Lic. Luis Noé Ochoa
Respetado Señor:
He leído su nota publicada en la edición del día 11 de septiembre en curso, bajo el título "Las zancadillas de Venezuela" (*) y me quedo sólo con esto que usted allí confiesa:
"Y como las libertades allá también parecen marcadas con la D, ahora al jefe opositor, Leopoldo López, “una justicia podrida”, según Henrique Capriles, o “una farsa”, según José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch, le acaba de dictar sentencia de 13 años y 9 meses de cárcel, por instigación púbica y asociación para delinquir, entre otros cargos. Yo lo que vi siempre es que López, megáfono en mano, pedía calma, no caer en la trampa de la agresión… Todo indica que es una patraña."
Si asegura decir lo que dice porque lo vio siempre, eso ya me llama a la mayor reflexión, pues cómo es que usted, todo un periodista de fuste y de larga data, no tenga ojos para mirar más y más lejos, por expreso mandato ético, en un mundo donde la tecnología nos pone al instante y por mil vías, todo cuanto sucede en cualquier lugar del mundo y en tiempo real...
Debo decirle, señor periodista, que tengo una relación muy estrecha con su país, que me ha llevado a quererlo tanto como a mi Patria. Mis padres vivieron allá por largos años hasta la caída de J.V. Gómez (1935) y por ello dos de mis hermanos nacieron en su tierra (Cúcuta y Barraquilla), estudié parte de la primaria y del bachillerato entre Pamplona, Bucaramanga y Tunja y mi primer hijo nació en Bogotá en 1961, de manera que ya ello le explica mis razones para querer tanto a Colombia.
De manera que el reproche que le hago en nada tiende a ofender a su país, sólo quiero dejar constancia de que usted ex profeso ha falseado una realidad, el señor López no actuó en esos eventos como un santificador buscando la paz y la sana convivencia, para nada, lo que sucedió el pasado año entre febrero y mayo fue algo terrorífico y López fue quien promovió y estimulo con un ímpetu desbordante una violencia que nos mantuvo a los venezolanos que vivimos en las 13 zonas del país donde sucedió todo, en vilo y con los nervios de punta, fue algo que no le deseo a nadie que lo padezca y el saldo de todo ello lo dice: 43 personas asesinadas y un millar de heridos, de los cual un alto porcentaje quedó con discapacidades motoras de por vida y los daños mayores a la propiedad pública y privada de todo tipo fue como hubiera caído sobre ellas una andana de bombas de alto poder destructivo (escuelas, liceos, universidades, instalaciones de servicios públicos, cientos de unidades del transporte público y entre otras, agencias bancarias y comercios privados).
Por favor, abra este enlace Leopoldo López: "Esto termina cuando logremos sacar a ... para que, con sus propios ojos, vea una parte importante de esos eventos espantosos y le sugiero que rebobine el momento cuando López le dice a los medios que esa violencia sólo terminará cuando se derroque el gobierno legítimo de Nicolás Maduro Moros.
Dígame usted, ¿qué le pudiera suceder en su país a un político que auspiciara una violencia de esa magnitud y dijera lo mismo que Leopoldo López por la televisión en vivo, es decir que sólo la cesaría una vez salga Juan Manuel Santos de la Casa de Nariño?
Con mis respetos, amigo
Iván Oliver Rugeles
Caracas
(*) Hacer clic aquí: Leopoldo López: "Esto termina cuando logremos sacar a ...