Expresiones y conductas a las que la sociedad venezolana, en general, debe expresarles su total rechazo y la más rotunda condena e igualmente frente a las que los órganos del poder público nacional deben proceder, sin dilación alguna, a aplicar a sus responsables, directos e indirectos, las sanciones penales que correspondan, de conformidad con nuestro ordenamiento legal…
Este último 21 de marzo la Vicepresidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, Tania Díaz, le hizo entrega al presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno, el documento que contiene el exhorto que aprobó dicho cuerpo el día anterior con la finalidad de que se adopten las medidas conducentes para que se dé estricto cumplimiento a lo establecido en la vigente Ley "Constitucional contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia" (*), dada la inmensa preocupación por lo que es una perversa realidad, la creciente oleada de conductas que hemos estado viendo en nuestro país, que no demuestran otra cosa que expresiones de odio que se transmiten a través de las redes sociales, por sujetos que se esconden en seudónimos y muchos en forma abierta porque no tienen temor alguno en hacerlo y por ello no ocultan sus identidades al advertir que nada les ocurre, pue está demasiado claro que en el país campea allí y a sus anchas, la impunidad total, sobre lo cual es necesario que se provoque un cambio urgente de la visión que se tiene del tema por parte de los órganos jurisdiccionales de la justicia del país, con miras a que se le ponga término a la misma y que se actúe con celeridad, por cuanto de no producirse ese cambio y se mantiene invariable dicha postura ante esos graves delitos, tales conductas van a conducir a que en nuestra Patria, más temprano que tarde, se reediten tragedias como la ruandesa de la década de los años noventa, en donde se cultivó y se anidó ese tipo de odio, lo cual derivó en que una comunidad, los Hutus, asesinó en masa a sus hermanos de la comunidad de los Tutsis, de modo bárbaro, recurriendo a los palos, a los machetes, a los cuchillos de cocina, a la candela, etcétera y en menos de cien días, entre abril y julio de 1994, fueron asesinados salvajemente algo más de 800 mil seres humanos (https://culturacolectiva.com/historia/genocidio-de-ruanda)
La diputada Constituyente Díaz, efectivamente, señaló que durante los últimos días se ha retomado una campaña por las redes sociales que incitan al odio por razones políticas, como esa ya muy reiterada, además, que nosotros hemos leído en la redes sociales de que: "hagamos patria, mata un chavista" y los otros muchos casos que se han registrado en el país durante todos estos años de la Revolución Bolivariana y que intentar relacionarlos sería tarea de nunca acabar, así como los más recientes, sucedidos durante las guarimbas del 2017, como fue la terrible muerte de los jóvenes Orlando Figuera en Caracas y Héctor Anuel, en Barcelona (https://www.telesurtv.net/news/Oposicion-quema-a-un-hombre-durante-protesta-en-Venezuela-20170718-0052.html), a quienes los apuñalearon y les prendieron con candela por parecerse a un chavista; los otros 28 venezolanos que fueron igualmente prendidos como antorchas, de los cuales ocho corrieron la misma suerte de Figuera y de Anuel; la señora que fue asesinada con una botella de agua congelada que le lanzaron a la cabeza desde un edificio en La Candelaria (http://albaciudad.org/2017/04/fallecio-senora-almelina-crrillo-virguez-golpeada-con-botella-la-candelaria/); el joven trabajador del Barrio José Félix Ribas de Petare que lo degollaron con una guaya cuando circulaba en su moto por la Avenida Rómulo Gallegos (http://albaciudad.org/2014/02/muere-motorizado-en-av-romulo-gallegos-degollado-por-alambre-colocado-por-manifestantes-opositores/comment-page-3/); las amenazas que reciben a diario cientos de funcionarios del Estado que se declaran chavistas por parte de sus compañeros de trabajo, quienes no solamente se expresan todo el tiempo de lo peor de los altos mandos del Gobierno, sino que a modo de amenaza les dicen que a dónde se van a meter cuando caiga Maduro, porque los van a buscar hasta debajo de las piedras y, la más reciente, las amenazas de muerte que recibió una Alcaldesa del PSUV del Estado Táchira, Betzabeth Gandica, a la que luego le metieron candela a su casa de habitación (http://www.lechuguinos.com/detenidos-terroristas-tachira/). En fin, son muchos los hechos de esa naturaleza que a las claras no son otra cosa que manifestaciones de odio, a las que es un imperativo que los venezolanos todos les pongamos un fin definitivo y eso sólo se garantiza castigando severamente a los responsables, aplicando la referida Ley…
