Nuestro regalo es libertario y cultural: Una invitación a todas las mujeres del mundo
A continuación unos DATOS SOBRE EL DÍA INTERNACIONAL DE LA "MUJER y un ejemplo de cómo luchan las mujeres árabes por sus derechos.
Hoy no les vamos a enviar flores ni zalemas a las mujeres insulsas. Nuestro regalo es libertario y cultural: Una invitación a todas las mujeres del Quindío, de Colombia y del mundo a conocer, prevenir y hacer respetar los derechos que les corresponden como personas, de manera especial a las mujeres trabajadoras para que no permitan ser explotadas por sus patronos. Y a los hombres un llamado para que tratemos a las mujeres en la misma forma que nos gusta ser tratados."
1. La Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, reunida en
Copenhague, proclamó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, a
propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin, como una
jornada de lucha por los derechos de las mujeres. La propuesta fue
aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres
procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres
elegidas para el parlamento finés.
Año 1911
Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el año
anterior, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez
(el 19 de marzo) en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a
los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para
las mujeres el derecho de voto y el de ocupar cargos públicos, el
derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación
laboral.
Menos de una semana después, el 25 de marzo, más de 140 jóvenes
trabajadoras, la mayoría inmigrantes, murieron en el trágico incendio de
la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York. Este suceso tuvo
grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y
en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se
hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre.
Años 1913 y 1914
En el marco de los movimientos en pro de la paz que surgieron en
vísperas de la primera guerra mundial, las mujeres rusas celebraron su
primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de
1913. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8
de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para
solidarizarse con las demás mujeres.
Año 1917
En el año 1917, como reacción ante los 2 millones de soldados rusos
muertos en la Primera Guerra Mundial, las mujeres rusas escogieron de
nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda
de "pan y paz". Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la
huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. El resto es
historia: cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar, y el
gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Ese
histórico domingo fue el 23 de febrero, según el calendario juliano
utilizado entonces en Rusia, o el 8 de marzo, según el calendario
gregoriano utilizado en otros países.
Desde esos primeros años, el Día Internacional de la Mujer ha
adquirido una nueva dimensión mundial para las mujeres de los países
desarrollados y en desarrollo. El creciente movimiento internacional de
la mujer, reforzado por las Naciones Unidas mediante cuatro conferencias
mundiales sobre la mujer, ha contribuido a que la conmemoración sea un
punto de convergencia de las actividades coordinadas en favor de los
derechos de la mujer y su participación en la vida política y económica.
El Día Internacional de la Mujer es cada vez más una ocasión para
reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los
actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una
función extraordinaria en la historia de México.
2. Un día revolucionario y de lucha por las mujeres de la
"primavera árabe" Cynthia Lub 08-03-2011 La Verdad Obrera. Hoy la
visión occidental-imperialista se sorprende de ellas, ignorando que la
incursión de las mujeres en la política en estos países tiene una gran
historia .
No debe parecernos extraño que las mujeres de los países del norte
de África y la península arábiga se hicieran presentes con fuerza y
protagonismo junto a los millones que se han apoderado de las calles
ante las consecuencias de la crisis económica y la ira contra los
regímenes dictatoriales y proimperialistas. Así lo han hecho
históricamente las mujeres de Las mil y una noches quienes tienen los
mil y un motivos para rebelarse: en las calles, en las fábricas, en sus
familias... La historia de las mujeres árabes, musulmanas y africanas
demuestra que han sabido romper los límites de las “mujeres del harén”,
diagnosticando el carácter de su opresión así como las estrategias para
su liberación de las dobles cadenas: la opresión ejercida por los
poderes autóctonos y la ejercida por el poder colonial occidental. Por
tanto, sus estrategias de emancipación han tenido que abarcar no sólo
la opresión de género: sino también la lucha contra la marginación
social y política, la explotación laboral, así como el legado
colonial.
