Julián Conrado, combatiente por la vida, militante del amor y de la esperanza

Me he preguntado una y otra vez y no logro conseguir una respuesta que me convenza, ¿a un ex-agente de la CIA, se le transforma sus sentimientos, luego que decide dejar de serlo?, ¿deja de pensar como un espía?, ¿deja de violentar los derechos de los demás?  También me he preguntado, ¿acaso, no será un truco más del Imperio Norteamericano, para que nosotros, acá abajo, en el Sur, porque al fin  Benedetti fue escuchado, “El Sur también existe”, creamos que este personaje es una víctima más de su propio gobierno y ahora, que decidió ser bueno, lo persiguen y nosotros, aquí en el Sur, tenemos que tenderle nuestras manos?, ¿porque nuestro gobierno le ofrece asilo?, esta y muchas otras preguntas se me cruzan, se atraviesan, me preocupan y no logro conseguir respuestas.

Porque a Julián Conrado, nuestro compatriota y camarada colombiano, que siempre ha caminado al lado del pueblo, se ha desprendido del calor de un hogar, ha abandonado su vida privada, ha convertido el yo en nosotros, ha arriesgado su vida constantemente por defender a su pueblo, sigue preso en nuestro país revolucionario y no se le ofrece esta seguridad y protección que se le ha ofrecido al ex-agente de la CIA Snowden?, es para asustarse, no basta con todos los disfrazados de revolucionarios que tenemos en el gobierno, para traernos a este personaje, que no es otra cosa que un truco o trampa que se nos está montando, para que el Imperio nos controle más de cerca. Nicolás, mi querido Presidente y camarada, como parte del pueblo revolucionario te pido, que revises bien esta situación, que puede ser nuestra perdición. Julián merece todo nuestra consideración, solidaridad y apoyo, para que sea un hombre libre y si es en este pueblo de hombre libres y revolucionarios como lo han sido nuestros padres Simón Bolívar, Argimiro Gabaldón, Fabricio Ojeda, Alberto Lovera, Libia Gouveniert, Américo Silva, Dilia Rojas, Nicolás Hurtado, Jorge Rodríguez, entre otros, los cuales regaron con su sangre esta tierra nuestra, para que un día tuviéramos patria, sería un acto revolucionario.

Hoy, nuestro grande, nuestro Hugo Chávez, nos ha dado patria, somos visibles, existimos, por eso estoy segura, que el Comandante Eterno hubiese resuelto esta grave situación.

Julián, es un hombre común del pueblo y a su vez se ha destacado entre muchos. El solo hecho del desprendimiento de sus afectos y sus comodidades, tirar su corazón al río y seguir  andando, lo hacen grande. Expreso lo que he apreciado en este guerrillero por la vida, que ha empuñado fusiles por el amor, con un fragmento  de una carta del Comandante Carache, dirigido a su padre, explicándole porque se fue a las montañas a empuñar un fusil:

...”No  soy un guerrero, nunca lo había pensado ser, amo la vida tranquila, pero si mi pueblo y mi patria necesitan guerreros, yo seré uno de ellos y este pueblo nuestro los ha parido por millones cuando los ha necesitado”...

                                                                                                          'Argimiro Gabaldón'                                                      



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