Es inexcusable que los órganos de justicia del país se sigan haciendo los desentendidos ante esa cruda y nefasta realidad…
Es por todo ello y hacia el objetivo de coadyuvar a que el exhorto de la ANC sea más que suficiente para que las autoridades judiciales tomen los toros por los cachos y comiencen a actuar con la debida rigurosidad frente a tales manifestaciones de odio, hemos considerado bien útil reimprimir el artículo que, bajo el título " Una trágica experiencia que jamás debe repetirse - Habla locutora que incitó al genocidio de Ruanda", dimos a conocer a través del medio digital de "Aporrea", en mayo de 2017 (https://www.aporrea.org/ddhh/a244837.html), es decir en momentos en que la oposición terrorista del país, se aprestaba a recurrir, una vez más, a poner en marcha la estrategia a la violencia guarimbera para desestabilizar la institucionalidad del país, la cual se extendió desde comienzos de abril de ese año hasta finales de julio, a términos del mayor terror, dejando, -como ha sido del conocimiento general- el trágico saldo de más de ciento sesenta personas asesinadas y no menos de un mil quinientos heridos, convencida de que esta vez si iba a lograr no solamente la caída del gobierno, sino el exterminio del chavismo, lo cual es su más ansiado objetivo, de manera que esa tragedia ruandesa nos sirva de lección para evitar que en nuestro país pueda suceder algo semejante:
He aquí nuestra nota:
Ante la violencia a la que una vez más se recurre en nuestro país como vía posible para la toma del poder por parte de una oposición que en 18 años no ha podido acceder al mismo por la vía del voto del pueblo y que le ha deparado al país ya demasiados muertos, sin que ello constituya una buena y muy concreta razón para detenerla, sino que, por el contrario, cada día, por lo que hemos estado viendo en las calles de Caracas y de algunas otras ciudades del interior del país, especialmente Mérida y Barinas, así como en las redes sociales y en los discursos de su dirigencia, se potencia más el propósito de continuarla sin importar hasta donde esa criminal y perversa estrategia nos pueda conducir, nos ha parecido muy oportuno darle a conocer a nuestros lectores, el contenido de la entrevista que le concedió a la Radio Televisión Española, una mujer de nombre Valérie Bemeriki, periodista "estrella" del equipo de la Televisión "Las Mil Colinas" de Ruanda, medio éste que, entonces, tomó la batuta en lo que fue una persistente campaña para incitar a la violencia en ese pequeño país africano, la cual provocó, junto con la matanza atroz de Indonesia en 1965/66**, en los dos mayores genocidios que registra la historia del mundo durante los últimos 70 años, que dejó el terrible saldo de más de un millón y medio de asesinatos en menos de seis meses.
Esa atroz experiencia que se vivió en Ruanda, fue determinada por la "rivalidad política" entre las etnias Hutus y Tutsis, donde la primera, que detentaba el poder dictatorial del Estado y que por ello tenía bajo su control todos los medios de comunicación del país, hizo posible, sobre la base de una intensa y persistente campaña mediática de odio exacerbado, asesinar en menos de 100 días a cerca de un millón de Tutsis.
Algunos responsables de ese genocidio fueron juzgados por los tribunales internacionales, entre los que se encuentra la mencionada periodista Valérie Bemeriki, la cual fue abordada por el periodista español en la prisión donde cumple condena a cadena perpetua, un día de abril de 2014.
Leamos la entrevista a esta mujer genocida, desde la cárcel donde cumple la condena que le impuso el Tribunal Internacional de justicia:
"Valérie Bemeriki nos espera en una celda de la prisión de Nyarugenge, en Kigali. Está al fondo del patio. Las ropas coloristas africanas, las que llevan puestas las reclusas y las que están tendidas, le otorgan al recinto un aspecto casi de verbena. Pero no, la cárcel de Nyarugenge tiene poco de festivo. Los días se hacen eternos, la comida es escasa y las presas matan el tiempo haciendo punto o escuchando charlas bíblicas. De las 513 reclusas que malviven allí casi la mitad cumple condena por genocidio.