Hoy la visión occidental-imperialista se sorprende de ellas,
ignorando que la incursión de las mujeres en la política en estos países
tiene una gran historia y su rebelión estuvo muchas veces ligada a los
procesos de lucha por la independencia nacional y antiimperialista
antes, durante y después de los procesos de descolonización. Bajo el
discurso de la defensa de los derechos de la mujer ocultan que en
realidad en estos países históricamente la opresión ejercida por los
poderes autóctonos estuvo acompañada por la del poder colonial
imperialista. Si la opresión de la mujer es doble, como mujeres y
trabajadoras, en los países coloniales o semi-coloniales la opresión de
clase se intensifica para las mujeres. Este discurso hoy se materializa
con la nueva agencia onU Mujeres dirigida por la ex presidenta de Chile
Michelle Bachelet quien anunció: “La desigualdad entre el hombre y la
mujer y la discriminación impiden avanzar en el desarrollo, la paz, la
seguridad, y elcumplimiento de los derechos humanos” (El País,
25-02-2011). Nada más cínico cuando miles de
mujeres tiene marcado a fuego las atrocidades cometidas por las
“tropas de paz y de ayuda humanitaria” de los cascos azules en
Latinoamérica, África, Oriente Medio o los Balcanes.
Pero hoy estas mujeres salen a las calles, y las potencias
imperialistas se sorprenden al ver cómo las protestas masivas se
expanden y golpean a sus aliados: a Ben Ali para Francia o Mubarak para Estados Unidos. La defensa de los “derechos humanos” es el
mismo discurso hipócrita imperialista que la “defensa de los derechos de
igualdad de la mujer”, pisoteados éstos por más de treinta años de
dictaduras brutales sostenidas por Estados Unidos, Francia, Italia, Gran
Bretaña y el Estado español.
Las mujeres en las calles .En estas semanas hemos podido ver las imágenes de cientos de mujeres acampadas en la plaza de Tahrir en Egipto, enfrentándose a la policía, encabezando manifestaciones en Libia o Marruecos y participando en su organización y difusión. Según diversos colectivos feministas en Egipto “lo que habitualmente suponía una participación de la mujer de un 10%, en esta ocasión se sitúa entre un 40 o 50% de los manifestantes en los días previos a la marcha de Mubarak” [1]. En un país donde en el año 2010 hubo más de 300 huelgas las mujeres irrumpen hartas de cargar sobre sus espaldas la mayoría de los problemas sociales que afectan a las familias, como el aumento de la inflación en los productos básicos: “hacen malabarismos para llevar la economía casera y además, y, cada vez en mayor número, se incorporan al mercado laboral. Aunque, dicho sea de paso, lo hagan en inferioridad de condiciones económicas, en eso no difieren de sus hermanas de Occidente”. Otra cuestión es la violencia de género y el acoso sexual que sufren las mujeres en todo el mundo, y en especial en estos países las cifras también son alarmantes, según El País: “En Yemen hasta un 90% han sido hostigadas alguna vez. En Egipto, según el estudio llevado a cabo por el Centro Egipcio para los Derechos de las Mujeres (ECWR, en sus siglas en inglés), lo son el 83% de las locales y el 98% de las extranjeras y hay un incidente de acoso sexual o violación cada 30 minutos que suma 20.000 víctimas al año, según el Centro Nacional de Estudios Sociales y Criminológicos. Mientras, en otros países como Líbano la cifra es del 30%”, como lo anuncia un blog especial sobre la mujer en El País [2], que concluye. “Por eso, es fácil entender por qué las calles de Túnez y de Egipto, (…) se han llenado de féminas revolucionarias”. En Egipto las mujeres participaron activamente con pancartas y megáfonos en la convocatoria de la protesta el pasado 25 de enero. Reem Jalifa, columnista de Alwast, periódico de Bahrein, relataba: “Las madres de varias personas que murieron los primeros días de la movilización se negaron a recibir condolencias y a realizar ceremonias hasta que la revolución lograse su principal objetivo: poner fin al régimen de Mubarak.” [3]. También en la capital de Yemen las mujeres organizaron el 24 de febrero una manifestación frente a la Universidad de Saná por la renuncia del presidente del país, Alí Abdalá Saleh. (HERALDO.es, 24-02-2011).
