El Ministerio Público acusó al sacerdote de la capilla Juan Pablo II de San Cristóbal, quien fue aprehendido el pasado 30 de julio, por su presunta responsabilidad en el abuso sexual de tres mujeres y dos adolescentes en el estado Táchira. El fiscal 6º de esa jurisdicción, Juan Sánchez, acusó al presbítero de 35 años de edad, por la presunta comisión de los delitos de violencia sexual en grado de tentativa, amenaza gravada y violencia física agravada. Tales delitos están previstos y sancionados en la Ley sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. En el escrito presentado ante el Tribunal 2° de Control del estado Táchira, el fiscal solicitó la admisión de la acusación, el enjuiciamiento y que se mantenga como centro de reclusión la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), ubicada en San Cristóbal. De acuerdo con la investigación, el citado día, el sacerdote fue aprehendido por funcionarios del Cicpc en San Cristóbal, tras diversas denuncias acerca de su presunta vinculación con el abuso sexual a tres mujeres y dos adolescentes. Durante su detención, los efectivos policiales incautaron diversos elementos de interés criminalística, entre los cuales destacan tres teléfonos móviles pertenecientes al sacerdote.
Aunque en la nota de prensa de Aporrea, por ninguna parte aparece el nombre de este sacerdote violador, su nombre es, Isaías Albarrán Villasmil de (35) años de edad. Es de resaltar camaradas, que el Cardenal pederasta Urosa Savino, no se ha pronunciado en referencia al sacerdote violador. La orden del pederasta Urosa Sabino, fue, que se mantenga en total hermetismo el caso del sacerdote de la Capilla Juan Pablo II de San Cristóbal. Sin embargo, contrario a la decisión tomada por el pederasta Urosa Savino; en la tarde del jueves 12 de septiembre, en vista que no había ningún tipo de pronunciamiento por parte del partido político de la Cúpula Eclesiástica venezolana; valientemente la Diócesis de San Cristóbal, encabezada por Monseñor Mario Moronta, emitió un comunicado a toda la comunidad, reconociendo que “lamentablemente un sacerdote miembro del presbiterio diocesano ha sido detenido por acusaciones en su contra debido a delicados actos contrarios a la moral y, sobre todo a la conducta de un ministro de Dios”. De igual manera el obispado hizo saber que en ningún momento se interferirá en la labor de las autoridades competentes, con las que afirman han venido cooperando desde el primer momento de la detención.
El Tribunal 2° de Control del estado Táchira, debe darle un castigo ejemplar a este sacerdote violador, a este engendro del diablo; identificado como Isaías Albarrán Villasmil, a 30 años de prisión por el delito de acceso carnal violento, y los delitos de violencia sexual en grado de tentativa, amenaza gravada y violencia física agravada. Los hechos se presentaron cuando el religioso invitó a las tres mujeres, y a las dos adolescentes a la casa cural con el pretexto de mostrarle todo, menos la OSTIA y tras amenazarlas, abusó sexualmente de ellas. Pese a que el pederasta Urosa Sabino pidió ¡Que con mi sacerdote violador no te metas! El Juez de juicio, a quien le toque el caso del sacerdote violador, debe dejar en firme el fallo de la PENA MAXIMA (30 años) que condene al sacerdote, puesto que las pruebas testimoniales y algunos mensajes de texto probarían la culpabilidad del religioso violador. El pederasta Urosa Savino y la alta Cúpula Eclesiástica venezolana (Partido de la iglesia venezolana) no ha rechazado este caso de violación. Con tristeza, me parece que esos son delitos deplorables, que tienen agravantes en vista que, este depravado religioso, viola a tres mujeres y dos adolescentes en nombre de Dios. Pese a los gritos de auxilio, de las mujeres y las adolescentes no pudieron ser ayudadas. ¿Qué les parece?
¡PENA MAXIMA al religioso violador!
Solo el pueblo salva al pueblo.
Patria Socialista o Muerte… VENCEREMOS