001, en la Plaza de “toros” de Valencia, la cual se convirtió en una cofradía de embestida humana, por culpa de aquella nefasta “organización” que el otrora canal desestabilizador y golpista, generó en un “apoteósico” programa.

Ante tal hecho: ¿Cuál es el “estado procesal” (si puede llamarse así, luego de nueve años) al respecto? ¿Cuál es la razón, para que la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía General la República u otras instancias “institucionales” o “políticas” no hayan recordado esta masacre, como son recordadas otras fechas lamentables de nuestra historia? ¿Dónde están los “nuevos” diputados opositores, así como los actuales y siguientes diputados “revolucionarios” que ninguno alza su voz ante lo que fue una barbarie? ¿Será acaso que hay algún poder “supra constitucional” en alguna instancia que tal vez está “pudriendo” el Partido “Socialista Unido” de Venezuela, el cual no menciona algo sobre el particular?  ¿Por qué la Mesa de la Ultra Derecha (MUD), tan acostumbrada a cuestionar la conducta de algunos jueces, sus “voceros” enmudecen ante esta masacre?

Mientras en Venezuela, la “justicia“ continúe siendo para pendejos; y utilizada como herramienta de conveniencia circunstancial, pasando por “encima” de la Constitución Bolivariana y el ordenamiento jurídico. Mientras la “justicia” sea empleada, de acuerdo con la conveniencia de unos pocos, quienes ostentando el poder económico o político, puedan chantajear, amenazar, calumniar, presionar, e incluso destruir en lo moral, laboral y hasta personal  a quienes se atreven a denunciar con voz propia los destierros, abusos de poder, corrupción y tráfico de influencias de la casta enquistada en todas las instituciones. Mientras que desde la Presidencia de la República  no se comprenda que la sangre infectada de la “cuarta república”, es decir, adecos y copeyanos (irónicamente, hoy “resucitados”), se inoculó dentro de las instituciones de la “quinta república”. Mientras no se comprenda por parte de quienes tienen la responsabilidad de dirección del país, que debemos curarnos del “cáncer jurídico” y “cáncer político”, que también nos arrastra con la ineficiencia e incompetencia en algunos aspectos de la gestión pública, así como ignorando la necesidad de transformar los aspectos fundamentales de la educación venezolana, aquí no habrá revolución alguna que logre sobrevivir a tanta podredumbre; verbigracia, lentamente, el pueblo ha venido perdiendo la confianza en su dirigencia.

“Masacres Silenciadas”; masacres silenciadas por quienes siguen pensando que todo se olvida. Esperemos que los responsables de la justicia en Venezuela nunca olviden que el silencio en algún momento se termina; ojalá para ellos, cuando eso ocurra, no sea el término de su poder económico y político.

Javiervivas_santana@yahoo.com



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Javier Antonio Vivas Santana

Más de 6 millones de lecturas en Aporrea. Autor de la Teoría de la Regeneración del Pensar. Dr. en Educación (UPEL). Maestría en Educación, mención Enseñanza del Castellano (UDO). Lcdo. en Educación en las menciones de Ciencias Sociales y Lengua (UNA). Profesor de pre y postgrado tiene diversas publicaciones y ponencias internacionales acreditadas y arbitradas por editoriales, universidades e instituciones de España, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, y naciones de América Latina.

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