La lucha en las fábricas
La lucha de las obreras demuestra la profundidad de estos procesos:
“La esperanza de cambio llega a las empleadas de fábricas de Marruecos.
Los hombres en paro tienen tiempo para protestar; ellas, ni tiempo ni
sindicato. Las fábricas del textil están presionadas para suministrar
rápido y a bajo precio. Las trabajadoras comparten con los parados el
hastío ante la corrupción” (La Vanguardia, 08-02-2011). Este mismo
periódico informa cómo estas mujeres sienten bajo sus espaldas la
explotación en las fábricas, con bajos salarios y duras condiciones
laborales, por ejemplo en Marruecos: “Se trata de los cientos de miles
de trabajadoras de la confección de ropa en Tánger, Casablanca y Rabat,
el primer eslabón en la ultra flexible cadena de suministro de empresas
de moda como Zara, Mango y el Corte Inglés. Mujeres como Sanaa Ibrahim,
procedente de un pueblo en el norte de Marruecos que trabaja de
planchadora en una fábrica textil en las afueras de Tánger: “Cobro 10,3 dírhams la hora planchando, diez horas al día, seis días a la semana”, dice.”
De las 30.000 personas que trabajan en las fábricas de confección
de ropa en Tánger, el 70% son mujeres que trabajan con salarios de
miseria y ritmos infernales con jornadas de diez u once horas, seis
días a la semana: “Yo tengo que planchar 60 prendas infantiles por
hora, una cada minuto”, cuenta Fátima, de 24 años, nacida en un pueblo a
40 kilómetros de Rabat. Vive en un piso que comparte con otras
trabajadoras. Pagan 1.400 dírhams al mes de alquiler. Fátima cobra
también 10,3 dírhams la hora, unos 200 euros al mes. Otra mujer que
también dice llamarse Fátima, de 26 años, trabaja con una máquina de
coser y cobra 11 dírhams.” En el resto de la industria, las mujeres
magrebíes siguen siendo pocas. Sólo el 27% de mujeres se ha incorporado
a la población activa en Marruecos –el 25% en Túnez y sólo el 14% en
Argelia–. Pero lo que une a estas mujeres de Tánger con los jóvenes
hombres desempleados es el hastío con sus propios gobiernos asesorados
por la UE y el FMI. El contagio de estos procesos calan hondo en el
conjunto de la sociedad: “Lo que ha pasado en Túnez ha tenido un
impacto fuerte para levantar la moral –cuenta una de las mujeres.
Notamos un cambio en las fábricas”. Es que aunque los medios de
comunicación lo oculten en estos procesos los trabajadores y las
trabajadoras han mostrado sus fuerzas, como las huelgas en Egipto
contra Mubarak el 10 de febrero en El-Mahalla de los 25.000
trabajadores textiles de la Egyptian Spinning & Weaving Company; la
fábrica más grande de la industria textil egipcia.
Estas huelgas tiene sus antecedentes en diciembre de 2006, cuando
en Egipto más de 3.000 mujeres trabajadoras en el sector de vestimenta
femenina se declararon en huelga con manifestaciones en el complejo
industrial del delta del Nilo de Mahalla, que acoge a 27.000 trabajadores en la mayor fábrica textil de la región. Ellas
demandaban unos bonos adicionales de dos meses que el gobierno había
prometido en su momento. Por su fuerza y decisión fueron la inspiración
de la siguiente oleada de huelgas, cuando apelaron a sus compañeros
trabajadores diciendo: “¿Donde están los hombres? ¡Aquí estamos, las
mujeres!” -utilizando un grito fútbolístico para llamar a los
trabajadores a la acción-. Estos abandonaron sus herramientas y la
fábrica textil entera se sumó a la huelga, ocupando la fábrica por tres
días a pesar de la intimidación de la policía. Esta huelga triunfó,
provocando la extensión de la protesta en todas las fábricas textiles
del delta del Nilo, exigiendo los mismos aumentos que en El-Mahalla de
Ghazl.
