El gobierno bolivariano de Venezuela junto a sus fuerzas armadas son los jóvenes hijos del pueblo. Aquel vacío concepto de seguridad de Estado que generó masacres como las de Cantaura, Yumare y El Amparo se acabó en nuestro país.
Recuerdo la acción ejemplarizante del presidente Hugo Chávez cuando al inicio de su gobierno un grupo de funcionarios policiales en una acción conjunta conformada por varios cuerpos de seguridad masacraron a un grupo de estudiantes, todos pertenecientes si mal no recuerdo a una universidad privada de Caracas.
La posición del entonces Jefe de Estado fue ejemplarizante, pidió castigo severo para aquellos irresponsables homicidas y todos fueron a parar a la cárcel. Esa insensata acción fue emprendida como una prueba que permitiera encerrar y chantajear al naciente Estado.
Solo que de allí en adelante el Estado confió en sus cuerpos de seguridad y jamás se imaginaron lo que muchos de ellos sobre todo en la ex Policía Metropolitana intentarían hacer, como en efecto sucedió, atentando contra la seguridad de la nación, colocándose en contra del pueblo como en la cuarta república como siempre lo habían practicado.
Aún es sorprendente e increíble como la mayoría de los funcionarios policiales siguen participado en actos delictivos, controlan un elevadísimo porcentaje de acciones criminales las cuales a diario ocurren. Mientras, otros como la Policía Municipal del municipio Libertador del estado Mérida cometen abusos en contra de indefensos ciudadanos.
Cualquier ejemplo quedaría inútil en estas letras de lo que aquí han sido capaces de hacer quienes mantienen la legalidad de utilizar las armas de la república. Muchos son los ejemplos que enlodan a la institución policial.
Hoy, muchos funcionarios policiales están conspirando en contra del actual mandatario Nicolás Maduro. Les doy un dato: en la Policía Municipal de Mérida se conspira. Participan en reuniones con sectores de empresarios y unos fulanos de un Frente Institucional Militar.
La estrategia es dejar que la ciudad colapse. Han adoptado un incesante e inclemente modelo de financiamiento. Tienen una docena de grúas con las cuales remolcan a diario sin ningún tipo de control o de respeto.
Cada remolque vale Bs. 695. Con cada grúa remolcan mínimo 10 carros diarios. Eso da Bs. 6959 por cinco días a la semana son Bs. 34759 y por un mes Bs. 139.000 si a esto le sumamos que son 6 grúas eso da mensualmente Bs. 695.000. y por un año Bs. 8.340.000.
Nada de esto es invertido en obras. Así financian parte de la oposición en Mérida.