Valérie tiene la cara gruesa. Va rapada, como todas sus compañeras. La dirección de la prisión no quiere correr riesgos con los piojos e insectos varios. Viste blusa azul cielo con bufanda azul marino. Nos sorprende. Hace mucho calor y su cuello gotea sudor sin pausa. La celda es de ladrillo visto y una cortina a cuadros cubre la intimidad de las literas.
Se presenta: "Soy periodista". ¿Dónde trabajó usted? "En RTLM".
Confirmado, la señora que tenemos enfrente es la que escupió por las ondas frases aberrantes para arengar a los interhamwe (literalmente "los que trabajan juntos", milicias hutus especialmente sanguinarias) y la que desveló los escondites de los tutsis. Los mensajes terminaban siempre con un lacónico: a trabajar.
Los interhamwe sabían que "trabajar juntos" no era otra cosa que abrir cráneos a machetazos.
"Decíamos ´están ahí` y mataban a los niños, las madres, las abuelas, los viejos"
"Decíamos: están ahí. Y en cuanto decíamos eso, los asesinos se dirigían a aquel lugar y asesinaban a todo el que se encontrara por allí. Eso quiere decir que mataban a los niños, las madres, las abuelas, los viejos… A todos." Nos lo cuenta serena, con la mirada recta, sin buscar refugio en el suelo o alguna pared. Y añade: "Me arrepiento mucho, mucho. Y me hace estar mal. Cuando sé de alguien que ha muerto por alguna de mis emisiones, es un golpe muy duro para mí".
En busca de redención
La Valérie que conocimos los del equipo de En Portada es una mujer que inspira cariño. Su voz dulce y bien domada ayuda a darle credibilidad a todo lo que dice. Es atenta, de esas personas que no tienen nada, pero que darían todo lo que tienen por una sonrisa. Los que la conocieron hace 20 años no tienen el mismo recuerdo. La definen como una persona agria y desagradable. Se cuenta que en el tribunal gacaca que la juzgó (una suerte de justicia popular que tiene como base el reconocimiento de la culpa y la petición de perdón) un testigo aseguró haberla escuchado en la radio: "No mates a las cucarachas con una bala. Córtalas en trocitos con un machete".
Charlamos durante casi media hora gracias a su francés impecable. Nos habló de todo, de los dos únicos familiares que le quedan después de haber perdido a diez de ellos, casi todos también asesinados después del genocidio…
Ésa es la otra parte de la historia; de cómo se financiaba la Radio Mil Colinas; de quién les hacía llegar los mensajes más sanguinarios; de cómo de pequeña los profesores le "metieron en la cabeza" el odio a los tutsis; y finalmente de lo bien que lo está haciendo el actual presidente de Ruanda, el tutsi Paul Kagame. La entrevista bien podría haber durado dos o tres horas, pero el director de la prisión (estaba presente y es una advertencia necesaria para entender quizá alguna de sus respuestas) ya tamborileaba con sus zapatos en el suelo. Nos habíamos comprometido a una entrevista breve, no más de diez minutos.
Nos despedimos chocando nuestras manos. Con una sonrisa. Y antes de salir de su celda me lanzó una frase de las que hacen pensar: "Gracias, y si me necesitan, aquí me tienen". Quizá fue un puro formalismo, pero sonó más al deseo de escuchar la palabra gracias, de recomponer su figura, de empezar cuanto antes a resarcir todo el mal que ha causado."
Fue algo terrible lo que sucedió en Ruanda y todo ello por el odio que se le inoculó a través de los medios de comunicación a una parte de la sociedad contra sus propios hermanos y ya para cerrar esta nota, creemos importante dejar este enlace que copiamos seguidamente para que se complemente la información sobre lo que ocurrió en ese pequeño país africano, con una superficie de apenas 23.338 km2, mucho menor que la de nuestro Estado Monagas: https://www.amnistia.org/ve/blog/2018/04/5550/el-discurso-de-odio-que-llevo-al-genocidio-en-ruanda, el cual se inicia con este introito: "Los tutsi no merecen vivir. Hay que matarlos. Incluso a las mujeres preñadas hay que cortarlas en pedazos y abrirles el vientre para arrancarles el bebé".
(*) Texto de la Ley: http://albaciudad.org/2017/11/este-es-el-contenido-de-la-ley-contra-el-odio-por-la-convivencia-pacifica-y-la-tolerancia/
(**) El Genocidio Indonesio: https://www.telesurtv.net/news/indonesia-genocidio-comunistas-eeuu-20181001-0047.html