Las mujeres fueron la vanguardia de la protesta que luego se iba a
extender a los conductores de trenes, quienes fueron a la huelga,
durmieron en las vías y bloquearon los trenes por un día entero; y
consiguieron todas sus demandas. Esto mismo ocurrió después con los
trabajadores del cemento (Hossam El-Hamalawy, 2008). Mujeres del mundo
uníos contra la hipocresía imperialista Muchos movimientos feministas de
los países imperialistas caen en prejuicios raciales hacia la
“mujer oriental”, y mientras la victimizan transmiten así su
superioridad europea, primando la “exotización” de las mujeres árabes y
desconociendo su poder de resistencia y de lucha.
Al respecto Fátima Mernissi, reconocida feminista marroquí hace una
aguda crítica: “Cuando me encuentro con una feminista occidental que
cree que le tengo que estar agradecida por mi propia evolución en el
feminismo, no me preocupa tanto el futuro de la solidaridad
internacional de las mujeres como la capacidad del feminismo occidental
de crear movimientos sociales populares para lograr un cambio
estructural en las capitales mundiales de su propio imperio industrial.
Una mujer que se considera feminista, en vez de vanagloriarse de su
superioridad con respecto a las mujeres de otras culturas y por haber
tomado conciencia de su situación, debería preguntarse si es capaz de
compartir esto con las mujeres de otras clases sociales de su cultura.”
[4]
Las mujeres árabes, musulmanas y africanas demuestran qué lejos
está la cuestión del hiyab -el velo- o la “danza del vientre” como
principal problema. Sus problemas son los mismos que afectan a todas las
hermanas de clase: las duras condiciones laborales, el total desamparo
en derechos sociales y políticos, la violencia y acoso sexual, entre
otros. Es imperativo romper con la visión victimista y dar a conocer su
subjetividad histórica y sus luchas para transformar a sus propias
sociedades. Desde Latinoamérica, como las mujeres de Oaxaca en México,
hasta las mujeres árabes, musulmanas, y africanas, se disponen a luchar
para romper las cadenas de la doble opresión. Como han demostrado estas
mujeres a lo largo de su historia, en la lucha por sus derechos tendrán
que enfrentarse al imperialismo. Además de traspasar las fronteras
invisibles de la explotación de los capitalistas autóctonos, es
necesario enfrentarse a la de los imperialistas, que lejos de ser los
garantes de regímenes democráticos y de derechos para las mujeres, son
los sostenedores de los regímenes actuales; mientras pulsan por imponer a
los procesos actuales el límite de las democracias occidentales, tanto
mediante desvíos de las revoluciones o directamente con la
intervención militar como lo está planteando en Libia la OTAN y EEUU.
Este 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, debe ser un día de
lucha a tono con los aires que la primavera de los pueblos traen,
donde las mujeres se hacen presentes.
La hipocresía imperialista cínicamente hoy se materializa con la
nueva agencia onU Mujeres dirigida por Michelle Bachelet, ex presidenta
de Chile que un día antes en la cumbre sobre mujeres celebrada en la
sede de Naciones Unidas -llamada Comisión sobre el Estatus de las
Mujeres y que durará hasta el 4 de marzo, dijo: “La desigualdad entre el
hombre y la mujer y la discriminación impiden avanzar en el desarrollo,
la paz, la seguridad, y el cumplimiento de los derechos humanos” (El
País, 25-02-2011).
Una medida cínica si recordamos las “misiones de paz” y “ayuda
humanitaria” de los cascos azules extendidos por todo el planeta
actuando como verdaderas “fuerzas de ocupación” imperialistas. Las
mujeres de países como Haití tienen marcado a fuego las atrocidades
cometidas por las fuerzas multinacionales de los cascos azules de la ONU
sufriendo delitos sexuales, abusos, violaciones. En Liberia, ofrecían
ejercer la prostitución a los más pobres, especialmente niñas y niños.
