Indigna, por decir lo menos, el trato que tanto la Fiscal General de la República (FGR) como el Defensor del Pueblo (DP) dan a dos presos a quienes se les siguen juicios acusados de instigación pública y asociación para delinquir.
Parece que tanto la Fiscalía como la Defensoría mantuvieran el monitoreo las 24 horas, de los casos de dichos detenidos, para declarar acerca de cómo se está aplicando la “justicia” y cómo se respetan los derechos humanos de estos acusados.
A quienes formamos parte de la Causa Alcedo Mora nos parece discriminatorio ese trato que se viene dado a Leopoldo López y Daniel Ceballos por parte de Luisa Ortega Díaz, como Tarek Williams Saab, en contraste con la indiferencia que muestran en el caso de la desaparición forzada a que fue sometido Alcedo Mora Márquez en Mérida el 27F de 2015.
En este último caso, los de la Causa Alcedo Mora, percibimos que las instituciones se han mostrado indiferentes y hasta negligentes en la atención a los familiares de Alcedo. Llegando incluso el Defensor del Pueblo a asomar señalamientos irresponsables que vinculan a Alcedo Mora con actividades paramilitares.
Parece que los privados de libertad a quienes se les sigue juicio acusados de “instigación pública y asociación para delinquir” y sus familiares fueran ciudadanos de primera que merecen atención especial, mientras que los familiares, amigos y camaradas de Alcedo Mora Márquez somos ciudadanos de segunda a quienes las instituciones y quienes las dirigen no tienen que rendir ningún tipo de cuenta ante sus demandas.
Los responsables de aplicar justicia, tanto en el caso de Leopoldo López y Daniel Ceballos, como en el caso de Alcedo Mora Márquez deben atender en igualdad de condiciones a los familiares y dar las respuestas exigidas oportunamente, sin ningún tipo de evasivas ni dilaciones.
No pretendemos que la FGR ni la DP monitoreen el caso de Alcedo Mora Márquez las 24 horas al día y declaren a cada rato al respecto, como lo hacen con los detenidos López y Ceballos, pero al menos que no se hagan los desentendidos y los indiferentes ante un caso donde lo que se clama es que se aplique la justicia y que se vele por los derechos humanos, previstos en nuestra Constitución (1999), tanto del propio Alcedo Mora como de sus familiares y amigos.
A Alcedo Mora Márquez vivo se lo llevaron vivo deben regresarlo.