En la República del Congo, los soldados de la onU estuvieron vinculados
a una red de pederastas y de explotación sexual. En Kosovo, las tropas
de la onU participaban en redes de trata de mujeres. En
Costa de Marfil, producían pornografía infantil con niños
refugiados, huérfanos o niños de la calle. Son innumerables las
denuncias de acusaciones de violaciones y pedofilia en Paquistán,
Uruguay, Marruecos, Túnez, Sudáfrica y Nepal. [5]
Son indiscutibles los casos de violencia y acoso sexual que sufren
las mujeres en estos países, con cifras como vimos, alarmantes. Pero la
hipocresía de las declaraciones en defensa de los derechos de las
mujeres o derechos humanos de Obama no tiene límites, si recordamos la
lista inagotable de crímenes y atrocidades que ha cometido el
imperialismo estadounidense, mientras tolera todo tipo de aberraciones
de parte de sus gobiernos secuaces como el Estado terrorista de Israel
que hostiga constantemente al pueblo palestino. Las torturas de la CIA y
sus cárceles clandestinas, las guerras en Irak y Afganistán, con listas
inagotables de denuncias de matanzas, violaciones y abusos por parte de
los soldados yanquis, el apoyo al golpe cívico-militar en Honduras. Los
gobiernos europeos compiten bastante en su discurso. En el acto de
formación de la reluciente nueva agencia onU Mujeres tuvo importante
presencia la infanta Doña Cristina, como presidenta del
Instituto de Salud de Barcelona. Es decir, la monarquía española “a
la cabeza” de la defensa de los derechos de la mujer, cuando es amiga
de las más reaccionarias monarquías del mundo árabe, como la marroquí,
la saudí y la jordana. Son harto conocidas las relaciones íntimas entre
Juan Carlos I y Hassan II, como con Mohamed VI de Marruecos, el rey Fa
de Arabia Saudí y Abdullah de Jordania.
Nada dicen por supuesto que en el Estado español se persigue a las
mujeres inmigrantes con leyes antiterroristas y xenófobas, con cárceles
como la de Ceuta y Melilla, y que fue uno de los países después de Francia donde se prohibió el velo integral. Justamente
es el Estado español el país de Europa donde más aumenta la violencia de
género. Con el último caso en Valencia son doce (66, 7% nativas, 33,3%
extranjeras) las mujeres asesinadas por violencia machista en lo que va
del año, a pesar de los casi dos años de funcionamiento de la Ley
Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de
Género. El balance de 2009 de mujeres asesinadas es de 73, y en el 2010
es de 78.
Por otro lado las mujeres inmigrantes, -en su mayoría
latinas o árabe musulmanas según la región producto de la Ley de
Extranjería las mujeres indocumentadas no pueden presentar denuncias
por malos tratos, al poder ser expulsadas y, por lo tanto, tampoco
pueden acceder a las ayudas económicas dispuestas para apoyar a las
víctimas de violencia de género en su ruptura con el agresor, en
igualdad con el resto de las mujeres. Unido a esto, son las mujeres
inmigrantes las que más están sufriendo las consecuencias de la crisis,
ya que nunca han tenido derechos básicos como trabajos dignos y
reconocidos; muchas de ellas sufren la explotación de la trata de
mujeres, obligadas a estar en situación de prostitución.Notas :colaboradores:/Mario Baena- Climaco Rincon-German Hincapíe-Cesar Arias-/
[2] El reto de la mujer árabe: que no le roben su revolución, por
Nuria Tesón, 20-02-2011. En: http://blogs.elpais.com/mujeres/.
[4] Feminismo y árabes, del 29 de enero de 2005, se puede encontrar en
una página de internet llamada “Pensamiento Crítico” realizada por
“acciónenred” de Madrid. En: http://www.pensamientocritico.org.
[5] D’Atri, Andrea, Las misiones de paz que violan mujeres, niñas,
niños, soberanía y DD.HH. http://www.lahaine.org/index.php?p=51816